Las tres novelas de Miguel Ángel Gómez que presento en este artículo constituyen una muestra de la espléndida literatura que hace este joven autor. Novelar exige imaginación. Los personajes inventados habrán de desempeñar maravillosamente su papel. Ángel Gómez conjunta admirablemente las relaciones entre lo que describe y la realidad en que vivimos. Lo que corrientemente llamamos asunto o argumento aparece en Gómez como una determinada situación de la conciencia.
La primera de las tres novelas, EL ENIGMA DE LA LÁPIDA, apareció en el 2007. Ya va por la tercera edición.
La acción transcurre en Lillo, pequeño pueblo en la provincia de Toledo, entre Ocaña y Quintanar de la Orden, en la Mancha de Don Quijote. Una noche un hombre es asesinado, golpeado violentamente con un palo en la cabeza. Los asesinos desaparecen en la oscuridad. El incidente quedó en el archivo policial del olvido. Gómez retoma el relato cuarenta años después y construye una historia de suspense digna de Agatha Christie o de Edgar Allan Poe. A partir de aquí, demasiados enigmas. El lector se ve atrapado en un mundo tenebroso, con personajes, jóvenes en su mayoría, encuadrados en la fe evangélica y perfectamente creíbles. Biblias escondidas, protegidas por un texto de Apocalipsis; otro texto de Ezequiel que pretende resolver el enigma; asesinatos, un espía del Mossad, el todopoderoso servicio de espionaje israelí. La fantasía de Miguel Ángel Gómez transforma un hecho puntual en deliciosas páginas que en ocasiones rayan en la locura.
EL MANUSCRITO PERDIDO es de 2008 y sigue a EL ENIGMA DE LA LÁPIDA.
David Vergara, que fecha el prólogo a esta novela en Alcorcón, afirma que tiene “un buen guión, unos personajes creíbles y entrañables, y un inmejorable entorno en un marco de permanente misterio”. En tres páginas de agradecimientos, donde figuran muchos nombres, el autor afirma que EL ENIGMA DE LA LÁPIDA superó todas sus expectativas. “Ahora –añade- el Señor me ha vuelto a sorprender y me ha dado la oportunidad de escribir la continuación”.
Los tres personajes principales de la primera novela, Daniel, Jonatán y Laura, protagonizan esta segunda entrega. Miguel Ángel Gómez parte de un hecho real, el descubrimiento en 1947 de una colección de manuscritos bíblicos en cuevas próximas al extremo norte del Mar Muerto. Los rollos encontrados contenían textos de Isaías y miles de fragmentos del Antiguo Testamento. A partir de aquí, Gómez mantiene al lector en tensión constante, con un interés por la escritura que va en aumento.
EL SECRETO DEL PEREGRINO es su tercera novela. La primera edición está fechada en el 2009. De nuevo es David Vergara quien redacta el prólogo, antes de que Gómez entre en el capítulo de los agradecimientos, menos
que en su anterior novela. Aquí destaca la ayuda imprescindible de su mujer, Marta, en la composición de la fábula. Muy bonito y muy emotivo. Desvelando un poco el contenido de EL SECRETO DEL PEREGRINO, David Vergara escribe: “El pueblo manchego de Lillo, Qunrám, y ahora Alemania, Madrid y El Escorial son enclaves muy diferentes, pero que guardan secretos entrelazados”.
Otra vez tenemos a Daniel, Jonatán y Laura deslizándose por las páginas de su tercera salida. Al enterarme que los jóvenes tienen nombres bíblicos me atrevo a preguntar al autor. ¿Son nombres de personajes reales que se reúnen contigo en la Iglesia de Alcorcón? ¿Están los tres inspirados en jóvenes de esta congregación?
Vuelve la fantasía y la acción. Nazis, judíos mesiánicos, el Arca de la Alianza, forman parte del material que utiliza Gómez para suspendernos en el misterio.
Todo me gusta de estas tres novelas, concluidas con una nota aclaratoria que el autor redacta en la página 159 de EL SECRETO DEL PEREGRINO. Gómez se sincera. Dice que
los tres libros han querido tener un protagonista principal: La Biblia. Los colportores que pusieron sus vidas en peligro para difundir la Biblia; las evidencias históricas que afirman la Biblia como palabra de Dios; el poder transformador de la Biblia en la vida del ser humano.
Miguel Ángel Gómez no es un intruso en este penoso y glorioso mundo de la literatura. Es redactor de la revista EDIFICACIÓN CRISTIANA, portavoz de las Asambleas de Hermanos, y ha ganado varios premios literarios. Me gusta como novelista. Me gusta mucho. Tenía yo 16 años cuando leí MARÍA, la novela latinoamericana romántica por antonomasia, escrita por el colombiano Jorge Isaacs en 1867. Desde entonces hasta mis días de hoy he leído centenares de novelas. La que ahora absorbe mis horas menos ocupadas es EL TIEMPO ENTRE COSTURAS, de María Dueñas, cuya primera edición es de junio de 2009. Bien. Creo que esto me autoriza un tanto así para enjuiciar a un novelista. Y digo que en Miguel Ángel Gómez aprecio sus formas nuevas de novelar el mundo evangélico. Además acierta en el lenguaje, el estilo, la técnica, la composición o estructura del libro. En este sentido, la obra que ahora empieza éste joven autor ha descubierto de lleno su propio medio de acción para aspirar a nuevas y mayores empresas literarias.
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