Elías Amador Garay (1848-1917), hijo de Juan Amador, precursor del protestantismo en México, fue, con toda seguridad, el primer intelectual que esta confesión cristiana produjo en el país.
Pues aunque Jean-Pierre Bastian consigna que fue pastor presbiteriano,
[i]las evidencias demuestran que más bien su labor como historiador, periodista y político lo posicionó y le ganó un lugar notable en su época y que se recuerda hasta la fecha en el estado de Zacatecas.
Al pasar revista a su vida y obra se puede percibir la manera en que,
sin abandonar sus convicciones religiosas e ideológicas, desarrolló una intensa tarea intelectual que lo mantuvo conectado con los acontecimientos más importantes del país, precisamente después de que la generación liberal en el poder estableció la separación de la Iglesia católica y el Estado, así como la libertad de cultos, lo cual, como ya hemos visto aquí, nunca estuvo exento de conflictos.
Amador Garay nació el 16 de marzo de 1848 en la hacienda de Pozo Hondo, cercana a Villa de Cos, en el entonces “partido” de Fresnillo, Zacatecas. Su madre fue Margarita Garay Yáñez. Alfonso Toro (en el prólogo a una nueva edición de
Noticias biográficas de insurgentes apodados que Amador publicó por entregas en los
Anales del Museo Nacional de México, en 1910), registra que de los 6 a los 11 años estudió las primeras letras en la escuela oficial de su lugar natal, pero enfrentó dificultades por la situación política por lo que su padre se encargó de formarlo, pues su influencia fue decisiva dadas las ideas liberales y jacobinas que le transmitió.
[ii]
Con este trasfondo educativo tan informal,
participó activamente, muy joven, en los inicios de la comunidad protestante de su localidad, al lado de su padre, a quien también acompañó en la redacción de la revista La Antorcha Evangélica, iniciada en 1869 y refundada en 1873. Por ello, dice Toro, “fue uno de los primeros y más fervientes prosélitos de la nueva iglesia, [y] siempre se mostró fiel y convencido creyente de la religión reformada”. Asimismo, colaboró en
El Pueblo Liberal, El Centinela, El Demócrata, El Leperito y
El peladito, siempre difundiendo las ideas liberales. Sus pseudónimos fueron
Antipas y el anagrama
Ismael O. Rada.[iii]
A temprana edad ingresó al servicio público y desempeñó varios cargos en Villa de Cos, siendo electo presidente municipal en 1880. En 1884 se trasladó a la capital zacatecana, donde dirigió la biblioteca pública, la cual amplió con diversos acervos, especialmente con el del general y ex gobernador Jesús González Ortega.
Dicha biblioteca hoy lleva su nombre.
[iv]En esa ciudad recibió numerosos nombramientos, entre los que destacan haber sido director del periódico oficial, jefe de la sección de estadística, secretario particular del gobernador Jesús Aréchiga y director del Hospicio de Niños de Guadalupe. En su casa de San Jerónimo se realizaron cultos presbiterianos.
[v]Fue diputado suplente en 1897. Como Aréchiga continuó con las ideas liberales radicales de su padre. Fue él quien lo apoyó cuando en 1892 Amador Garay dio a las prensas el monumental
Bosquejo histórico de Zacatecas, que lo catapultó al reconocimiento unánime de su labor como investigador. Esta publicación, en dos tomos de 600 páginas cada uno, hizo que hasta hoy se le conozca como el “Tito Livio zacatecano”, dadas sus dimensiones y alcances, pues arranca desde las épocas más remotas y llega hasta 1857. El primer volumen puede leerse íntegramente en la
Colección Digital de la Universidad Autónoma de Nuevo León. Se ha reeditado varias veces recientemente, la última de las cuales por parte del Ayuntamiento de Villa de Cos en 2010.
[vi]
En esos mismos años, Amador Garay publicó también
Elementos de geografía del estado de Zacatecas (1894) y
Nombres indígenas todavía en uso en el Estado de Zacatecas (1897)yEn el primero, que se usó ampliamente en las escuelas de educación básica estatal, luego de explicar el origen del nombre de su tierra natal, pueden leerse referencias al surgimiento del protestantismo: “Villa de Cos ha sido siempre una población liberal y progresista, pues tomó una activa parte en favor de la libertad desde el gobierno del ilustre patriota D. Francisco García. Allí se estableció la primera iglesia evangélica en 1868, así como la primera capilla y el primer periódico religioso fundados por dicha comunión”.
[vii]
En 1900, con la salida de Aréchiga del poder, y el ascenso de un enemigo de los liberales, Genaro G. García, lo que obstaculizó la publicación completa del
Bosquejo histórico, y emigró a Aguascalientes
. También debió suspender el proyecto de editar el
Diario Histórico, de Carlos María Bustamante, cuyos originales encontró abandonados en la biblioteca pública y de los que sólo pudo publicar un tomo en 1896.Su breve prólogo es digno de leerse.
