¿Dónde se han ido todos los líderes? (III)La postura correcta de los cristianos en medio de esta generación de cambios sísmicos es ser buscadores. No es que estemos buscando porque no tenemos mensaje ni soluciones. Tenemos a Jesús, en este sentido estamos completos en él y no hay nada más que buscar. Sin embargo en cuanto a actitud vital no sentimos haberlo alcanzado y proseguimos hacia la meta.
Pablo dice en la Corintios 9:
Me he convertido voluntariamente en siervo de todos para poder alcanzar al mayor número posible: a los religiosos, a los no religiosos, a los moralistas meticulosos, y a aquellos que no creen que existan normas morales preestablecidas, a todos. No me hago partícipe de su estilo de vida. Conservo mi fidelidad a Cristo, pero he entrado en su mundo para experimentar las cosas desde su punto de vista.
No podemos guiar a nadie a Cristo si nosotros, los que hemos encontrado a Cristo, no tenemos corazón de buscadores.
Lanzando proclamas desde lo alto de nuestros castillos de seguridades vamos a ser muy poco efectivos. Aunque tengo una fe cierta en Jesús, sé en quien he creído, sin embargo sigo teniendo un montón de preguntas no contestadas. Esto es genuinidad. Estoy aún peleando por conocer la verdad de Dios y por ser fiel. Esto no es relativismo moderno, es realismo.
En la medida en que más conozco, voy dándome cuenta de que hay más cosas que desconozco. Soy un creyente que busca en muchos sentidos.
El pueblo de Dios raramente ha formado parte de la mayoría cultural, sino que habitualmente hemos sido una minoría cultural en medio de una cultura hostil. Somos extranjeros y peregrinos culturales. No tenemos el poder político, no somos muy famosos, no tenemos grandes figuras de referencia en el contexto cultural, sin embargo tenemos el testimonio del Dios altísimo.
El ministerio en este nuevo milenio va a ser muy exigente con nosotros. Ya no podemos asumir que los no creyentes conozcan los hechos básicos del evangelio, muchos ya no saben nada de Moisés, Abraham o siquiera Jesús. Es difícil que entren en nuestros templos, el lugar de la nueva evangelización va a ser su terreno, el de ellos, no el nuestro . Sus lugares, su vocabulario, el lugar en el que viven, trabajan, estudian, etc. Una actitud, buscadores, y una disposición, ir al encuentro de ellos donde ellos están.
Me parece un tiempo excitante de aventuras para la Iglesia. Una Iglesia con carácter de siervo, que es capaz de escuchar con oídos de buscadora y que es capaz de hablar a la gente de esperanza en los tiempos del relativismo.
MAYORDOMÍA INTEGRAL
Tener una visión no es algo romántico, a veces es exigente y dramático. Pero para llevada a cabo se necesita una postura de mayordomía intencional.
Ser mayordomo es la misma palabra que se usaba para la administración de una casa y en la carta primera de Pedro 4:10.
Pedro nos llama a ese estilo de vida, a que lo hagamos de una forma intencional.
Como buenos mayordomos de la multiforme gracia de Dios, servíos unos a otros de acuerdo al don que cada uno ha recibido.
Ser mayordomo significa administrar recursos para servir a la visión que hemos recibido .
Dios nunca nos da una visión para uso privado, para que la dejemos en el interior, sino para que la compartamos. Dios usa las visiones que pone en nuestro corazón para empujar la historia de su pueblo.
Pero para llevarlas a cabo Dios usa la mayordomía de todos nuestros recursos. Sólo la entrega total de lo que somos va a permitir a las visiones de Dios llegar a ser reales. Va a requerir la mayordomía de todo nuestro ser que generaciones de gente que están fuera de la iglesia, ajenos totalmente a Dios, lleguen al conocimiento del Dios que les ama y les desea hasta el punto de llevarle a la entrega. Absoluta. Sigamos su ejemplo.
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