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Protestante Digital

 
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Creación o Evolución ¿Es ése el dilema? (1)

Creacionistas y ateos sólo leen la letra del texto y no exploran su significado.
TUBO DE ENSAYO AUTOR Felipe Elgueta, Grupo F&C 04 DE NOVIEMBRE DE 2011 23:00 h

Introducción
1. Dios Creador - Dios Libertador
2. Letra que mata
3. Evolución y sentido
4. Variación y selección
5. Extinción
6. Racismo
7. Creación hoy

INTRODUCCIÓN [1]
En mi corta trayectoria como científico evangélico, me han llamado particularmente la atención dos grupos de personas con gran interés en discutir acerca de la idea de un Dios Creador.

Unos son los ateos (yo fui uno de ellos). Para este grupo, uno de los argumentos fundamentales de su fe (en la no-existencia de Dios) es que las descripciones científicas de los orígenes del universo y de la vida no se asemejan en nada a los relatos bíblicos sobre la creación, los que son descalificados como fábulas antiguas sin valor histórico ni científico.

El otro grupo (enemigo acérrimo del primero) asegura que dichos relatos bíblicos son completamente exactos en todos sus aspectos, por lo que cualquier descripción científica que no calce con ellos debe estar necesariamente equivocada. Estos son los “creacionistas”.

Parecen bandos opuestos y, sin embargo, piensan igual: la relación entre las descripciones científicas y los relatos bíblicos de la creación es un aspecto fundamental de su fe en la existencia o no existencia de un Dios Creador.

Muchos equívocos subyacen a este pensamiento. Revisaremos algunos de ellos, concentrándonos específicamente en el popular debate en torno a la evolución.

1. DIOS CREADOR - DIOS LIBERTADOR
Entonces pronunció Dios todas estas palabras diciendo:“Yo, Yahveh, soy tu Dios, que te he sacado del país de Egipto, de la casa de servidumbre” Éxodo 20:1-2[2].

Aunque los cristianos leemos estas palabras de Éxodo como introducción a los diez mandamientos, para los judíos ÉSTE es el primer mandamiento. Se trata, nada menos, que de la presentación de Dios. ¿Quién es Dios, entonces? Pues es el libertador de Israel.

En el Antiguo Testamento, Dios es fundamentalmente el que da libertad a Israel. Asimismo, la infidelidad de Israel a su Dios es vista como la causa de que dicha libertad se vea amenazada. Los diversos relatos de creación deben verse desde esta perspectiva. Como señala el teólogo Hans de Wit[3], las imágenes que usan estos textos para representar la creación son muy diferentes unas de otras y, sin embargo, todos hablan de liberación. Un ejemplo tomado de Isaías[4]:
Así dice el Dios Yahveh, el que crea los cielos y los extiende,
el que hace firme la tierra y lo que en ella brota,
el que da aliento al pueblo que hay en ella, y espíritu a los que por ella andan
Yo, Yahveh, te he llamado en justicia, te así de la mano, te formé,
y te he destinado a ser alianza del pueblo y luz de las gentes,
para abrir los ojos ciegos, para sacar del calabozo al preso,
de la cárcel a los que viven en tinieblas. Isaías 42:5-7

Las imágenes muchas veces fueron tomadas de mitos preexistentes. Abundan las serpientes gigantes, como Rahab, Leviatán y la serpiente huidiza. La estructura básica de los mitos de la creación del mundo provenientes de Mesopotamia y Canaán, consiste en la lucha y posterior victoria del dios principal sobre su adversario, el monstruo de los mares o de los ríos. En Mesopotamia, Marduk vence a Tiamat; en Canaán, Baal vence a Yam y Nahar. Luego del triunfo sobre el monstruo, el dios principal procede a establecer el orden cósmico. En los escritos hebreos, la destrucción del monstruo es símbolo de liberación, como en este pasaje que se relaciona con el Éxodo:
¡Despierta, despierta,
revístete de poderío, oh brazo de Yahveh!
¡Despierta como en los días de antaño,
en las generaciones pasadas!
¿No eres tú el que partió a Ráhab,
el que atravesó al Dragón?
¿No eres tú el que secó la Mar,
las aguas del gran Océano,
el que trocó las honduras del mar en camino
para que pasasen los rescatados? Isaías 51:9-14

En los relatos de creación que encontramos en Génesis (1:1-2:3 y 2:4-2:25) también pueden identificarse elementos liberadores para la época y cultura en que fueron escritos. Por ejemplo, el mito de creación babilónico (el Enuma Elis) otorgaba carácter divino a los reyes y además enseñaba que los seres humanos habían sido creados para ser esclavos de los dioses. De este modo, se establecía una inamovible jerarquía que permitía que el ser humano común fuera esclavizado por los dioses-reyes. Por el contrario, Génesis 1 enseña que todos los seres humanos, varones y mujeres, están dotados de igual dignidad (imagen de Dios) y que tienen pleno derecho a gozar de todos los bienes de la Creación.

