Las explosiones de violencia

Sólo en 3 días de marzo asistimos al asesinato de 15 personas en un instituto de Alemania, la muerte de 9 personas más en Alabama, y el asesinato a sangre fría de un pastor en una iglesia en Illinois.

La semana pasada, un estudiante hirió gravemente a 3 alumnos de su instituto y se suicidó. Preguntamos a Pablo Martínez, psiquiatra, sobre este tipo de ´explosiones de violencia´, y sobre como se puede intentar evitar.

Pregunta - Joel Forster.- En los 4 casos que hemos citados, se ha hablado de que quienes provocaron la tragedia, habían ido acumulando durante mucho tiempo un tipo de rabia u odio, que hicieron explotar de forma violenta. ¿Se podría haber evitado? ¿A parte de la atención psicológica o psiquiátrica, qué más hubiera sido importante?

Respuesta – Pablo Martínez Vila.- En estos casos, la explosión de violencia es, efectivamente, el final de un largo camino. Suele haber una historia personal- biográfica de traumas y frustraciones, ya sea en la infancia o en la edad adulta, que han generado niveles altos de agresividad. Lo correcto y conveniente es que esta carga emocional negativa pueda ser canalizada adecuadamente tal como ocurre en la mayoría de casos. Ello se consigue con medios tanto psicológicos como sociales y espirtuales-existenciales. Por ejemplo, una buena amistad –el efecto terapéutico del amor- el poder compartir y sentirse escuchado, una buena integración de grupo, un sentido de propósito en la vida, tener creencias y esperanza, etc. todos ellos son ingredientes adecuados para prevenir estos casos.

P (JF).- Más de una vez en los últimos años, ha ocurrido que a una tragedia de este tipo le han seguido varias más, en diferentes partes del mundo. ¿Qué papel tienen los medios de comunicación a la hora de provocar ´respuestas de imitación´ de un acto de este tipo?

R (PMV).- Sí, hay un efecto de “contagio” o de mimetismo innegable. Pero este fenómeno no ocurre sólo en los problemas de violencia, sino en todos los niveles de la conducta humana. Ciertamente trasciende mucho más cuando hay violencia de por medio, ya sea hacia otros -como es el caso- o contra uno mismo (las llamadas “epidemias de suicidio”). El ser humano es mimético por naturaleza, tanto para lo bueno como para lo malo. El aspecto positivo del mimetismo lo vemos, por ejemplo, en el aprendizaje por identificación, una forma esencial de aprender a través de modelos.

P (JF).-¿Hasta qué punto hay que buscar los motivos de esta reacción tan violenta en el entorno del asesino? Es decir, ¿hasta qué punto una tragedia así es achacable al sufrimiento que la persona pueda haber vivido (abusos, bullying, falta de atención)?

R (PMV).- Ya lo hemos apuntado antes: los factores biográficos son importantes, pero no determinantes. Hay muchos niños que sufren circunstancias muy semejantes a los de estos casos mencionados, pero nunca llegan a convertirse en asesinos. Hay también aspectos morales innegables que apuntan a un problema más profundo: el mal, la maldad del corazón humano. Apretar el gatillo de un arma es una decisión que tiene que ver con la voluntad de la persona. Por muchos atenuantes psicológicos que encontremos, siempre hay un elemento de responsabilidad, aun en el psicópata. No podemos caer en la victimización sistemática del delincuente o del agresor porque ésta es una estrategia diabólica, por cierto muy de moda hoy: convertir al culpable en víctima y eximirle de cualquier responsabilidad moral o incluso legal.

P (JF).- En el caso de la muerte del pastor de Illinois, la policía ha explicado que la víctima no conocía al asesino. En Alemania, la mayoría de los estudiantes muertos tampoco conocían al ex estudiante que provocó el tiroteo. ¿Por qué este ensañamiento con personas ´inocentes´, que no tienen nada que ver con el agresor?

