Católico o protestante, anglicano o puritano,
Shakespeare fue un buen cristiano. Un cristiano consciente, con una perfecta visión de la teología cristiana. Un cristiano enamorado de la Biblia, cuya historia divina asimiló en su vida y dio a conocer en sus obras, no obstante la ceguera de muchos críticos, que se han empeñado en no ver este importante aspecto en la cultura del poeta.
Como Cervantes en EL QUIJOTE, Shakespeare habla en sus dramas con el lenguaje de la Biblia. Unejemplo lo tenemos en HAMLET, donde un enterrador se sorprende por la ignorancia bíblica de su compañero.
“Entran dos
clowns (sepultureros rústicos) con picos, azadones, etc., y pónense a cavar una fosa”.
SEPULTURERO 1º.-
Lo cierto es que no hay caballeros de más antigua prosapia que los hortelanos, los cavadores y los sepultureros, que son los que ejercen el oficio de Adán.
SEPULTURERO 2º.-
¿Era Adán Caballero?
SEPULTURERO 1º.-
Fue el primero que usó armas.
SEPULTURERO 2º.-
¿Qué estás diciendo, si nunca fue armado?
SEPULTURERO 1º.-
¡Cómo que no! ¿Serás hereje? ¿Cómo entiendes tú la Sagrada Escritura? La Sagrada Escritura dice: “Adán cavaba”. ¿Cómo podía cavar sin ir armado de brazos?....
HAMLET.-
Esa calavera tenía lengua y podía en otro tiempo cantar. ¡Cómo la tira contra el suelo ese bribón, como si fuera la quijada con que Caín cometió el primer asesinato!”. (HAMLET, Acto V, Escena 1ª)
En EL MERCADER DE VENECIA, Shylock, el judío,
conoce a la perfección la historia del Antiguo Testamento: “
Cuando Jacob llevaba a pastar los rebaños de su tío Labán, este Jacob, que fue de la familia de nuestro santo Abrahán, gracias a las medidas que su prudente madre tomó en su favor, el tercer descendiente…; sí, el tercero”. (EL MERCADER DE VENECIA, Acto I, Escena 3ª)
El conocimiento bíblico de Shakespeare se extiende al Nuevo Testamento,cuya historia evidencia conocer. Volviendo a RICARDO II oímos al Rey exclamar:
“
Tres Judas, y cada uno tres veces peor que Judas. ¿Has podido hacer la paz? ¡Que el infierno aterrador declare la guerra a sus almas amancilladas por esta ofensa!”.
“¿No solían gritar, saludándome: “Salve? Así hacía Judas con Cristo. Pero El, entre doce hombres, no encontró más que uno falso; yo entre doce mil, no hayo uno solo fiel”. (Acto III, Escena 2ª y Acto IV, Escena 1ª)
En algunas ocasiones nombra la Sagrada Escritura, en otras cita textualmente pasajes bíblicos que aparecen entrecomillados en el texto, como en el caso –por poner un solo ejemplo- del Rey Ricardo:
“
Los mejores, como los que se relacionan con las cosas divinas, están mezclados de escrúpulos y suscitan antagonismos con las entonadas palabras, como, por ejemplo: “Venid, vosotros los humildes”. Y todavía: “Es más difícil entrar un rico en el reino de los cielos que pasar un camello por el ojo de una aguja”. (RICARDO II, Acto V, Escena 5ª).
La primera cita es una referencia a
Mateo 11:28 y la segunda es transcripción de
Marcos 10:25.
Estas citas entrecomilladas no abundan en el texto de Shakespeare, es cierto, pero téngase en cuenta que Shakespeare fue un dramaturgo que componía tragedias y comedias teatrales, no un teólogo con la misión de escribir exclusivamente sobre temas espirituales. De haber sido así, estamos seguros que sus conocimientos bíblicos se habrían puesto de manifestó mediante citas y alusiones continuas a la Sagrada Escritura.
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