Breviario del sosiego/ 66

La plegaria comenzada en la Cruz es voz que embaraza por siglos.

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Si pierdes el amor, tu fe ya no alcanza a todos.

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De lo malo a lo bueno se anda bien. Otra cosa es hacer el camino contrario.

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Ciudades enteras indefensas ante la adversidad. Y más aún, bocinas alertando de radiaciones como donde las nebulosas.

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Hay quienes también existen en el olvido.

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Declararse ateo ya es confesar que se práctica una religión con toda una serie de rituales y dogmas. Además, puede que su activa proclama sea de un fanatismo tal que poco lo diferencie con aquellos sectarios del cristianismo más irreligioso que se haya conocido en todos los tiempos: los inquisidores. Pero no vayamos tan atrás, porque para que otros crean en el Evangelio es necesario ser autocrítico, dejar hipocresías a un lado y señalar errores propios antes que los de aquellos que sólo son escépticos o indolentes ante la ejemplaridad del Cristo que nunca se enmohece, porque no es una estatua sino una fuerza espiritual que se filtra en el corazón del hombre. El mal proceder de cierta jerarquía religiosa, más pendiente del oropel, de ocultar escándalos de pederastia y de llamar al orden que ellos sistemáticamente incumplen, lo único que está consiguiendo es acrecentar el desdén de las nuevas generaciones.

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¡Dicen tanto los prolongados silencios!

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¿Olvidar las recias verdades?

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Me aprieta la corbata o la inmadurez majadera del rebaño disperso.

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La seguridad nuclear es segura hasta que desata el terror de su voltaje y nos ciñe su negra corona.

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Leamos otro fragmento crítico que escribiera el teólogo Valdir Steurnagel: “Es fácil hacer de la teología una cuestión cerebral. Entonces la biblioteca y el computador nos bastan. Pero esa teología de torre de marfil no entiende ni refleja las cosas del corazón de Dios, ni consigue llegar cerca de las preguntas, de los dramas y de las angustias de las personas de antes y de hoy. La teología requiere que se quiera y se sepa ver que el vino se está acabando y que los dueños de la fiesta están muy preocupados. María nos enseña a hacerlo. Vio la situación y le dijo a Jesús: ‘Ya no tienen vino? (Jn 2,3). La teología no sólo da respuestas, sino que también hace preguntas… Son muchas las veces y las ocasiones en que se trata de hacer teología desde una perspectiva de poder y de control. Así sucede de vez en cuando. Se da en la actitud arrogante de quien quiere establecer como definitiva su elucubración teológica, ya sea personal o hasta denominacional. Se da en el grito autoritario de quien se considera dueño de la ‘verdad de Dios’, en su afán loco de querer controlar la acción de Dios hoy, sea afuera o aquí adentro, en la propia iglesia. La teología necesita aprender a decir que no hay más vino y entonces quedarse quieta. La teología necesita saber decir que no sabe…”

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Una sombra no se cuelga, ni siquiera en un reino ajeno.

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Nunca fue fácil atravesar fronteras. Ahora, con tantas imágenes de lugares prósperos que la televisión acerca a hogares de extrema pobreza, la avalancha va siendo imparable, aunque pongan más barreras por agua, tierra y aire.

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Ofrecer hospitalidad es celebrar una fiesta fraterna.

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¡Despójate de tus plumas de pavo real!

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El buen cristiano no sólo debe auxiliar al más desfavorecido, sino que debe indagar en las causas verdaderas que explican cada injusticia.

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Donde se nace no siempre es el lugar de uno. Sí lo es el lugar donde uno quiere morir.

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Sentirse libre es un mortal espaldarazo, un privilegio nobilísimo.

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¡Siéntate en mi rodilla, hermosa mía, para que pueda asaltarte con ventaja y ser así víctima de tu gozo!