Breviario del sosiego/ 64

La mujer será la argamasa para que el cristianismo se fortifique: será, más todavía, voz hacia la Voz, extensión viviente del asombro ante el ejemplo del Señor. Claro que en plena igualdad no es ajena al Cuerpo, pero a veces se les abisma porque algunos creen que el Evangelio es un espejo oscuro (para Asun Quintana).

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Procura ofrecer algo único, algo que irradie tu identidad. Primero tendrás influencias, pero luego, cual oruga transformada en mariposa, debes volar por toda latitud hasta dejar tu huella delante de la Luz.

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Deletrea hasta el infinito el nombre de quien Amas: sólo así llegarás al centro de su llama.

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Insiste en desgajar de tu entorno cualquier desaliento.

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Allí donde veas que han vuelvo a practicar la convivencia solidaria, allí tendrás lugar propicio para estar en comunión.

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El poeta no emprende viajes para conquistar territorios, sino corazones que esperan el saludo de su voz.

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Atravesamos por tiempos de palabras huecas, erosionadas por una repetición que corrompe sus significados y las torna estériles. Pareciera que tal destrucción importa a pocos, a los no envilecidos, a los que se alejan del entretenimiento o las patochadas. Cercano al milagro es encontrar a gente deseosa de huir del cielo que representa el consumo exacerbado.

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Hay minutos de una vida que duran por los siglos de los siglos.

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Cuan fraternos resuenan los versos de William Blake, propios del cristianismo primitivo: “Y deben todos amar la forma humana / En judíos, turcos o paganos”.

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En el antimundo ya no vive el traidor.

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Que tu decir conmueva y sea alimento espiritual para muchos. Si no transforma, servirá de poco.

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Parte de la Pasión de Jesús me pertenece: soy piel de su tristeza.

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Rosedal ciertamente verosímil, sin vestiduras, ayuda al tallo súbito que recuerda unos compases.

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¿Perder posiciones por decir lo que se piensa respecto a la enajenación social que carcome a nuestra sociedad? Ten fuerzas, es una buena razón para soportar cada nuevo anochecer.

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Una ciudad donde todos son migrantes: posiblemente Nueva York.

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¿Cómo no mostrar gratitud hacia quienes te demuestran su querencia?

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La impunidad y la ignorancia; la codicia y el despilfarro propician que un país se resquebraje de la noche a la mañana.

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¡Cuídate de los semáforos negros que pretenden imponer los titubeantes de mira estrecha!

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La razón de tu cuerpo es preparación para que, entre asfixia y asfixia, entable diálogo con Dios.