No es el caso analizar en detalle los primeros capítulos de Génesis ni su carácter mitológico[5]. Lo que es esencial destacar aquí es que Génesis 1 y todos los pasajes bíblicos referidos a la creación, son relatos llenos de sentido que nos enseñan acerca del propósito de la creación y de nuestra propia existencia y de los cuales podemos extraer principios esenciales para nuestra relación con Dios, con nuestro prójimo y con toda la creación.

2. LETRA QUE MATA
Sin embargo, todo esto se pierde de vista en el debate entre creacionistas y ateos, quienes sólo leen la letra del texto y no exploran su significado. En este confuso debate, se supone, primeramente, que el libro de Génesis es un solo relato lineal que va desde Génesis 1:1 hasta el final. Lo que se discute, entonces, es la exactitud histórica de ese único relato. Ésta es una aproximación ingenuamente errada, puesto que no da cuenta de la estructura ni del proceso de formación del texto ni de las intenciones de sus primeros autores.

Se pasa por alto, por ejemplo, que Génesis tiene dos relatos independientes de la creación. El primero cubre Génesis 1:1 - 2:3 y culmina con: Y bendijo Dios el día séptimo y lo santificó; porque en él cesó Dios de toda la obra creadora que Dios había hecho.

En Génesis 2:4 empieza otro relato: Esos fueron los orígenes de los cielos y la tierra, cuando fueron creados.

La palabra hebrea “toledoth”, en lugar de “orígenes”, significa más bien “descendientes”; literalmente, “engendramientos”. Es la misma palabra que se usa en los pasajes que anuncian el inicio de las historias del hijo de Taré (Abraham; Gén. 11:27) y del hijo de Isaac (Jacob; Gén. 25:19). Del mismo modo, Génesis 2:4 nos anuncia el inicio de la historia de los hijos de la tierra. Inmediatamente, surge una contradicción cronológica con Génesis 1: El día en que hizo Yahveh Dios la tierra y los cielos...

Se habla sólo de un día y no de siete. Luego, el orden de creación cielos-tierra > hombre > vegetación > animales > pareja humana no coincide con Génesis 1. Además, la escala espacial es diferente. Génesis 1 es un relato cósmico mientras que Génesis 2 alude a un lugar geográfico específico.

Cualquier intento por hacer calzar estos dos relatos será inútil o llevará a elucubraciones, tan insostenibles como interminables, en torno a detalles no escritos que permitirían armonizar a medias el cuadro. Este tipo de lectura no sólo oscurece el sentido del texto, sino que convierte a la Biblia en un incoherente “libro de ciencias”[6]. Todo esto, sin considerar que la omisión de alguno de los relatos o la adición de detalles no escritos serían supuestamente inadmisibles en una lectura protestante de la Biblia, debido a los principios fundamentales de “sola scriptura” y “tota scriptura”.

Que las fases y cronologías de la creación varíen tan sustancialmente entre los distintos relatos, implica que esto no debe haber incomodado a los autores ni a los compiladores de los escritos hebreos que algún día conformarían la actual Biblia. Los detalles espacio-temporales que ocupan a creacionistas y ateos no eran de importancia en aquellos tiempos antiguos. Lo esencial, insistimos, era el sentido del relato[7].

3. EVOLUCIÓN Y SENTIDO
Mientras que el sentido (lo teleológico) es lo central en los relatos bíblicos, la ciencia moderna -que dio a luz la teoría de la evolución- se interesa en otros aspectos. “La ciencia moderna busca relaciones, pues en su explicación de la realidad busca la ley que gobierna los fenómenos, aquella relación constante y necesaria entre ellos. Es una ciencia absoluta, matemática, mecanicista y ateleológica”[8].

Se trata de una descripción de cómo ocurren los fenómenos. No aborda cuestiones de sentido como “por qué” o “para qué”. Por eso, nuestros problemas empiezan cuando nos ponemos a hacer lecturas teleológicas de las teorías científicas.