R (PMV).- En estas explosiones de violencia el asesino no busca un objetivo personal, vengarse de alguien en concreto, sino global. Su odio va dirigido contra el mundo, la sociedad. No olvidemos que se trata de mecanismos extremos de desahogo, de ahí su carácter indiscriminado. Lo último en lo que piensa este tipo de asesino es en la inocencia o la culpabilidad de sus víctimas. Por lo demás, los rasgos psicópatas que se encuentran en muchos de ellos muestran una increíble incapacidad para sentir empatía hacia el próijimo.

P (JF).-¿Como puede una comunidad de personas rehacerse de una situación de violencia extrema como estas?

R (PMV).- El proceso es el mismo que encontramos en todo duelo, pero con los agravantes que deja una muerte violenta, en especial el llamado trastorno de estrés postraumático. Son las mismas alteraciones que sufren los supervivientes o los testigos directos de atentados terroristas: vienen a la mente como si de una película se tratara la repetición de las escenas terribles, hay crisis de ansiedad etc. En estos casos los llamados “grupos de ayuda” (o de apoyo mutuo) suelen ser muy útiles. Las personas que han vivido esta experiencia se reúnen para compartir, escucharse, hablar, desahogarse juntas. Un excelente ejemplo de ello sucedió en los EEUU después del 11-S con los familiares de las víctimas.

P (JF).- En España no se han dado casos tan extremos como los que mencionamos, pero sufrimos la violencia machista, que provoca muchas muertes al año, y otro tipo de violencia, en las escuelas (conocido como bullying), también está demasiado presente. ¿Cree que nuestra sociedad está mejorando la atención a este tipo de víctimas?

R (PMV).- La mejoría de la atención a este tipo de víctimas es importante, pero me preocupa aún más la prevención. Tendrían que invertirse muchas más energías y mucha más reflexión para prevenir estos hechos dando de lleno en la diana que son las causas. Y ahí las medidas no pueden ser sólo sociales, sino sobre todo personales y familiares. La violencia es siempre el final de un camino. En la inmensa mayoría de casos de violencia de género el maltratador no pega simplemente porque es un “machista”. Esta es una caricatura que les interesa a determinados políticos y sectores sociales, pero constituye una frivolización del tema. Detrás de la violencia de género no hay tanto un problema conceptual- cultural –el machismo- sino un drama personal y familiar que muchas veces se ha ido transmitiendo de generación en generación (el aprendizaje por mimetismo antes mencionado). .Hay que intervenir más sanando y educando, no sólo “castigando”.

P (JF).- No sé si hay una respuesta para esto, pero… ¿qué es importante que una persona entienda (de verdad, con la mente y el corazón) para que no exprese sus frustraciones y odios con violencia?

R (PMV).- Que la fuerza del amor es muy superior a la fuerza de la violencia. Pero la fuente última de este amor no se encuentra dentro de uno mismo, sino en el Dios personal que sufrió una infinita violencia en la persona de Jesucristo. Hay esperanza de cambio para todo ser humano porque precisamente en Cristo “somos una creación nueva y las cosas viejas pasaron, todas son hechas nuevas” (2 Cor. 5:17).

P (JF).- Y por último, participará activamente, como conferenciante, en el ´Fórum GBU 2009´, ¿qué es lo que espera del evento?

R (PMV).- Que sea un poderoso medio para edificar la Obra de Dios en España. Fórum viene a ser como un impulso periódico, la “diástole” que necesitamos para poder dar luego todo lo recibido a nuestras iglesias locales y en nuestro testimonio en la sociedad. Hasta ahora Dios ha usado mucho a los GBU como el brazo misionero de la Iglesia en la Universidad. Mi deseo y mi oración es que cada generación de estudiantes y graduados pueda resplandecer como “luminares” en un mundo que necesita tanto a Cristo como Salvador y como Señor.

Para más información puede consultarlo aquí sobre el programa, conferenciantes, fechas, y otros detalles del Fórum GBU 2009.