Cuando te jubiles, espero que te falte mucho, entre otras cosas y sin ánimo de ofender porque ahora hay que generar el dinero necesario para las pensiones de los mayores entre quienes me encuentro y porque seas joven y lleno de fuerzas claro; vas a vivir cosas nunca vistas.
Escucharás que ahora te toca disfrutar de la tranquilidad después de tantos años de trabajo. No te enfades, la frase está bien intencionada aunque a ti te toque en lo más sensible. Fijo que no te escapas de escuchar ¡darías dinero porque fuera una sola vez! aquello de “pues no aparentas la edad que tienes” —no te engañes, no faltará quien maliciosamente y en silencio desee que tengas ya los setenta y cinco con apariencia de noventa y cuatro— pero tú tranquilo, respira hondo, sonríe y perdónale. La vida es bella.
Cuando te digan “pues te conservas muy bien” como si vivieras en un congelador o durmieras en formol, iba a decir que no reacciones pero eso es imposible. Reacciona con la serenidad propia de tu edad, mira dos veces al cielo, con pausa intercalada y que no se note nada de lo que pasa por tu mente en ese momento. No hagas nada que pueda deteriorar tu magnífico estado de conservación, vaya a ser que una vez estropeado haya que restaurarte como si fueras patrimonio de la humanidad y te veas sometido a las miradas de los turistas.
Dicen que hay tres ocupaciones para el jubilado. La primera es estar metido en asuntos de bolsa porque todos los días te va a tocar ir a buscar el pan.
La segunda tiene que ver con la IBM ¿aquella multinacional de la informática en la que quisiste entrar a trabajar cuando eras joven? No, más que eso. IBeMe a matricular al niño. IBeMe a llevar al niño a la escuela. IBeMe a entregar la declaración de renta que se agota el plazo y no veo el momento de ir yo, además este año me devuelven 1.527,38 € ¡Ya ves! Hasta se atreven a mandarte a Hacienda sin saber lo que eso representa para ti y sin que puedas detectar como se aguantan la risa ni como se les pone la conciencia gris marengo que es como tendría que estar.
La tercera se conoce como el “Yaqueismo”. Ya que te sobra tiempo… Ya que no tienes nada que hacer… Ya que está jubilado tendrías que llevar a la abuela al pueblo que se acerca el invierno y lo pasa mejor allí, además dice que se entiende mejor con mi hermana que conmigo.
Jubilación es el cese definitivo del ejercicio de tu labor y puede ser desechar por inútil una cosa para no servirse más de ella pero también está relacionado con júbilo, con regocijo, con alegría y con contento. Cuando llegues a la jubilación, hazme caso, no te dejes arrinconar y convierte la jubilación del jubileo en un auténtico “jubilío”. Disfruta de la bolsa, del pan, de los niños, de los viajes al pueblo y hasta de las visitas a Hacienda que con ello estás ayudando y siendo útil a tu gente más próxima, y eso está pero que muy bien. Búscate nuevas maneras de servir al Señor —doy por sentado que a estas alturas ya sabes que toda tu vida laboral es un servicio a Dios— voluntariado, ayuda social, trabajos en tu iglesia, yo qué sé…
De ti depende en buena medida que tu jubilación no sea un aparcamiento sino una importante etapa de tu vida llena de estímulos y alicientes.
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