Carta abierta a la Iglesia de Gijón

Este año la asamblea general de la Alianza tendría lugar en vuestra iglesia coincidiendo con la celebración del 130 aniversario. El programa era prometedor, dos conferencias interesantes, asamblea administrativa y convivencia con hermanos en la fe.

Estaba seguro de que me encontraría con gente atenta, amable y hospitalaria. En el aeropuerto de Gijón nos recibió Eliseo con su sonrisa amplia y sin edulcorantes. Su abrazo trasmitía una espontaneidad cálida difícil de ignorar que te hacía sentir muy bien recibido.

Todos vosotros “un grupo de personas muy diferentes entre sí. Diferentes en edad, gustos y formas de pensar. Tenemos problemas, virtudes y defectos, pues somos personas como tú. No somos mejores que los demás, ni somos distintos; pero hay algo que nos une, que nos ayuda, que nos da esperanza y eso es nuestra fe. Una fe que ha cambiado nuestras vidas, que nos da fortaleza y paz, en los momentos difíciles” como vosotros mismos os definís, nos proporcionasteis una experiencia tan grata que excedió a cualquier posible previsión.

Enseguida nos dimos cuenta que teníais muy clara la diferencia que hay entre ceder un local para un acto determinado y dar una verdadera acogida con atención a todos los detalles. Vuestros constantes deseos de complacer nos hicieron sentir mimados y demostraron que para vosotros hospitalidad es mucho más que hospedaje. Más allá de la amabilidad y la buena educación vimos vuestra naturalidad espontánea lo que, en términos bíblicos, percibimos como amor fraternal. Recibimos una lección experimental de la diferencia que existe entre la comunión cristiana y la simple convivencia o coexistencia.

¿A quién felicitar? ¿A los guías y responsables o a los miembros de la iglesia? Nos felicitamos nosotros que hemos sido los beneficiarios. A todos vosotros sin distinción gratitud sincera por todo lo recibido con mención especial a la fabada del domingo a mediodía en casa de Luis y Conchita.

Agradecimiento a Dios por esta experiencia tan viva y personal. Sé que estáis trabajando mucho con el aniversario, tanto cara al interior como en la proyección exterior, y pido a Dios que su luz de Cristo siga brillando en Gijón a través de todos vosotros.

“En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si os tenéis amor los unos a los otros” – (Juan 13:35)