Breviario del sosiego/ 90

Increíble que aún existan seres humanos que nieguen a Cristo como redentor de los humildes y explotados, de aquellos cuya dignidad ha sido mutilada una y otra vez, por los siglos de los siglos. Y conste que la mutilación, en muchos casos, fue hecha por gentes que se decían cristianas.

***

La fraternidad hay que demostrarla en todo instante, no sólo el día de culto.

***

Para un cristiano la honestidad no es una virtud sino la savia de su existir.

***

¿Hasta cuándo esa voluntad invisibilizadora hacia el hermano cuyo don irradia más Amor?

***

El viaje siempre conduce hacia uno mismo, pero la llegada debe ser justo a tiempo de salvarse.

***

Consufrir el drama de los otros. He ahí el principio de la Esperanza.

***

La fama aparente nada tiene que ver con el ser más verdadero, aquel que a diario se enfrenta y dialoga con el misterio.

***

¿Antes el arte de la liturgia que el sentimiento del hombre que necesita a Dios?

***

Que nadie que porte la bandera de Cristo vaya por la vida chorreando mezquindad.

***

A veces es fácil constatar el divorcio entre las aspiraciones más profundas y las capacidades para plasmar dicho ideal.

***

Sentir la voluntad de Dios, su Creación. Así se entiende mejor el hecho de la vida y de la muerte.

***

Cuando crece el mal hasta el mediodía alumbra oscuridad.

***

Consufrir el drama de los otros. He ahí el principio de la Esperanza.

***

Mística unificación gracias al Espíritu. Tal la coronación del esfuerzo de la Fe.

***

Hay días en que uno se siente más mortal que de costumbre.

***

Lo preciosos es la amistad; no el oro.

***

Lo dejó escrito Jorge Debravo, costarricense: “Nunca he sabido lo que es la poesía. Se me parece a Dios. La intuyo cuando se acerca. Después no sé si se fue. O si la dejé amarrada en la palabra”.