Este código resume los puntos del nuevo Enfoque Socio-Político de la Alianza Evangélica Europea. Este documento, tan esperado, proporciona una base bíblica lógica a la forma en que creemos que los cristianos deberían comportarse en el ámbito público. El documento fue aprobado oficialmente por la EEA en Junio de 2011.[1]
Sabiendo que somos llamados a ser embajadores de Cristo en todo lo que afecta a la vida, siendo conscientes de nuestra insuficiencia, y motivados únicamente por el deseo de glorificar al Rey de Reyes, pedimos al Señor que nos ayude a participar de las siguientes conductas y recomendar estas directrices a todos los que están involucrados en el ámbito público.
EL AMOR
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Hablaremos y nos comportaremos con gracia, mansedumbre y misericordia con todo el mundo.
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Intentaremos establecer relaciones genuinas con todos en el ámbito público, incluyendo a los que no están de acuerdo con nosotros.
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Amaremos especialmente a las personas que la sociedad margina, nos preocuparemos profundamente por ellas y nos atreveremos a desafiar las injusticias que las oprimen.
LA HUMILDAD
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Oraremos en todo momento, sabiendo que solamente el Señor puede lograr un cambio.
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Conociendo que tener o estar cerca del poder puede corromper, recordamos nuestra dependencia del Señor y nos acercamos a El mediante la oración.
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Es muy fácil responder a los problemas con insensatez o ira, pero no nos atrevemos a deshonrar a Cristo, por lo que nos aferramos a El y le pedimos que nos corrija suavemente.
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Seremos responsables de un grupo políticamente diverso de amigos que nos ayudará a permanecer fieles a nuestro llamado.
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Adoptaremos una actitud de servicio tanto hacia los débiles como hacia los fuertes.
LA VERDAD
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Hablaremos y actuaremos con la verdad y la integridad en todo momento.
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Nuestras ideas y acciones políticas deben basarse en la totalidad de la Escritura. No debemos utilizar la Biblia para confirmar nuestras ideas pre-formadas. Más bien, estudiaremos con cristianos de diferentes filosofías políticas para asegurarnos de que nuestras ideas son verdaderamente bíblicas. Trabajaremos para estar seguros de que reflejamos la amplitud de las inquietudes de Dios, no centrándonos sólo en uno o dos temas.
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Hay una gran cantidad de distorsiones de la verdad en la política y en los medios de comunicación que la representan. Haremos todo lo que nos sea posible para buscar la verdad mediante controles y análisis cuidadosos y para defenderla con firmeza.
LA PAZ
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Los desacuerdos y las confrontaciones son inevitables pero disentiremos con elegancia.
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Como pacificadores, construiremos puentes donde nos sea posible. Aspiraremos a persuadir, no a discutir.
EL VALOR
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En algunos países, el compromiso puede conducir a un peligro real. Cuando las dificultades lleguen, rogaremos a Dios para que nos dé valor y sabiduría para saber lo que El quiere de nosotros. Permaneceremos siempre con los hermanos y hermanas que estén en peligro y les pediremos que nos digan como les podemos ayudar.
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En otras partes, los problemas pueden venir en forma de crítica, tergiversación o acciones legales. Una vez más, pediremos al Señor valentía y conocimiento a fin de honrarle en nuestra respuesta. Nos ayudaremos los unos a los otros en tiempos de dificultad.
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Nuestra máxima prioridad debe ser siempre la fidelidad a Cristo. Oramos para tener el coraje de mantenernos en la misma.
LA SABIDURÍA
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Los políticos no tienen porque escucharnos. Mejor dicho, si entablamos buenas relaciones y proporcionamos ideas inteligentes, adecuadas y excelentes, con buena información y presentadas profesionalmente, confiamos en que algunos de ellos desearán escucharnos.
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Donde sea posible, los cristianos deberían unirse a los distintos partidos políticos. Ningún partido, ni tan siquiera uno de “cristiano”, es perfecto, todos necesitan de la sal y de la luz. No obstante, como Alianza Evangélica debemos mantenernos alejados de la adhesión del partido en lo posible. El Evangelio es para todos y no podemos dar la impresión de que el Señor prefiere a los miembros de un partido en particular.
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Alentamos a los pastores a desempeñar su función vital de apoyo y discipulado en sus congregaciones, al mismo tiempo que se comprometen con la sociedad y recomiendan orar por el ámbito público y reflexionar bíblicamente sobre los problemas.
LA ESPERANZA
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Nuestra esperanza de cambio se fundamenta en Dios. El puede hacer posible la sal y la luz que marca la diferencia.
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Con alegría, esperamos la venida de Cristo y el establecimiento pleno de Su maravilloso Reino.
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Entretanto, viviremos y compartiremos el gozo de su esperanza. La esperanza de que el Evangelio lleve la luz a la situación más oscura.
Traducción: Rosa Gubianas
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