Protocolo y diplomacia

No creo que nadie pueda negar que la sagacidad en este terreno y la habilidad envuelta de cortesía pueden ser el medio en muchas ocasiones de alcanzar acuerdos favorables para las partes que permitan seguir avanzando a pesar de las posibles fricciones.

En el escenario de lo personal, familiar o institucional —instituciones evangélicas o no, con otras instituciones evangélicas o no— la situación es bastante parecida. Existen diferentes maneras de entender la vida y, por lo tanto, distintas sensibilidades en la percepción de la fe y sus implicaciones cotidianas.

A veces los intereses entran en colisión y las relaciones se envenenan hasta llegar a un verdadero conflicto y a una enemistad mal disimulada. Se hace difícil encontrar fórmulas de equilibrio mutuo y duradero que consigan una mínima comodidad para las partes. No es fácil encontrar el equilibrio entre la defensa firme de las convicciones propias con la tolerancia a las ajenas, el respeto al otro y la relación sin fricciones.

Francesc Galmés, jubilado hace tan sólo unos meses, fue jefe de protocolo en la Diputación y el Ayuntamiento de Barcelona así como del President de la Generalitat de Cataluña Josep Tarradellas durante 34 años. Vivió la inauguración del Estadi Olímpic de Montjuic antes de los Juegos de Barcelona 92 bajo una tromba de agua que puso en evidencia las múltiples deficiencias de la supuesta restauración y en medio de fuerte abucheo por parte del público asistente, sufriente y empapado.

Describe algunas de las principales características de un buen jefe de protocolo: No se le debe ver (pero si no está se nota), sentido común, naturalidad, sencillez. Considera fundamental que el gobernante no pierda nunca la sonrisa, que considere el ego secundario, que sepa que también se gobierna con las formas y no diga nunca ´se van a enterar´.

Tarradellas decía “Cuando vas a una reunión pensando que el otro también tiene algo de razón, vas bien”. Lo protocolario no es quedar como más listo que el otro, sino acabar más amigos que antes de reunirse.

¿Estaremos necesitando jefes de protocolo?