A la edad de 75 años, luego de una breve enfermedad, falleció en Praga Milan Opocensky (1931-2007), ex secretario general de la Alianza Reformada Mundial (ARM). Opocensky fue también dirigente de la Federación Universal de Movimientos Estudiantiles Cristianos (FUMEC) y destacado líder ecuménico.
1. BREVE ESBOZO BIOGRÁFICO
Nacido el 5 de julio de 1931 en Hradec Králové, República Checa, su padre fue pastor y su madre fue la primera mujer que estudió teología protestante en su país. Creció en el pequeño poblado de Kláster nad Denidou y cursó los estudios básicos en Náchod y su lugar natal, adonde se graduó en 1950 antes de ingresar a la Facultad de Teología Protestante en Praga.
Durante sus estudios teológicos (1950-1954) recibió la influencia de los profesores Josef L. Hromádka y J.B. Soucek. En 1954 fue conferencista
junior en su
alma mater y en 1955 recibió la ordenación pastoral en la Iglesia Evangélica de los Hermanos Checos. En octubre de 1955 contrajo matrimonio con Jana Juránkova, egresada de la misma Facultad de Teología. Entre 1954 y 1967 fue asistente personal y colaborador del doctor Hromádka, lo que le significó un exhaustivo entrenamiento ecuménico, debido a que participó, desde 1958, en las reuniones de la Conferencia Cristiana por la Paz, presidida por Hromádka, y en 1960 asumió la dirigencia de la Comisión Juvenil del organismo.
Opocensky participó como delegado juvenil en la Asamblea del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) en Nueva Delhi (1961) y un año antes en la Conferencia de la FUMEC en Estrasburgo. En Nueva Delhi ingresó al comité juvenil del Consejo Mundial de Iglesias y en 1964 se incorporó al comité ejecutivo de la FUMEC. En 1965 se doctoró con un estudio sobre el pensador bohemio Petr Chelcicky (1380-1450). En 1967 se encargó de la sección europea de la FUMEC, donde permaneció hasta 1973, cuando fue llamado a ocupar la cátedra de Ética Social en la Facultad Teológica Comenius de su país.
A partir de octubre de 1989, y hasta marzo de 2000, fungió como secretario general de la Alianza Reformada Mundial. Al fin de su gestión, regresó a sus labores docentes como profesor emérito en Praga. Entre sus libros destacan
Cristianos y revoluciones (Ginebra, 1977) y
Widerstand und Revolution [
Resistencia y revolución, Munich, 1982], así como la recopilación de ensayos, sermones y conferencias
Faith challenged by history [Fe desafiada por la historia], publicada por la ARM en 2001 (disponible en:
www.reformiert-online.net:8080agora2/docs/111.pdf). Recibió, además, cargos honoríficos de la Facultad de Teología Protestante de Bruselas (1984), el Wooster College, Ohio, Estados Unidos (1986), y la Academia Teológica, Debrecen, Hungría (1995). Le sobreviven su esposa, tres hijos (Tomas, Helena y Martin), y varios nietos.
2. TRAYECTORIA TEOLÓGICA
La labor teológica de Opocensky está marcada profundamente por la influencia de Hromádka, profesor y mentor suyo, pues casi podría hablarse de vidas paralelas, dado que en el caso de Hromádka, quien abogó persistentemente por el diálogo entre la fe cristiana y el socialismo que ambos experimentaron en la entonces Checoslovaquia, su disposición fue amplia para una reflexión teológica comprehensiva, de tono eminentemente barthiano. Opocensky siguió muy de cerca esta línea, sobre todo en la tarea de difusión de la obra de su maestro, a la que dedicó varios volúmenes, publicados entre 1955 y 1991, la mayoría en checo. En inglés aparecieron
Christian existence in dialogue: Doing theology in all seasons [Existencia cristiana en diálogo: haciendo teología en cualquier época] (CMI, 1990) y
From the Reformation to tomorrow [De la Reforma al mañana] (ARM, 1999), antologías y análisis colectivos de la teología de Hromádka. Asimismo, le interesó divulgar las raíces teológicas de la Reforma checa en autores como Milic de Kromeríz, sobre quien editó, junto con su esposa, un pequeño volumen en 1998 (
The message for the last days [El mensaje para los últimos días]).
