Casualidades de la vida

A mediados del pasado agosto se encontraron tres veces en la isla en apenas cinco días de manera fortuita.

La primera fue por la tarde en Cavalleria, Xavi le dijo que el barro de aquella playa manchaba mucho y que se quitaba con arena. Apenas hablaron nada más porque él siguió camino hacia el faro con su bicicleta.

La segunda por la noche durante las fiestas de Sant Climent, llegaron a decirse sus nombres y que ambos son de Barcelona.

El tercer encuentro fue en Fornells cuando Xavi salía de una exposición y se tropezó con Olivia que entraba. Él le dijo que si se volvían a encontrar le pediría su teléfono.

Xavi quería verla de nuevo pero no tenía ningún dato para localizarla. Intentó y consiguió publicar en la sección de cartas al director de La Vanguardia una cuyo contenido ella entendería, si es que la llegaba a leer.

Cuando Olivia regresaba de Menorca recibió un sms de un familiar que le había llamado la atención la coincidencia del nombre y la playa por si pudiera afectarle. Ella consiguió de inmediato un ejemplar del diario y la leyó. A los tres días publicó en la misma sección su respuesta. Ese mismo día los dos se encontraron en Barcelona en presencia de la periodista Ana Macpherson (*).

Los protagonistas afirman que no se trata de un montaje, simplemente una sucesión de coincidencias.

La Vanguardia publicaba en portada de su edición del día cuatro de este mes la fotografía de ambos en la Plaça del Pí de Barcelona. Tal vez no sea lo que a uno le gustaría encontrar como noticia destacada, o sí.

Se podría pensar que a primeros de setiembre hay noticias más importantes que esa para configurar el contenido de un diario de información general. Cabría sospechar que, partiendo de un hecho real, se está queriendo promocionar el propio periódico y su sección de “Cartas al director”. Se puede imaginar lo que serían capaces de hacer a partir de esta historia los programas del corazón en cualquiera de nuestras cadenas de televisión. Se puede hasta fantasear con el futuro de estos dos jóvenes.

Pues a mí me ha resultado bastante agradable que, en medio de tantas noticias malas y desagradables de todas las partes del mundo, se incluya en un día por lo menos un acontecimiento sin morbo, sin malicia, no retorcido y nada cargante.

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(*) Momento que se corresponde con la foto de este artículo