[viii]
Ya en la capital del país, fue diputado federal en 1911 y jefe de publicaciones del Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnografía. Ingresó a la Academia de Historia y fue miembro de la Sociedad de Historia de Kansas City, del Instituto Bibliográfico Mexicano, y obtuvo diplomas honoríficos en las exposiciones universales de Chicago (1895) y París (1900). Participó en el XI Congreso de Americanistas (1895) con un par de estudios sobre la antigüedad prehispánica de Zacatecas.
En la revista del museo que dirigió entre 1916 y 1917 publicó otros materiales de importancia: “El clero mexicano en la revolución de Independencia” (1909) y“Loscaudillos de la Independencia ante el patíbulo” (1911, presentado en el concurso histórico de abril de 1909). El 25 de abril de 2011 se presentaron en el
Festival Cultural de Zacatecas nuevas ediciones del
Bosquejo histórico, Nombres indígenas, Noticias biográficas y
Los caudillos de la Independencia.[ix]
Sin que se tenga información sobre su participación en alguna congregación presbiteriana de la capital, pues en los materiales históricos disponibles no existe constancia de la misma,[x]El Faro recogió dos colaboraciones suyas particularmente importantes: “D. Juan Amador”, sobre su padre (1 de marzo de 1902) y “Apuntes referentes a la vida del Dr. Julio M. Prevost” (15 de junio de 1896). En ambos ofrece muchas luces sobre los momentos iniciales del presbiterianismo pues él mismo fue protagonista de los sucesos que refiere. Estas aportaciones son cruciales para comprender los entretelones de la labor eclesiástica en aquellos años fundadores y no han sido valoradas lo suficiente en el medio confesional.
Toro reconoce que fe “hombre de conducta intacta y de severos principios religiosos”, además de que obtuvo siempre muy honrosas constancias por su desempeño y de los empleos que sirvió”.
[xi]Así define su trabajo:
No fue propiamente el señor Amador un literato, y su obra se resiente de cierta falta de disciplina intelectual, por no haber asistido a ningún colegio de enseñanza superior; su estilo es a veces cansado y su dicción poco escogida y variada; pero en cambio, como sus escritos versan generalmente sobre materias poco o nada tratadas por otros historiadores y como él, por los cargos públicos que desempeñó y por su constancia en registrar archivos, estuvo en condiciones de conocer, mejor que nadie, sus narraciones que son siempre útiles para el investigador; incluso en aquellos casos en que, debido a prejuicios políticos o religiosos, hace comentarios apasionados sobre los sucesos, se ve que si incurre en error, es siempre de buena fe.
[xii]
Casado dos veces, Amador Garay tuvo 25 hijos, uno de los cuales, Juan Neftalí, abogado, participó en la lucha revolucionaria, siendo muy allegado a Francisco I. Madero.
[xiii]Las semblanzas de ambos aparecen en una recopilación histórica de la Revolución.
[xiv]
Falleció en la Ciudad de México el 1 de junio de 1917, a escasos cuatro meses de la promulgación de la nueva Constitución mexicana.
[i]J.-P. Bastian,
Los disidentes. Sociedades protestantes y revolución en México, 1872-1911. México, El Colegio de México-Fondo de Cultura Económica, 1989, p. 258.
[ii]A. Toro, “Elías Amador (1848-1917)”, en E. Amador,
Los insurgentes apodados. México, Secretaría de Educación Pública-Benito Álvarez Serrano, 2010 (Libros del Rincón, colección estatal), pp. 9, 11. El editor zacatecano retomó la edición de la SEP de 1946, publicada en la Biblioteca enciclopédica popular, núm. 125. Puede leerse y descargarse íntegramente en la página oficial del bicentenario de la Independencia de México y del centenario de la Revolución Mexicana:
www.bicentenario.gob.mx/bdb/bdbpdf/Noticias_Biograficas_de_Insurgentes_Apodados.pdf. [v]A.C. Vázquez,
Los que sembraron con lágrimas. Apuntes históricos del presbiterianismo mexicano. México, El faro, 1985, p. 315.
[ix]Cf. Rosa Elisa Acuña Martínez, “¡Elías Amador vive!”, en
Mirador, 3 de mayo de 2011,
www.periodicomirador.com/noticias/2011/05/03/elias-amador-vive%C2%A1. [x]J. Martínez López, en
Orígenes del presbiterianismo en México (1972) confunde los nombres y cree que Elías fue padre de Juan Amador, p. 55.
[xi]A. Toro,
op. cit., p. 16.
[xiii]Según Bastian, que cita fuentes de la época, Juan N. Amador “se incorporó a la lucha armada ‘en un sitio de honor al lado de Madero’ y recibió el encargo de éste de ‘estudiar los intereses internacionales de la revolución’”,
op. cit., p. 288.
[xiv]Así fue la Revolución Mexicana. Tomo 8. Los protagonistas (A_M). México, Secretaría de Educación Pública-Consejo Nacional de Fomento Educativo, 1985, p. 1539.
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