En
Faith challenged by history puede apreciarse muy bien la perspectiva teológica que dirigió su actividad durante sus largos años de servicio. Particularmente llamativo es el ensayo “The beauty and service of theology” (“La belleza y el servicio de la teología”, traducción accesible en:
www.teologiareformada-sigloxx.blogspot.com), que presentó en una sesión del diálogo ortodoxo oriental-reformado en Kottayam, India, en enero de 1997. Allí, a partir de una postura barthiana, pero sin dejar de hacer sólidas aportaciones propias, Opocensky aborda el complejo tema del estatuto epistemológico y científico de la teología, y su papel en la Iglesia. En la parte final de su introducción, afirma:
La teología está en peligro de convertirse fácilmente en la sabiduría de un espectador. Cada pronunciamiento teológico debería ser el lamento de una persona en su lucha existencial. No obstante, no es sólo personal. La teología es una reflexión en y por una comunidad de fe. Lo que realmente importa es la gracia del llamado de Dios, el libre don de la Palabra de Dios, del Espíritu Santo, el acto de ser llamado a la iglesia. Una y otra vez un(a) teólogo(a) debe encontrar estas realidades si experimenta la verdadera función de todo teólogo. Se trata siempre de un movimiento de gracia donde Dios se nos revela y nos permite darnos cuenta de este hecho. Pero sucede de una manera tentativa e inadecuada.
[...]
Incluso el teólogo más creativo y prolífico no podrá justificar sus acciones mediante su desempeño teológico. Agustín no es justificado por el alto nivel de su reflexión teológica, así como Francisco de Asís no es justificado por su simplicidad teológica.(1)
En lo relativo al carácter científico de la teología, su juicio es agudo y desafiante, sobre todo para quienes rechazan dicho estatuto desde las comunidades cristianas:
Los teólogos no viven por la ciencia teológica sino que, en primer lugar, por la fe. Han sido hallados y dominados por la verdad. Implica un gran esfuerzo para comprender la verdad que ha sido percibida, interpretarla adecuada, comprensible y efectivamente. No obstante, la realidad de la Palabra de Dios no puede ser alcanzada por el examen objetivo y la investigación. El conocimiento racional no es suficiente. Un teólogo tiene que luchar con la existencia completa. La teología es una empresa muy exigente. Nunca deja de tener riesgos. La existencia teológica es, al mismo tiempo, gloriosa y peligrosa.
La verdadera teología mantiene sus pies en la tierra firme y se mueve entre pecadores. No abandona tampoco el agudo instrumento científico. Trae a colación la pregunta sobre la autenticidad y confiabilidad de los registros de lo que Dios ha hablado y de la forma en que los seres humanos han escuchado y obedecido. El conocimiento de los hechos históricos, psicológicos, sociales y culturales no es suficiente. El conocimiento personal de la Palabra consiste en ser tocados y en dedicarse a reconocer sus exigencias. La existencia teológica brota de la sorpresa causada por las maravillosas obras de Dios. Somos fascinados y tocados por las historias bíblicas. Nos comprometemos, entonces, con aquello que apela a nuestra mente y corazón.
En el mismo ensayo llama la atención a algunos esfuerzos llevados a cabo por teólogos que, sin rehuir los elementos científicos de su disciplina, han estado a la altura de las exigencias de relacionar la teoría con la praxis, especialmente ante la necesidad de recurrir a nuevos paradigmas para la reflexión y la acción. Al referirse al teólogo estadounidense Robert MacAfee Brown, señala la manera en que una teología informada y dispuesta al diálogo es capaz de tomar en cuenta, entre otras cosas, “la voz del Tercer Mundo”. Lo mismo al citar a Dorothee Sölle, cuya mención le sirve para hablar de la relevancia de las teologías feministas. Su texto concluye con 13 observaciones acerca de la forma en que puede y debe hacerse teología en la actualidad. Sus palabras finales son en verdad pertinentes:
La teología es tarea de todos los creyentes y, con todo, una tarea imposible. Finitum non capax infiniti (Lo finito no puede abarcar lo infinito).