Así, no hay que perder de vista que la teoría de la evolución es simplemente un intento de describir “cómo” se origina un cierto hecho[9]. Este hecho es la evolución, la que puede definirse como un proceso que da como resultado cambios heredables que permanecen en una población[10] a lo largo de generaciones. Desde el punto de vista científico, este proceso no persigue un objetivo determinado; simplemente ocurre como consecuencia de dos tipos de fenómenos, los que tocaremos aquí de manera hiper-simplificada.

4. VARIACIÓN Y SELECCIÓN
En primer lugar, están los procesos que generan variaciones en el material genético de una población; la base de estos procesos es la mutación. En segundo lugar están los procesos que reducen estas variaciones genéticas; el más importante de ellos (y el peor entendido) es la selección natural.

La mutación es una modificación azarosa de un gen que genera una nueva versión del mismo. A lo largo de las generaciones, este gen alterado puede desaparecer (lo más probable) o puede aumentar su frecuencia en la población, dependiendo de qué tan prolífico sea el linaje de los portadores del nuevo gen. En esto consiste, básicamente, la selección natural. Al observar este proceso, da la impresión de que el medio ambiente estuviera “seleccionando” los genes que hacen que la especie sea más exitosa para reproducirse, mientras elimina los otros.

Al referirse a esta “selección” efectuada por el medio, a menudo se habla de la “supervivencia de los más aptos”. Éste es un doble error. La selección depende mucho más del éxito reproductivo que de la capacidad de supervivencia de los individuos. Por ejemplo, existen especies con enormes descendencias en las que sólo una pequeña proporción de individuos sobrevive hasta la edad reproductiva; pero esto basta para preservar la especie.

Por otra parte, la expresión “más apto” es muy ambigua y se ha dado para interpretaciones lamentables. Por ejemplo, muchos partidarios y detractores de la evolución la ven como un proceso de creciente perfeccionamiento. Esto no es ni puede ser correcto. No puede serlo, porque equivale a decir que la evolución trabaja con el fin último de generar especies más perfectas. Ésta es una afirmación teleológica, no científica, y que, de tomarla en serio, nos obligaría a inventar criterios para discriminar entre especies más o menos perfectas y -lo más funesto- a hacer lo mismo entre las razas humanas.

En sentido evolutivo, dicha “aptitud” sólo podría referirse a la capacidad para dejar una descendencia viable que le permita a la especie permanecer en el tiempo. Además, si la evolución fuera un continuo perfeccionamiento, las especies actuales serían “más aptas” que las extintas. Sin embargo, si ponemos a cualquiera de las especies de mamíferos actualmente existentes (entre ellas, la nuestra) en el ambiente terrestre de hace cien millones de años, seguramente tendría tantos problemas de adaptación que no tardaría en extinguirse.

Así como el medio ambiente parece “seleccionar” ciertos cambios genéticos en las especies, los organismos vivos también hacen lo suyo con el ambiente. Un ejemplo dramático son los sustanciales cambios experimentados por la composición de la atmósfera primitiva después del surgimiento de la vida en la Tierra. Esto habría llevado a la posterior “selección” de las variantes genéticas que llevaron al surgimiento de los actuales linajes respiradores de oxígeno, entre ellos el nuestro.

De este modo, el proceso de selección implica una relación de reciprocidad entre los organismos vivos y el medio, en el que ambas entidades se mantienen acopladas, mientras cambian de manera continua e interdependiente[11].

Según este modelo, podríamos decir que un linaje es “apto” mientras es capaz de mantenerse acoplado con su ambiente. La ruptura de este acoplamiento implicaría la extinción del linaje.

Autor: Felipe Elgueta Frontierse tituló con distinción como Bioquímico en la Facultad de Farmacia de la Universidad de Concepción, Chile, en 1998. Poco después obtuvo el título de Profesor de Química en la misma universidad. Paralelamente, estudió diversas disciplinas musicales y empezó a trabajar como traductor en los ámbitos de la ciencia y la educación. Tras haber adherido al ateísmo, en 1999 se convirtió a la fe cristiana gracias al contacto con miembros de la Iglesia “Puerta del Rebaño”.



