Antes de entrar en el examen del libro tengo especial interés en presentar al autor. A mí me parece uno más de los muchos portaantorchas, revocadores de la fe, empeñados en fabricar argumentos para combatir la existencia de Dios. Durante todo el siglo XIX salieron del horno por docenas. En el XX fueron menos, pero
han resucitado en el XXI para decirnos que Dios no existe, o si existe no es bueno. En sus páginas, ideas repetidas una y otra vez, descoronadas, deshuesadas, un mundo sin Dios, como ellos lo quieren.
Hitchens tiene 58 años. Nació en Inglaterra, donde se graduó en filosofía, política y economía. En 1981 emigró a Estados Unidos, donde reside actualmente. Como periodista ha viajado por 60 países (le aventajo; yo sumo 78), entre ellos Irán, Irak y Corea del Norte. Colabora en revistas como ATLANTIC MONTHLY y THE NEW YORK TIMES. Ha escrito varios libros. Destacan MADRE TERESA EN TEORÍA Y PRÁCTICA, JUICIO A KISSINGER y LA VICTORIA DE ORWELL.
Ahora se traduce y publica en España su último libro,
DIOS NO ES BUENO. Aquí exhibe sus municiones más letales para arremeter contra Dios y contra todo tipo de religión. Para éste disidente de la fe, las religiones cuentan de manera incorrecta los orígenes del ser humano y del cosmos, consiguen aunar el máximo de servilismo, desencadenan una poderosa represión sexual y se fundan en ilusiones.
¡Qué bárbaro! ¿No ha entendido mister Hitchens que la religión, ya configurada, hunde sus raíces hasta el primer soplo de vida, toda vez que Dios es un Ser eminentemente religioso? ¿Nadie le ha dicho que de las siete maravillas del mundo antiguo, seis tenían una profunda significación religiosa? ¿No ha leído en Ernesto Renán que la religión es la más elevada manifestación de la naturaleza humana?.
El libro de los sin Dios que ha escrito este ateo, gracias a Dios, ha sido calificado como el mejor manifiesto en defensa del ateísmo marxista. “Sigo siendo marxista –confiesa Hitchens- No sabría cómo acercarme a las cosas sin una concepción materialista de la historia” ¿Cómo? Investigando, razonando. Lo que pretende el materialismo es convertirnos en eslabones perdidos en la gran cadena de la Historia. ¿No existe Dios? Leamos al eminente filósofo Arthur Copleston, también inglés: ”Yo dependo de mis padres, del aire, de los alimentos. Si continuamos en ese sentido hasta lo infinito, no tendremos ninguna explicación de la existencia. Por ello, a fin de explicar la existencia, debemos llegar a un Ser que contiene en Sí mismo la razón de su existencia, al que no es aplicable la alternativa de no existir”.
Responda Hitchens a ese formidable argumento de un hombre que piensa mejor y más alto que él.
Para convencernos de que Dios no es bueno Hitchens escribe 19 capítulos. Bien redactados, cierto, pero con argumentos tan volanderos como las arenas del Sahara. Y al final nos aquedamos sin saber por qué él cree que Dios no es bueno. Para convencernos de la nula bondad o de la maldad de Dios pide ayuda a destacados ateos de antes y de ahora: Diderot, Hume, Ingersol, Marx, Paine, Russell, Dawkins, impulsor de los autobuses ateos, y otros.
Pero ni con tan destructiva ayuda logra explicarnos por qué él cree que Dios no es bueno. El ateísmo niega, pero no razona. No ofrece argumentos que dobleguen a la creencia. La explicación del ateísmo será siempre inadecuada.
La divina Palabra afirma que Dios es amor. ¿Puede no ser bueno el amor, el amor puro, desinteresado, eterno? Una de las mejores novelas jamás escritas sobre la fuerza del amor es la irónica LA EDUCACIÓN SENTIMENTAL, de Gustave Flaubert. Su moraleja, para decirlo en una frase, es: antes de poder tener amor, debe tenerse un amor no correspondido. Toda la historia del Antiguo Testamento habla de amores no correspondidos hacia Dios. Destacados héroes de la fe y el propio pueblo de Israel traicionaron el corazón de Dios. Con todo, Él nunca dejó de amar, de amarnos a todos. He aquí la bondad que Hitchens no encuentra en Dios.
Puede que, como escribe, se pueda vivir una vida ética sin religión. Sin religión sí, pero ¿sin Dios? El mulo puede, puede también ese animal de donde sale el jamón, pero ¿puede el ser humano, el hombre y la mujer hechos a imagen y semejanza de Dios?
El libro de Hitchens es muy ilustrativo de la deriva hacia el ateísmo que han sufrido muchos intelectuales de su generación. La literatura atea está en pleno auge. En Estados Unidos se publica EL FINAL DE LA FE, de W.W. Norton. Este autor ataca sin piedad al Cristianismo, al Judaísmo y al Islam. En Francia, uno de los libros más vendidos en 2005 fue TRATADO DE ATEOLOGÍA, escrito por Michael Onfray, y en Italia el matemático Piegiorgio Ofifreddi colocó en pocos meses 200.000 ejemplares de su obra ¿POR QUÉ NO PODEMOS SER CRISTIANOS? Todos estos libros han sido publicados en España por diferentes editoriales. También en España la Editorial Seix Barral ha publicado LA BIBLIA DEL ATEO, obra de la periodista de televisión y prensa escrita Joan Konner.
A Christopher Hitchens, que abarrota las páginas de su libro con citas de todo tipo de autores, le ofrezco esta de Voltaire, que figura en el primero de los 18 tomos que componen la Enciclopedia Francesa del Siglo XVIII, la Enciclopedia de la revolución. Dice Voltaire: “Incluso si no pudiésemos demostrar la posibilidad del Ser soberanamente perfecto, estaríamos en nuestro derecho a preguntar al ateo las pruebas de lo contrario, puesto que, persuadidos, con razón de que esta idea no encierra contradicción, le corresponde a él probarnos lo contrario; quien niega tiene el deber de aducir sus razones. Así, todo el peso del trabajo cae sobre el ateo, y quien admite un Dios puede, con toda tranquilidad, dar su asentimiento, dejando a su antagonista el cometido de demostrar la contradicción. Ahora bien, añadimos nosotros, esto es lo que nunca conseguirá”.
Para nosotros, los creyentes, la apologética está por demás. Son ustedes, mister Hitchens, ustedes los ateos quienes cargan la responsabilidad de demostrarnos que Dios no existe. Y habiendo llegado a la última línea de su libro, no veo que usted lo haya hecho.
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