Llueve, llueve sobre Malabo. Llueve a rachas, intensamente. Se encharcan las calles, los baches se llenan de agua. Ahí detrás del colegio, en el lateral de la cancha de deportes (donde tendría que ir la 2ª fase del colegio) se ha embalsado el agua, parece una laguna… al vecino se le infiltra el agua por el suelo de su casa…
Llueve, durante la noche, ha habido tormenta, rayos y truenos, si parara, por la mañana aunque las calles estén llenas de barro, los niños podrán llegar al colegio.
Llueve, más tranquilamente pero sin parar, todo el día. Lo bueno es que se llenan los acuíferos y el nivel del pozo va a dejar de preocuparnos. Por otra parte, las calles de los barrios interiores se vuelven impracticables, la tierra aquí es arcilla pura y … ¡resbala! … es curioso ver a la gente caminar por esas calles, con chancletas de goma o botas de goma pero ¡no se manchan! ¿Cómo lo harán? Pisan diferente! Yo, en cambio, salgo salpicada ¡¡hasta la rodilla!!
Así que, si llueve, hay lugares donde no podré llegar andando, a otros lugares donde llega el coche, si. Precisamente, Marta nos acompañó a Clementina y a mí, a hacer una visita, el coche patinaba un poco pero salimos de todos los charcos, sintiéndonos victoriosas, si no fuera por el 4x4 que el Señor nos ha regalado… ¡Gracias Señor!
Vuelve a llover, llegamos a casa, ¡hay luz! Gracias Señor!, nunca antes había dado gracias por encontrar luz eléctrica en casa, aquí no depende de que pagues religiosamente tus facturas. Si hay avería, hay que esperar que traigan piezas del extranjero o que la arreglen al sábado siguiente… paciencia… aunque 15 días seguidos sin luz son difíciles de soportar, para mí, porque la gente aquí está resignada, doy gracias por el pequeño motor que nos permite sacar agua del pozo o tener un poco de luz por la tarde, un poco de ventilador… ¡Gracias Señor!
Lo peor de la lluvia es que el rio ha crecido, demasiado, aunque se lleva la basura de los márgenes, y se limpian las charquerías de mosquitos, el agua sube y llega a las “casas” construidas demasiado cerca… El otro día el rio se llevó neveras, máquinas, muebles, la gente se metía en la corriente a riesgo de su seguridad para intentar recuperar algo…
El agua en tiempo de lluvias… y el fuego en cualquier descuido se puede cobrar 40 o 60 y hasta 100 casas por lo pegadas que están las unas de las otras y los materiales que suelen ser de madera, los bomberos, a menudo no pueden ni acceder a la zona… la gente se ayuda en esos casos, suelen ser bastante solidarios. Hace unas cuantas semanas los jóvenes estaban ensayando a todo volumen, pero alguien que venía de la calle dijo que “hay fuego en la casa de enfrente” así que nuestros chicos salieron, unos abrieron la tapa del pozo para sacar agua más rápido que en el grifo, las chicas llenaron los cubos, otros subieron a
la casa, forzaron la puerta, sacaron a tres ancianas que ya dormían “no se preocupen, tranquilas, solo que hay fuego”, echaron agua, tosieron, salieron tiznados cuando llegaron los bomberos… pero ya habían apagado el fuego, ese no se iba a propagar más… lo que más impresionó a los vecinos y a la dueña de la casa que llegó corriendo desde su negocio, fue que, se lavaron un poco y … ¡¡siguieron ensayando!!, fue divertido escuchar su versión de los hechos.
A veces, se me hace largo el tiempo, echo de menos a mi familia, a mis amigos, a los hermanos de la iglesia, a los compañeros… etc.. pero
me reconfortan los mensajes de ánimo que recibo por el correo o el facebook, aunque pasen días que no me pueda conectar…
Pero lo importante, creo que es estar, estar aquí, estar disponible. Me estoy dedicando más a la iglesia que al colegio, pero de vez en cuando subo al despacho para aprovechar el ordenador la luz, hacer cualquier trabajillo… Hace 2 días sin ir más lejos, llegué a las 8h: “Marta voy a ver mi correo, y nos tomamos un café me duele la cabeza un poco- un poco: como dicen aquí. En ese momento llega un niño con fiebre, con las vías respiratorias atascadas, lo aliviamos con agua sal, Marta le cocina un poco de arroz , tiene hambre pero está tan cansado, llamamos a los padres, por favor llévenlo al médico este niño está mal… al rato llegan 2 maestras de preescolar nos traen a Gracia Marcelina (5 años) convulsionando, inerte, los niños han dicho : “Gracia se muere, señora” Marta y yo la llevamos corriendo a la clínica, allí consiguen estabilizarla, la niña abre los ojos, se tranquiliza en brazos de Marta mientras la atiende el médico y le pasan un suero… ¿Qué ha sido doctor? Paludismo cerebral. .. y allí estamos hasta que llega la madre. Al día siguiente al visitarla, Marta se encuentra la niña comiéndose un pan (bocadillo). ¡Esta también lo contará! Gracias Señor!
No todos los días son así, la mayoría hay que pelear para que se respete la puntualidad, la limpieza, el orden, si falta un profe, atender a los padres que quieren matricular a sus hijos aunque ya no queden plazas (de eso se encarga mi querido D. Julio) etc…
Hace falta seguir y mejorar la enseñanza, el cuidado, las condiciones, nos hace falta que sigáis sosteniendo en oración, con las ofrendas, con el Proyecto Escuelas, porque esos son los recursos que contamos para poder hacer el trabajo.
A veces nuestras jornadas son largas y al llegar a casa no hay luz para ver la tele o internet para comunicarse con la familia, o llueve, pero estamos asegurando el trabajo que nos habéis encomendado, estamos siguiendo las pisadas de otros, continuando el trabajo que otros han vislumbrado y consiguiendo los objetivos. ¡Gracias Señor!
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