Cada libro del Doctor Campa es un regalo a la inteligencia. Para éste prestigioso psiquiatra emprender la redacción de un libro es tomar la pluma o pulsar el ordenador como instrumentos sagrados que Dios pone en sus manos para iluminar la mente y ennoblecer la vida. Para nosotros, leer lo que escribe es tan dulce como vivir; al placer de leer se une el placer de pensar.
La primera edición de este libro fue publicada en 1987 por la Editorial Irmayol, de Madrid. Ahora aparece la segunda edición con un nuevo sello editorial surgido en Galicia. Tan nuevo, que si mis informaciones son correctas es el primer libro que entrega a las librerías. Editorial
Los del Camino, que tiene como prioridad servir al Señor y al Cristianismo de Cristo mediante el ministerio de la literatura, surge en un momento de gran necesidad, cuando son ya muchos los evangélicos que escriben y pocas las casas editoras.
Que Editorial
Los del Camino tiene asegurado un doble éxito, el de Dios y el de los hombres, se entiende por el hecho de que su trabajo sólo pretende la glorificación del Divino y porque se ha constituido en empresa sin ánimo de lucro. No publica para ganar dinero; lo hace para apoyar la literatura evangélica española, sacarla de los rincones en los locales de iglesias y ponerla al alcance del gran público en librerías seculares.
Esta segunda edición de EL COMUNISMO BÍBLICO ha sido revisada y ampliada. Incluye mucho material nuevo con respecto a la primera, ha sido puesta al día en un admirable ejercicio de investigación, información y redacción. Como lo explica el editor en una breve nota, “en un tiempo en que a lo bueno se le llama malo y a lo malo se le dice bueno, esta reflexión contribuye de manera clarísima a poner las cosas en su sitio”.
El contenido ideológico de EL COMUNISMO BÍBLICO, según confiesa su autor en la introducción al mismo, proviene de dos fuentes: por una parte de artículos suyos publicados en la revista Alternativa 2000 (ahora VÍNCULO), y disertaciones expuestas en el marco pluridenominacional del protestantismo español.
La obra se divide en cuatro bloques: El individuo, la familia, la comunidad y el Evangelio integral. Un epílogo trata de la revolución pendiente. En total son 17 breves capítulos que abordan materias y hechos de la vida diaria: La frustración humana, frustración y optimismo, la familia, institución y alienación, individuo y familia a la luz de Génesis, mujer y feminismo en la Biblia, la encarnación de Dios entre los humildes, el comunismo bíblico, Evangelio y sociedad, Evangelio revolucionario, inoperancia humana del misticismo, arrepentimiento y cambio, Dios en la historia, el hombre y la colectividad, la primera revolución social y política, el momento comunista de Amós, la monopolización de las conciencias, contenido y transmisión del Evangelio.
En suma, un contenido que abarca lo espiritual, lo social, lo íntimo del alma, la lucha del ser humano en un mundo convulso, tembloroso, sacudido por perturbaciones propias y ajenas que nos afectan por igual.
Para afrontar estos temas con un mínimo de responsabilidad intelectual es preciso disponer del magisterio científico que posee el autor del libro. EL COMUNISMO BÍBLICO no lo escribe un autor cualquiera. Hay que ser, como Campa, psiquiatra, y psiquiatra de los grandes, reconocido internacionalmente por su saber. Como tal, Campa se manifiesta aquí con severidad, implacable. Hurga en nuestras heridas, rebaja nuestro orgullo, pone al descubierto nuestros egoísmos y nuestra pequeñez, en ocasiones hasta nuestra pobreza cristiana. A su ciencia de saber humano Campa añade ciencia de saber divino. Con maestría y ortodoxia traza la Palabra de Verdad y expone la verdad de la Palabra. Es uno de los grandes teólogos del protestantismo europeo.
Puede que el título del libro asuste a algunos. Para el elemento público poco dado a investigar la etimología de los conceptos, el comunismo tiene un cerebro generador, Carlos Marx, y un primitivo brazo ejecutor, Lenin.
José Manuel González Campa demuestra en su libro que esto no es así.
El comunismo, como sistema de organización social que combate la acumulación egoísta del capital y que propugna la distribución igualitaria de los bienes de consumo se encuentra en todas las páginas de la Biblia, desde Génesis a Apocalipsis. “En definitiva –escribe el autor- los hombres no hemos inventado nada; lo único que hemos hecho es imitar a Dios…algunos de los primeros líderes del socialismo utópico eran creyentes evangélicos como nosotros; creyentes franceses e ingleses que intentaron plasmar prácticamente y reproducir en la vida de los hombres lo que estaba recomendado y revelado en la Palabra de Dios”.
Esta reflexión, concluye el editor apuntando al libro de Campa contribuye de manera clarísima a poner las cosas en su sitio, este es el motivo por el cual la segunda edición de este libro sale a la luz”.
Esa es también mi convicción.
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