“Me volví y vi todas las violencias que se hacen debajo del sol; y he aquí las lágrimas de los oprimidos, sin tener quien los consuele; y la fuerza estaba en la mano de sus opresores, y para ellos no había consolador.”
Es el texto de Eclesiastés 4:1. Y ahora el comentario de Antonio del Corro:
“Pero para estas cosas que hasta ahora he dicho sobre el poder y la tiranía, hay una consideración afín de los que por aquéllos son afligidos. Porque no puede ser que veas la crueldad de los opresores sin que enfrente contemples también a los propios oprimidos. Volviéndome, pues, hacia ellos, vi cuántos mortales y con qué grandes males son afectados debajo del sol; y cómo son oprimidos por la tiranía de los más poderosos; rodeados de engaños, calumnias, artimañas, estratagemas e imposturas de aquellos que tienen autoridad y que están al frente de la administración del derecho y la equidad. Y estos desgraciados no tenían ningún refugio adonde acudir excepto las lágrimas, los gemidos y suspiros; a todo lo cual venía a sumarse para consumación del mal el hecho de que nadie se atrevía ni siquiera a consolarlos en medio de tan grandes dolores; pues había miedo de que si alguno lo hacía fuese a parar en su compañía a la misma calamidad. Pues el poder todo, la fuerza toda y la autoridad toda está en las manos de los propios opresores de tal manera, que no ha quedado ningún lugar en absoluto para el consuelo.” [Comentario a Eclesiastés. Traducción de Francisco Ruiz de Pablos. Sevilla, MAD, 2011]
Lo que veía bajo el sol sigue bajo el sol, y lo vemos en nuestro suelo. Pensaba en esto de “la fuerza toda y la autoridad toda está en la mano de los propios opresores”, al recordar la estructura de nuestro Estado.
La
Corona, arriba del todo, el Rey es el Jefe del Estado (juró unas cosas raras del Movimiento para no moverse y salir en la foto, ya hace muchos años, sigamos).
El
Poder Legislativo (¿sirve de algo el Parlamento cuando existe mayoría absoluta para un partido?)
Poder Ejecutivo (¿no es también “legislativo” cuando dispone de mayoría absoluta?)
Poder Judicial (encuesta: los jueces son el estamento en quien menos se confía.) Tribunal Constitucional; Consejo General del Poder Judicial; Defensor del Pueblo (¿les suena?, ¿son “autoridad en manos de los poderosos”, o ámbito de consolación para el que sufre injustica?)
Sigamos por orden: Banco de España; Tribunal de Cuentas; Consejo de Estado; Agencia Española de Protección de Datos; Consejo Económico y social; Consejo de Seguridad Nuclear. Todo esto es “nacional”, luego están las Autonomías.
Abajo del todo: las lágrimas, los gemidos y los suspiros. Muy mal asunto.
En España todo esto ocurre bajo el manto de “civilización cristiana”, con éxtasis ministerial por la concesión de indulgencia plenaria a los que peregrinen al Rocío. Se te vienen encima los profetas: [los gobernantes] … Que aborrecéis lo bueno y amáis lo malo, que les quitáis su piel y su carne de sobre sus huesos; que coméis asimismo la carne de mi pueblo, y les desolláis su piel de sobre ellos, y les quebrantáis los huesos y los rompéis como para el caldero, y como carne de olla … [y de los profetas] que hacen errar a mi pueblo, y claman: Paz, cuando tienen algo que comer, y al que no les da de comer, proclaman guerra contra él. [Para todos] Sus jefes juzgan por cohecho, y sus sacerdotes enseñan por precio, y sus profetas adivinan por dinero; y se apoyan en Yahvé, diciendo: ¿No está Yahvé por nosotros? No vendrá mal sobre nosotros. (Quede Miqueas como muestra, que los otros no caben en el artículo).
Resumen: estos poderosos se comerán su propio estiércol. A los afligidos por las tiranías les viene el consuelo de la Libertad. El Día de Yahvé, el gran Día del Señor, está con nosotros hoy.
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