Patrocinio Ríos es miembro de la Iglesia episcopal que se reúne en la madrileña calle Beneficencia. Doctor en Filología Románica por la Universidad Complutense de Madrid, ejerce como profesor de lengua Castellana y Literatura en un Instituto de la capital. Ha publicado varios libros de investigación, entre ellos DIOS, EL AMOR Y LA MUERTE DE BLAS DE OTERO, LA MUERTE EN LA POESÍA DE RUBÉN DARÍO, UN PROTESTANTE ANTE DOS MÍSTICOS: FRAY LUIS DE LEÓN Y SAN JUAN DE LA CRUZ, LUTERO Y LOS PROTESTANTES EN LA LITERATURA ESPAÑOLA DESDE 1868 y EL REFORMADOR UNAMUNO Y LOS PROTESTANTES ESPAÑOLES.
Ríos cultiva una prosa que Lope de Vega definiría como “lisa y leal, cuenta verdades patentes con frases y términos claros”.
Pío Baroja, en opinión de José Luis Abellán, fue “el novelista por antonomasia de la generación del 98”. Ramón J. Sender dice que su obra “es más compacta y uniforme que la de cualquier novelista contemporáneo”. Y María de Maeztu concluye que “no hay emoción más honda en las letras modernas españolas que las que nos da este escritor”.
Pedro de Vegas, zamorano, fue un pastor protestante a quien asesinaron las autoridades de Franco al inicio de la guerra incivil que martirizó a España entre 1936 y 1939.
Ahora, Patrocinio Ríos reivindica la figura de Vegas. Lo hace en dos artículos, muy documentados, que el pasado mes de enero publicó el periódico LA OPINIÓN. EL CORREO DE ZAMORA. Cuenta que era hijo de Joaquín de Vegas Moya, quien se convirtió al protestantismo tras la Revolución de 1868.
El hijo, Pedro de Vegas, nació en el pueblo de Villaescusa (Zamora) el 13 de marzo de 1893. De mayor ingresó en el seminario evangélico existente en el Puerto de Santa María, provincia de Cádiz. Posteriormente la institución fue trasladada a Madrid y de aquí a El Escorial.
El año 1918 Vegas fue ordenado pastor evangélico y ese mismo año contrajo matrimonio con Josefa Martín Martín.
Ya casados, el matrimonio se estableció en Córdoba para hacerse cargo de la Iglesia cuyo local de cultos estaba situado en el número 12 de la calle Candelaria. Además del ejercicio pastoral, tenía a su cargo la enseñanza en escuelas que la denominación regentaba en la ciudad.
Hombre culto, muy dado a la literatura, lector y apasionado de los libros, estableció una librería de ocasión y biblioteca circulante en la plaza de San Salvador.
Su hija Esther, aún viva, proporcionó a Ríos datos sobre el desenlace trágico de la vida de Vegas y el fin de la librería. Recuerda que el 25 de julio de 1936 una partida de falangistas jóvenes, ebrios de poder, penetró en la librería, tiraron a la calle todos los libros que a ellos no gustaban, descubrieron en un lugar apartado del local gran cantidad de Biblias, y con todo hicieron una pila que rociaron con gasolina y prendieron fuego a las puertas del local. En 1928 Miguel de Unamuno escribió en el Romancero del destierro:
“Han hecho del Evangelio
Texto de abominación;
De tu ley una cruzada.
¡Sangre, robo y destrucción!”
Esto mismo ocurrió en Córdoba ocho años después.
El 26 de septiembre de 1936 dos agentes de policía detuvieron al pastor y al día siguiente murió vilmente asesinado.
Todos estos datos han sido extractados de los artículos escritos por Patrocinio Ríos. Suyo es el crédito.
Es ahora cuando interviene Pío Baroja. Esther, la hija del creyente asesinado, mecanografió estos recuerdos a petición de Ríos: “En 1931 Pío Baroja estuvo en Córdoba, donde escribió algunos de los capítulos de su novela LOS VISIONARIOS. Frecuentaba la librería y gustaba de hablar con mi padre. El capítulo VII de la novela citada, que tituló LA TERTULIA EN LA LIBRERÍA, fue precisamente el primer diálogo que mantuvo con él, mostrándose gratamente sorprendido ante el grado de cultura de mi padre (hablaba inglés y sabía latín, griego y hebrero, además de un castellano correcto).
En LOS VISIONARIOS, la figura del pastor Pedro de Vegas está representada por el ex seminarista Fermín Acha. En un pasaje de la acción, el ex seminarista reflexiona: “Nosotros los católicos, los que siguen practicando y los que hemos abandonado el catolicismo, tenemos una posición espiritual insegura para muchas cosas. Una de las grandes ventajas de los protestantes ha sido leer asiduamente y con atención un libro durante cientos de años. Nosotros, la gente de tradición católica, no hemos leído nada con atención sostenida”.
Hasta aquí, resumen de lo escrito por Patrocinio Ríos en el diario de Zamora ya citado.
Tengo por ahí una carpeta repleta de notas y abundante material bibliográfico sobre Baroja y el protestantismo con la intención de hacer un libro. Algún día le llegará el turno.
Ahora, cuando tanto se reivindica a los muertos que mataron los llamados nacionales durante la guerra incivil, este excelente y cuidado trabajo de Patrocinio Ríos recuerda a la sociedad española que también los protestantes fuimos víctimas de aquella canallada. La inquisición no concluyó definitivamente en 1820.
MÁS INFORMACIÓN
Puede leer aquí el
artículo completo de Patrocinio Ríos en La Opinión de Zamora, titulado Pedro de Vegas, personaje de Baroja
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