No podemos aprehender la realidad de Dios. Somos llamados a discernir la presencia de Dios hic et nunc (aquí y ahora) y reflejar lo que significa para nosotros en una situación particular. [Un ejemplo: durante el 23o. Concilio General de la Alianza Reformada Mundial, en Debrecen, Hungría, en 1997, esperamos ser desafiados por la palabra profética: “Romper las cadenas de injusticia” (Isaías 58.6). Creemos que nuestra justicia humana es sólo un reflejo imperfecto e insuficiente de la justicia de Dios. Según la Biblia, Dios no sólo hace justicia, sino que es su principal característica. Hoy, nuestra tarea urgente es traducir a la vida cotidiana lo que quiere decir cuando afirmamos que “Dios es justicia”.
Otro de los temas que desarrolló, con una orientación muy similar a la de Hromádka, fue el diálogo cristiano-marxista, acerca del cual son particularmente importantes su textos “Marxism and Christianity: East European Experience”, escrito en colaboración con Milan Machovec,(2) y “Christian faith challenged by history”, donde discute minuciosamente la trayectoria ideológica de Hromádka y aclara su postura ante las críticas que recibió de gente como Reinhold Niebuhr, quien lo acusó de haberse vendido al régimen socialista.(3) Otros textos suyos disponibles en Internet son: “Responsible Citizenship in a Christian Perspective” (
www.religion-online.org/showchapter.asp?title=1571&C=1493), y su discurso en ocasión del 23ª Concilio de la ARM (
www.warc.ch/23gc/address/addmil-s.html).
3. APORTACIONES A LA FAMILIA REFORMADA Y ECUMÉNICA
El trabajo teológico de Opocensky estuvo íntimamente ligado a sus responsabilidades como dirigente reformado. En ese sentido, fueron varios los énfasis que atendió. Por ejemplo, y debido a que asumió la secretaría general justo en la época de los cambios ocurridos en los países socialistas europeos (el
Segundo Mundo), su percepción sobre dicha situación fue muy mesurada, prueba de lo cual es el análisis que dedica al asunto en su primer reporte al Comité Ejecutivo de la ARM en 1990,(4) y al que dedicó amplio espacio en su ya mencionado discurso de Debrecen. Como dirigente reformado, un tema que lo ocupó intensamente fue la necesidad de promover un
Processus Confessionis ante la amenaza del neoliberalismo, la globalización y el deterioro de la creación. De hecho, el lema que orientó por varios años el trabajo de la ARM fue “Romper las cadenas de injusticia”. Su reporte presentado en Debrecen expone con meridiana claridad esta urgencia teológica al situarla históricamente en el marco de la evolución del organismo reformado. De manera resumida, presentó esta postura en el
Colloquium 2000, realizado en junio de dicho año, en donde expresó:
Nosotros en la Alianza sostenemos la tradición de Barmen y Belhar [en la Sudáfrica del
apartheid]. Esta tradición nos da el valor para dar pasos hacia delante. El 23º Concilio General llamó a las iglesias miembros a enfrentar la injusticia económica global y la destrucción del medio ambiente en el contexto de su fe y como un desafío a la integridad de la misma. Deliberadamente, el Concilio habló de un
proceso de confesión, debido a que puede tratarse de un tiempo largo antes de que sea posible formular un pronunciamiento de fe sobre asuntos económicos y ambientales. Todos necesitamos tiempo para reconocer el problema y educarnos a nosotros mismos.(5)
Su interés ecuménico se manifestó en su percepción de la necesidad de establecer adecuadamente las relaciones entre las distintas vertientes de las Reformas religiosas. Las reuniones denominadas “Praga” (I-VI, 1986-2000)(6) fueron un esfuerzo académico, teológico y eclesiástico que rindió excelentes frutos.(7) El tomo correspondiente a “Praga V” reúne las ponencias y debates sobre justificación y santificación, que representan una importante aportación en camino hacia la redefinición teológica y doctrinal de las tradiciones de la Reforma.(8)
Otro campo de acción de Opocensky fue el de la ordenación de las mujeres al ministerio en las iglesias de la ARM.(9) En ese aspecto, prestó mucha atención a lo sucedido en América Latina, pues por ejemplo, en México, expresó personalmente su preocupación, junto a su esposa, en una serie de conferencias que presentaron en 1995. Además, a ese tema se dedicó, en 1999, un número completo de
Reformed World, publicado también, de manera extraordinaria, en español).(10) Por otro lado, en el 23º Concilio General, la Alianza de Iglesia Presbiterianas y Reformadas de América Latina (AIPRAL) fue reconocida como sección regional de la ARM. En sus recorridos por todo el mundo manifestó su decidido apoyo a proyectos eclesiásticos y teológicos renovadores. Visitarlo en su oficina de Ginebra resultaba una experiencia muy estimulante.
