El jueves pasado el candidato presidencial republicano Mitt Romney se presentó ante NALEO (la organización nacional de oficiales latinos electos) y habló sobre su postura migratoria.
Aunque el grupo es bipartidista (con mayoría demócrata), recibió una recepción cortés, pero poco entusiasta. Su visita fue una prueba de que se da cuenta que no puede ganar la presidencia sin apoyo significativo del voto latino.
Mitt Romney le dijo a los oficiales latinos que el presidente Obama ha dado por sentado al voto latino. Por eso, razonó, tras ser electo como presidente, y con una mayoría demócrata en el congreso, no impulsó una reforma migratoria. Sólo ahora al acercarse la elección presidencial se ha visto una acción pro-inmigrante de parte del actual presidente.
El candidato también presentó su perspectiva sobre el sistema migratorio. Por primera vez admitió que el sistema actual está roto y que necesita arreglarse. Claramente “suavizó” su perspectiva en comparación a sus declaraciones anteriores.
Afirmó que abogaría por un sistema que reunifique a familias y que favorezca a personas con títulos universitarios pos-grado. También dijo que permitiría que jóvenes no nacidos en EEUU podrían legalizarse si sirvieran en el ejército o si terminaran un título universitario avanzado. También enfatizó la importancia de fortalecer la frontera.
Pero lo más interesante fue lo que no mencionó. No habló sobre la acción del Presidente Obama con relación a los jóvenes indocumentados de 18-30 años, ni sobre que haría con relación a los indocumentados que están en el país. (Hasta ahora había abogado por una política que le hiciera la vida tan difícil a los indocumentados que optarían por la “auto-deportación”.)
Los comentarios que salieron tras la reunión se centraron en que aunque había suavizado su postura, seguía sin estar dispuesto a tratar la parte más difícil, la de los indocumentados.
La decisión del candidato Romney a participar en la reunión de NALEO verifica el hecho de que se da cuenta que no ganará sin un porcentaje significativo del voto latino.No tiene que ganar una mayoría de ellos, pero sí al menos un 40% del voto latino en varios estados claves.
En el 2008 Obama ganó el 67% del voto latino. Hasta la fecha todo indica que en 2012 ganará al menos ese mismo porcentaje. En estados “claves” para la elección de 2012 (Florida, Nevada, Colorado, Nuevo México, Arizona y Virginia) Obama cuenta actualmente con a lo menos el 63% del voto latino. Si se quita a Florida (de cierta tendencia republicana) el porcentaje sube al 74%.
La única posibilidad real para Romney es lograr ganar parte del voto evangélico latino debido al malestar de este colectivo con la postura de Obama a favor del matrimonio del mismo género. Pero “parece” que a ese mismo voto evangélico latino también le interesa el tema de la migración.
Aunque que
el candidato Romney se da cuenta que no puede ganar sin un porcentaje significativo del voto latino, no parece estar dispuesto a responder favorablemente a uno de los temas claves para muchos latinos, una reforma migratoria.
La pregunta del millón es cómo piensa Romney ganarse el 40% del voto latino sin plantear un plan de reforma migratoria justo e integral. Veremos….
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