[1]Ésta es una versión levemente modificada y actualizada de un artículo publicado en la página web de la Iglesia Anabautista Menonita “Puerta del Rebaño” (Concepción, Chile, 2 de abril de 2003). Disponible en: http://www.puertachile.cl/articulos/2003/creacion_evolucion.htm .
[2]Las citas bíblicas fueron extraídas de la Biblia de Jerusalén.
[3]Hans de Wit (1988). “La canción de la tierra”, Capítulo 2 de “He visto la humillación de mi pueblo”.
[4]Pasajes similares de creación-liberación se encuentran en los Salmos y los profetas. Véase, por ejemplo, Salmo 74 y 89 e Isaías 40:21-23 y 51:9-11.
[5]Para ello, recomendamos la lectura de los primeros capítulos de: Hans de Wit (1988). “He visto la humillación de mi pueblo”.
[6]Para conocer más sobre las incoherencias surgidas al tomar la Biblia como libro de ciencias, véase “IBSS. Biblia y Ciencia ¿concuerdan?”.
[7]Como ejemplo del pensamiento de aquellos tiempos, podemos citar la descripción que hace John Wilson de la cosmología egipcia. Él señala que mientras nosotros intentamos captar el mundo “en un solo cuadro”, un mismo habitante del antiguo Egipto no tenía ningún problema en adoptar simultáneamente diversas representaciones del universo. Frankfort, H. & H.A, Wilson, J.A., & Jacobsen, T (1958). “El pensamiento prefilosófico. I. Egipto y Mesopotamia”. Brevarios del Fondo de Cultura Económica, páginas 65-66.
[8]Julio Ramírez Cádiz (1999). “Ciencia antigua, moderna y contemporánea”. Revista Enfoques Educacionales Vol. 2 Nº1 1999. Departamento de Educación, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Chile.
[9]Sobre la distinción entre la evolución como hecho y como teoría, véase nuestra traducción de: Laurence Moran (1993). “La evolución es un hecho y una teoría.
[10]Grupo de individuos de una misma especie.
[11]El concepto de acoplamiento estructural es descrito claramente en: Maturana, H., y Varela, F. (1984). “La deriva natural de los seres vivos”, Capítulo 5 de “El árbol del conocimiento”. Editorial Universitaria, Santiago de Chile.
 

 


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COMENTARIOS

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Ale
11/11/2011
01:55 h
14
 
Interesante el artículo y también los comentarios, espero el número 2!!!
 
Respondiendo a Ale

Luis
10/11/2011
12:29 h
13
 
He echado un ojo a algunas de las referencias a pie sobre mitos y los versículos “de ciencia moderna” según Morris ¿Siempre lo normal en tiempos del AT era considerar un mundo sobre un círculo/disco? ¿Dónde irían ahí los pilares? ¿Algún dibujo por ahí? ¿Fueron uniformes las cosmovisiones integradas en el “lenguaje de su tiempo” durante todo el AT? RAMÓN: Tu pregunta al autor es buena y también a mí me encantaría una respuesta pero desde mi ignorancia intuyo pero si esperamos algo de ciencia no podremos demandar que lo haga en 12 líneas.
 
Respondiendo a Luis

Ramón Gómez
09/11/2011
21:33 h
12
 
¿Es correcto lo que leo o existe un error por mi parte? En #5 he preguntado cómo es posible que surjan nuevos órganos (los pechos de los mamíferos, los ojos de la langosta, las pluma del ave) allí donde no existen previamente y la respuesta del autor es esencialmente #8: “Se han escrito muchos libros. Uno en inglés. También la Wikipedia habla de ello” ¿Es esa la mejor respuesta científica que un evolucionista puede ofrecer? ¿Podría decirnos algo sobre el ORIGEN de la nueva información genética necesaria para construir un nuevo órgano?
 
Respondiendo a Ramón Gómez

Isaac
08/11/2011
18:21 h
11
 
'(...) Pero ¿cómo puede ser que un dios no creador, de repente, se torne creativo? Por el deseo, sin duda. Pero el deseo de crear implica una volición, una actividad egoico-emocional, una imperfección. Un dios creador es contradictorio porque desea y es perfecto a la vez. Pero perfecto sólo puede serlo lo cumplido, lo completo, lo que no necesita, ni anhela, ni desea, ni echa en falta.' José Antonio Marina, 'Dictamen sobre Dios'
 
Respondiendo a Isaac

Pablo de Felipe
08/11/2011
17:41 h
10
 
Yo he publicado un par de artículos sobre estos temas en Alétheia a finales del siglo pasado con referencias a la cosmología antigua, que se re-editarán en TdE. En cualquier caso, no es mi intención que el debate de los primeros capítulos del Gén ocupe todo el espacio. Tradicionalmente el diálogo ciencia-fe ha sido exclusivo sobre Darwin. Espero que los lectores aprecien otros temas, desde ecología a historia de la ciencia. Gracias!
 
