Felicitaciones a Editorial Clie por la publicación de estos dos buenos libros. Dos antologías de las que dejan huellas y apuntan horizontes. En la historia de Calvino se incluyen textos de 38 autores. Los poemas han sido escritos por 128 versificadores.
En ambos casos, los escritores han sido cuidadosamente seleccionados por el pastor presbiteriano Leopoldo Cervantes-Ortiz, uno de los intelectuales más brillantes que tienen las letras mexicanas en esta generación. Cervantes estudió Medicina y Teología, posee una maestría en literatura latinoamericana por la Universidad Autónoma de México. Es miembro de la Comisión de Formación Ecuménica del Consejo Mundial de Iglesias. Poeta y editor.
Desde que entré en contacto con su literatura años atrás descubrí en Leopoldo Cervantes un pensador profundo, firme, estable, duradero. Hay en él un incesante fluir de ideas, producto de su luz interior, que es la luz del Espíritu. Utiliza el papel porque le encantan las palabras. Suele tener un libro en las manos y otro libro en la cabeza. La escritura es para él una rendición. Su visión del mundo y del hombre está coloreada por su fe cristiana, por su condición de hombre que lee y enseña la Biblia.
La biografía completa de Calvino, quién fue, cómo fue, qué hizo, corre a cargo de Emile Leonard en el segundo capítulo del libro. Define a Calvino como “fundador de una civilización”. Calvino, veinticinco años más joven que Lutero, nació en Noyón, Suiza, el 10 de julio de 1509. A su muerte en 1564 su doctrina, expuesta en el libro LA INSTITUCIÓN CRISTIANA, se había extendido por toda Francia, Hungría, Países Bajos y Escocia principalmente. La figura de Calvino destaca en el monumento dedicado a la Reforma en Ginebra.
Dice Leopoldo Cervantes que Calvino ha sido mal interpretado y poco apreciado en círculos católicos y protestantes.Se le ataca por la muerte de Miguel Servet, por su supuesto espíritu capitalista. “En el interior mismo de las iglesias –añade- se le ve como una persona intolerante, fanática y autoritaria”. Por el contrario, Rubén Rosario Rodríguez, quien se confiesa teólogo formado en la tradición calvinista reformada, afirma en otras páginas que la teología profesada por Calvino puede hacerse inteligible para la Iglesia del siglo XXI “en su lucha por la relevancia cultural y en medio de una sociedad cada vez más secularizada y plural”.
Con ANTOLOGÍA DE POESÍA RELIGIOSA LATINOAMERICANA Leopoldo Cervantes nos traslada de los conflictos urbanos al esplendor de la yerba. De la doctrina laberíntica del Levítico al gozo sin sombras del Cantar de los Cantares.
Los mejores poetas de la América que escribe en castellano, hombres y mujeres de ayer y de hoy, nos ofrecen aquí una muestra lacerante del verso eterno. Hermosas páginas de precisión, belleza, brillantez, que hablan de religión, de Dios, de amor, de memoria y de olvido. Una delicia.
Interesante y de valiosa información para muchos desconocida, el capítulo sobre la poesía de autores protestantes.Una nómina que incluye, entre otros, a Laura Jorquera, Uberto Barbieri, Gonzalo Báez-Camargo, Ángel Mergal, Francisco Estrello y Luis D. Salem. Báez-Camargo fue miembro de la Academia Mexicana de la Lengua. Salem publicó en 1991 LA PALABRA ESCRITA, un recuento de los principales escritores protestantes.
Todo ello evidencia que la temática evangélica ha estado y está presente en la poesía hispanoamericana, aún cuando la crítica especializada no le preste mucha atención.
Al auge de la poesía protestante en Latinoamérica ha contribuido la crisis en el seno del catolicismo, que se traduce en un avance extraordinario del protestantismo. Cálculos fiables hablan de unos cincuenta millones de evangélicos en esos países donde la Iglesia católica ha ejercido un poder absoluto durante siglos. Cervantes-Ortiz lo dice con palabras suaves, pero claras: “….las mutaciones que experimentó América Latina a lo largo del siglo XX, manifestadas sobre todo por la creciente descatolización, responden también a las características peculiares que han tenido la modernidad y su influjo. Tal vez el progresivo debilitamiento de la religión mayoritaria comenzó a hacerse palpable antes de imponerse la pluralidad religiosa actual, mediante la expresión literaria de las primeras décadas del siglo, en las que se forjó un conjunto valiosísimo de autores que ignoraron por completo las restricciones clericales”.
Siendo un enamorado de la poesía de Borges, de quien en breve publicaré aquí varios artículos, me he deleitado leyendo el trabajo que cierra la biografía de Calvino, escrito por el chileno Omar Pérez Santiagoy titulado EL EVANGELIO SEGÚN BORGES. Son apenas tres páginas y media, pero Omar Pérez aporta datos que desconocen o silencian biógrafos parciales del poeta y ensayista argentino.
Barriendo un poco hacia la casa propia, Pérez afirma: “Borges fue un calvinista. Su estética es calvinista”. Lo dudo. He pasado meses estudiando a Borges y al igual que ocurre con Unamuno es arriesgado atribuirle un credo concreto. No está demostrado que Calvino creyera, como Borges, que en la tragedia de la Cruz sólo hubo dos voluntarios: El Redentor y Judas. Por lo demás, el artículo de Omar Pérez me parece excelente. Fundamentado en casi todas sus partes, escrito con delicadeza y sensibilidad de poeta.
Otra vez, mil felicitaciones a Leopoldo Cervantes-Ortiz por estas joyas de libros y aplausos a Editorial Clie que los ha puesto a nuestra disposición.
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