El conflicto entre libertad de expresión y de conciencia (IV)La libertad de expresión y la libertad religiosa son para todos: musulmanes, ateos, cristianos, conservadores, comunistas, homosexuales y otros. La libertad de expresión y de religión ampara el derecho de comparar públicamente las religiones y permitir diferentes creencias religiosas y expresiones (cf. el artículo 18 de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas).
Estos incluyen tanto derechos de las personas a nivel individual, como derechos de los individuos a congregarse alrededor de una determinada creencia. Una sociedad que admite vive bajo el amparo de la ley no debería dictar lo que debe ser una religión, ni ser arbitro de creencias religiosas.
El propósito para la defensa del anteriormente mencionado pastor Ake Green NO era defender una creencia cristiana concreta, o una iglesia cristiana concreta. El asunto primordial era la libertad de expresión y por lo tanto de religión. Es adecuado que la iglesia debata sobre la Biblia y la sexualidad, sobre la iglesia y los homosexuales, etc. Pero esto no debería ser nunca un problema que sea llevado ante los tribunales, que no deben convertirse en una especie de tablones de anuncio donde los sermones son revisados.
Tenemos también que distinguir entre el área de lo eclesial y la del tribunal judicial, y qué temas pertenecen a cada una de ellas. También debemos reconocer la diferencia que hay entre lo que es un asunto legal y lo que es un asunto de protocolo, lo que es jurisprudencia y lo que es teología.
Por ejemplo podemos cuestionar el sermón y la teología de Green e incluso si su mensaje era adecuado o no, pero éstos son temas propios de la iglesia, de la teología y de la manera de formularlas. Su derecho a predicar la Palabra, expresando su propia interpretación teológica es uns cuestión que entra dentro de la libertad de expresión y religión.
De forma similar uno puede horrorizarse por la falta de sensibilidad de las viñetas del diario Jyllandsposten hacia los musulmanes, y, como cristianos, deberíamos preferir que se hiciera todo lo posible para no ofender a las personas. Pero a la vez nosotros también debemos proteger la dignidad humana defendiendo los derechos humanos, incluyendo el derecho a expresar opiniones diversas. En este punto puede ser de ayuda recordar que los mensajes de muchos de los profetas bíblicos -incluyendo el mensaje de Jesús- fueron percibidos, abiertamente, como ofensivos.
Otro punto a considerar es que a la hora de analizar las situaciones debemos recordar que Dios es justo y misericordioso. ¡Dios ama la justicia y la compasión! Aquí no debemos hacer una dicotomía, no es un caso de uno u otro sino de ambos (o, como dice el lema de Abogados internacionales: «Hacer justicia con compasión»).
Por lo tanto, debemos distinguir entre el papel y las responsabilidades de los tribunales de justicia y los del pulpito de la iglesia. Pero también deberíamos reconocer que los cristianos tenemos el papel y la responsabilidad de luchar por la justicia en el área pública, así como ejercer compasión como iglesia.
JESÚS COMO MODELO A SEGUIR
Se pueden observar cuatro formas distintas en las que Jesús se relacionó con diferentes personas y temas.
1.- Él convivió con muchas personas alrededor, tratando con fanáticos religiosos, fuerzas de ocupación, y grupos políticos subversivos. Incluso en el día a día, Jesús encontró formas de vivir en paz junto a aquellos que tenían diferente fe y origen, en una sociedad multicultural. Asimismo deberíamos esforzarnos para vivir en paz con todo el mundo, incluso con aquellas personas cuyo estilo de vida nos desagrada, o con aquellas otras que tienen unas creencias religiosas que no compartimos.
2.- Jesús vivió para otros, siempre dispuesto a ayudar, sanar, alimentar y consolar; incluso a sus enemigos. Por lo tanto, podemos y deberíamos orar por Osama Bin Laden, levantarnos contra la violencia hacia los homosexuales, ayudar a los inmigrantes musulmanes, luchar contra la discriminación de las mujeres o algún otro colectivo desfavorecido de la sociedad: viviendo para otros.
3.- Jesús predicó e hizo reivindicaciones exclusivas: «Yo soy el único camino hacia Dios». En términos modernos, ejerció el derecho de expresar sus puntos de vista, y trató de comunicar verdades y convencer a otros de su mensaje. Este derecho es central para la libertad de expresión y de religión en una sociedad libre y democrática. En algunas partes del Mundo Occidental, hay una tendencia a excluir a los cristianos del ámbito público, del debate público. Además, algunos cristianos se sienten avergonzados y reprimen sus opiniones y se apartan del área pública. No debemos hacerlo, Jesús no lo hizo.
4.- Jesús también se atrevió a enfrentarse y a retar a los gobernantes. El odiaba la injusticia y habló claramente en su contra, especialmente si era en nombre de la religión. Nunca debemos avergonzarnos de nuestra responsabilidad profética para combatir la injusticia y la crueldad, incluso si es en nombre del Islam. No podemos tolerar a los suicidas kamikazes o la opresión de las mujeres, la persecución de los cristianos o el abuso de los niños.
Como cristianos tenemos un mandato bíblico y Dios nos dio la responsabilidad de luchar por la justicia y mostrar misericordia.
Al igual que Europa hace frente a los retos del Islam y de los secularistas, nosotros tenemos que comprometernos a varios niveles y en diferentes frentes: debate público, legislación, evangelismo, asuntos sociales y desarrollo de la comunidad.
Todo ello incluye luchar por la libertad de expresión que es la base para la libertad religiosa. Varias carencias conducen a la discriminación, al acoso y a la persecución, a la opresión y a los ataques a la dignidad humana, que son claramente contrarios a la voluntad de Dios. De este modo, necesitamos seguir estrechamente y participar en los debates políticos y en la legislación relacionada con la libertad de expresión.
Publicado en la revista Idea de la Alianza Evangélica Española (nº 17, 2008, www.AEEsp.net)
Traducción de Irene Pérez. Texto revisado por Rosa Gubianas y ProtestanteDigital
Si quieres comentar o