Respondiendo a Pablo de Felipe

Pablo de Felipe
08/11/2011
17:41 h
9
 
Como “editor” de Tubo de Ensayo, agradezco tanto los comentarios críticos como los favorables. Me estimula a escribir y buscar colaboradores para campos. Sobre el comentario de Luis, es un objetivo de TdE el traer nuevos enfoques corrientes ya entre evangélicos de otros países (tanto científicos como teólogos) que iluminan las relaciones ciencia-fe. En 2008-2009 publicamos varios artículos sobre el debate de orígenes, y otra vez a principios de este año.
 
Respondiendo a Pablo de Felipe

Felipe Elgueta
08/11/2011
08:30 h
8
 
Gracias por los comentarios. LUIS, en las referencias hay enlaces a varios artículos donde se habla un poco sobre la cosmovisión antigua. RAMÓN: sobre la evolución de los órganos se ha publicado bastante; se acaba de publicar un libro en inglés sobre el tema, pero también hay cosas en español en la web. Y la Wikipedia en inglés tiene una entrada bastante larga sobre la evolución del ojo.
 
Respondiendo a Felipe Elgueta

Hermann Schatte
08/11/2011
08:30 h
7
 
Desde luego discrepo del autor de la nota. Segun ella, lo unico original de la Biblia es que nos dice que Dios creó (ex-nihilo, espero, aunque no lo afirma el autor ). Los detalles, segun la nota- no serian mas que una serie de mitos en todo comparables con otras cosmogonías paganas. Lo unico interesante que nos queda es el significado del relato del Genesis. Esto ultimo, al carecer de base historica, pueden darse toda clase de interpretaciones... Como aporte al debate es interesante, pero rechaza el autor en su nota uno de los atributos distitivos del Dios de la Biblia: Su omnipotencia. En segundo lugar, la teoría de la evolución es una explicacion cientifica decimononica, que desc
 
Respondiendo a Hermann Schatte

Luis
07/11/2011
20:47 h
6
 
Se podrá estar de acuerdo o no, pero gracias a Tubo de Ensayo por fin empezamos a ver artículos en castellano con algo de coherencia en el tema de Biblia y orígenes ¿Para cuándo artículos sobre el diluvio y la visión del cosmos antiguo (compuertas del cielo, pilares, extensiones...etc.)?
 
Respondiendo a Luis

Ramón Gómez
07/11/2011
20:47 h
5
 
El autor seguramente podrá aclararnos… ¿ Quién, dónde, cuándo y cómo ha observado la aparición de qué órgano en concreto allí donde no existía previamente mediante una sucesión darwinista de pequeños cambios graduales imperceptibles producidos por errores de copia que se acumularan a lo largo de generaciones? O quizás… ¿A partir de qué “estructura más simple” surgieron lenta y gradualmente el radar del murciélago, la pluma del ave y los pechos de los mamíferos?
 
Respondiendo a Ramón Gómez

Dani Hofkamp
07/11/2011
20:47 h
4
 
Muy interesante Felipe. En cuanto a la interpretación del Génesis, quizá el hecho de defender con firmeza su historicidad nos hace perder de vista el sentido del relato. También hay que tener en cuenta las implicaciones teológicas derivadas de adoptar otra postura. Seguiré con atención los siguientes artículos.
 
Respondiendo a Dani Hofkamp

Israel Muñoz
07/11/2011
20:47 h
3
 
Gran artículo Uno puede llega a enquistarse y a pensar que toda la obra de Dios es necesariamente instantánea, y no tiene que ser así, es más, casi nunca es así en la Biblia. Hay multitud de ejemplos de procesos desde que se da una Palabra hasta que se cumple. Esto le pasó a Abraham y su paternidad de multitudes, a los descendientes de Jacob y su tierra prometida o al ungido David hasta que llegó al reinado pasando por las cuevas de adulam y el bosque de Haret.
 
Respondiendo a Israel Muñoz

Felipe Elgueta
07/11/2011
09:34 h
2
 
Sobre el dilema del origen, no creo éste exista. Si Dios es el creador del Universo, es también el creador de los 'procesos puramente naturales'. Sobre el origen de los órganos, por supuesto que la evolución lo explica: surgen por la evolución de estructuras más simples. Saludos.
 
Respondiendo a Felipe Elgueta

Ramón Gómez
06/11/2011
16:00 h
1
 
El dilema es el ORIGEN. El dilema no es creacionismo o evolución sino EL ORIGEN del mundo natural. ¿Se ORIGINARON el universo y la vida por procesos puramente naturales (naturalismo) o por la intervención de un Creador (creacionismo)? ¿Qué proceso natural ORIGINÓ un universo sin la acción de un Creador? Ciertamente la evolución explica cómo varían las especies, pero no cómo se ORIGINAN nuevos órganos previamente inexistentes.
 



 
 
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