En su interpretación de las Sagradas Escrituras, Miguel Ángel, retrata al brazo derecho de Dios estirado, para con la punta de su propio dedo índice, impartir un toque de vida al nuevo ser creado por Él, quien yace con el brazo izquierdo en la misma posición, expectante.
Paralelamente, el artista destaca otro evento presente en esta representación: la
conexión - entre lo divino y lo humano. Por lo cual, en este contexto, Miguel Ángel presenta como campo de experiencia común entre Dios y el hombre,
el aliento de vida, que concede el ser supremo y recibe el ser humano. La vida es ahora una experiencia compartida.
De modo que, la comunicación entre el ser humano y su Creador se hizo posible sólo gracias a que Dios proporcionó conexión a través de la vida impartida hacia Adán.
Desde esta óptica la escritura que dice
...No sólo de pan vivirá el hombre sino de toda palabra que sale de la boca de Dios (
Mateo 4:4), adquiere una nueva dimensión, pues la palabra no es únicamente para ser comunicada, esto es hablada, escrita o cantada, sino para
conectar a través de la vida que hay en ella.
Sin embargo, cabe aclarar que Dios puede conectar con el hombre a través de su palabra, porque Él mismo es la Palabra, Él mismo es el pan de vida. Dicho de otro modo, no hay una inconsistencia entre lo que Dios dice y lo que hace y lo que Él es.
En un importante estudio del University College of Los Ángeles se descubrió que la comunicación cara a cara puede ser dividida en tres componentes: las palabras, el tono de la voz, y el lenguaje corporal.Lo sorprendente aquí es que en algunas situaciones, cuando mensajes verbales y no verbales son inconsistentes, lo que la gente nos ve hacer y el tono que usamos al hablar puede pesar más que cualquier palabra que digamos mientras tratamos de comunicarlo. Es decir, la gente pone más atención al “cómo” lo digo, que a “qué” estoy diciendo.
En el estudio, se encontró que
· Lo que decimos cuenta sólo el 7% de lo que es creído
· La forma en cómo lo decimos cuenta el 38%, y...
· Lo que otros ven en nosotros cuenta el 55%
De acuerdo a estas cifras,
más del 90% de la impresión que transmitimos no tiene nada que ver con lo que realmente decimos. De manera que, si andamos con la idea de que la comunicación es sólo acerca de palabras, estamos completamente equivocados y tendremos dificultades para conectar con otros. Las estadísticas anteriores demuestran que una comunicación unidimensional es inefectiva en todo sentido.
Podemos entender que Dios pudo conectar con Adán tomando en cuenta que había creado un ser a su imagen y semejanza. En este respecto el apostol Pablo explica que somos seres tripartitos compuestos de cuerpo, alma y espíritu (
1 Tesalonicenses 5:23). Es decir, un ser exterior, un ser intermedio y un ser interior.
A través de la Paráboladel Sembrador (cifrada en Marcos 4:3-9,14-20 y Lucas 8:5-9,11-15) Jesús indica que las palabras que son percibidas sólo por el ser exterior pasan desapercibidas. Que las palabras captadas por el ser intermedio, entusiasman por un tiempo, pero después fácilmente se olvidan al dar prioridad a otras cosas en la vida. Por eso la meta es llegar al mísmisimo ser interior, aquel que está capacitado para recibir la vida.
Pero, el ser intermedio juega un papel importante, porque éste actúa como un filtro entre el ser exterior y el ser interior. Jesús habla de tres niveles en que el ser intermedio - o sea, el alma - filtra la información y los mensajes que le llegan a través del ser exterior, es decir, el cuerpo. De modo que el alma actúa en tres niveles
· Intelectual
· Emocional
· Volitivo
En otras palabras, cuando tratamos de comunicar debemos incluir algo que apele al pensamiento, esto es información, algo que conocemos o sabemos; a las emociones, esto es algo que sentimos; y a la voluntad, o sea, algo que ponemos en acción, algo que hacemos. Y aquí se pueden presentar diferentes constelaciones, por ejemplo:
Si digo algo que sé pero no lo siento, mi comunicación carece de pasión. De igual modo, si digo algo que sé pero no lo hago, mi comunicación es meramente teórica.
Por otra parte, si siento algo pero no lo conozco, mi comunicación es infundada. Si siento algo pero no lo hago, mi comunicación es hipócrita.
Por último, si hago algo pero no lo conozco, mi comunicación es presuntuosa. Si hago algo pero no lo siento, mi comunicación es mecánica.
Esto fue lo que precisamente Jesús reprochaba a los fariseos y acerca de ello también les corregía (
Mateo 23:13-32).
De manera que, sin alguno de estos componentes la comunicación se hace inefectiva y nos lleva a desperdiciar recursos; y, sobre todo, se hace imposible conectar verdaderamente con la gente. Pero, si incluimos todos estos componentes, la comunicación es convincente, apasionada y creíble, y el resultado es conexión.
Asimismo, la Paráboladel Sembrador, plantea que cuando tratamos de comunicar debemos hacerlo gradualmente en tres niveles de profundidad, es decir, de acuerdo a nuestra naturaleza vamos de lo más superficial a lo más profundo, así tenemos:
1.
Información, que apela al intelecto
2.
Motivación, que apela a las emociones y a la voluntad
3.
Revelación, que apela al espíritu
Esto es, primero doy forma, después inspiro, y, por último, doy vida.
Los estudiosos de los procesos de comunicación saben que la efectividad de la misma no depende únicamente del mensaje a secas, sino del tratamiento que se dé al mismo. Jesús anticipó este descubrimiento hace dos mil años.
Cada mensaje que tratamos de transmitir debe contener parte de nosotros mismos. Jesús impartía sus enseñanzas, poniendo algo de sí mismo en ellas, entiendase, su propia vida.
Si nos limitamos a transmitir mera información, nos quedamos en el nivel más superficial y no llegamos a nuestro objetivo. De manera que, siguiendo el ejemplo de nuestro Creador y Salvador, necesitamos ser más que mensajeros. Como los padres de las Ciencias de la Comunicación han postulado:
El medio es el mensaje; locual significa que nosotros mismos debemos ser e incorporar el mensaje que queremos enviar, de otra forma no tenemos credibilidad y no podemos conectar.
Informar es superficial y efímero, motivar va un poco más lejos, aunque tiene una vigencia limitada; pero, conectar es profundo y para la eternidad. Curiosamente, esta es un área en la que los poetas y los cantautores llevan ventaja, pues tienen la capacidad de penetrar en lo más profundo del ser, porque ellos emiten mensajes a partir de niveles más profundos.
Concretizando, nadie puede ser creíble si no ha hecho parte de sí mismo el mensaje que quiere transmitir y si tampoco lo ha vivido, ya sea a puerta cerrada o abierta. Una vez que lo hemos realizado y llevado a cabo seremos capaces de hacer algo más que simplemente relatar información. Porque al conectar no estamos dando meros datos, sino que nos estamos ofreciendo a nosotros mismos. Nada sucederá a través de nosotros hasta que lo vivamos en primera persona, lo cual nos presenta como personas auténticas, reales y creíbles.
Jesús no era una falsificación, sino verdadero en todo lo que pensaba, decía, obraba y era, por eso Él mismo es el mensaje y, por lo mismo, en la Biblia se le llama el Verbo, la Palabra y el Nombre. Y nosotros estamos llamados imitarle.
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