Finalmente, en 1996, en ocasión de su 65º aniversario, la ARM publicó un libro de homenaje bajo el titulo
Stand firm and take action, título basado en una cita del libro de Daniel: “Mas el pueblo que conoce a su Dios se esforzará y actuará” (11.32). En dicho libro se dieron cita teólogos y líderes de diversas tradiciones, como Jürgen Moltmann, Kosuke Koyama, Konrad Raiser, Henry Mottu, Julio de Santa Ana, Mercy A. Oduyoye, entre otros. Los saludos oficiales provinieron de su propia iglesia, del Vaticano, el Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, el Patriarcado Armenio, el de Moscú y toda Rusia, la Conferencia de Iglesias Europeas y el Metropolitano de Smolensk y Kalingrado. Semejante pluralidad fue consecuencia de la amplia labor de diálogo que Opocensky impulsó y llevó a cabo con las principales tradiciones cristianas, testimonio de lo cual son los volúmenes publicados durante su gestión en la ARM.(11)
1) M. Opocensky, “La belleza y el misterio de la teología”, trad. de “The beauty and service of theology”, Faith challenged by history: reports, lectures, sermons and Bible studies given by the Rev. Dr. Milan Opocensky, while General Secretary of the World Alliance of Reformed Churches. Ginebra, Alianza Reformada Mundial, 2001 (Estudios de la Alianza Reformada Mundial, 44), pp. 154-166. Versión de L.C.-O.
2) Este texto forma parte del libro colectivo Marxism and spirituality. An international anthology, editado por Benjamin B. Page (Westport, Bergin & Garvey,, 1993 ).
3) Cf. M. Opocensky, Faith challenged by history, pp. 203-219.
4) Ibid., pp. 16-19.
5) M. Opocensky, “The World Alliance of Reformed Churches”, en U. Duchrow, ed., Colloquium 2000. Faith communities and social movements facing globalization. Ginebra, ARM, 2002 (Estudios, 45), p. 16.
6) Sobre Praga I, véase www.warc.ch/dt/erl1/06.html.
7) Cf. el volumen Towards a renewed dialogue. The First and Second Reformations. Ginebra, ARM, 1996 (Studies, 30), en cuya introducción Opocensky sintetiza las conclusiones alcanzadas sobre una nueva visión de la historia de las luchas religiosas del siglo XVI.
8) M. Opocensky y P. Réamonn, eds., Justification and sanctification in the traditions of the Reformation. Ginebra, ARM, 1999 (Estudios, 42).
9) Cf. J. Opocenska y M. Opocensky, “The partnership of women and men in the Church: Affirmations and challenges”, en U. Rosenhäger y S. Stephens, eds., “Walk my sister”. The ordination of women: reformed perspectives. Ginebra, ARM, 1993 (Estudios, 18), pp. 159-164.
10) Cf. “Women and the ordained ministry” (Las mujeres y el ministerio ordenado”, Reformed World, vol. 49, núm. 1-2, primavera-verano de 1999. Por América Latina colaboraron Leciane Goulart Duque Estrada (“Ocurre en Brasil”) y Salatiel Palomino López (“En búsqueda de aceptación y reconocimiento: las luchas de las mujeres en el ministerio”, México). El texto completo en inglés puede leerse en: www.warc.ch/dp/rw9912.
11) En www.warc.ch/dt/erl1/index.html, así como en la sección “Departamento de teología” www.warc.ch/fsd/theol-s.html, se enumeran los diálogos llevados a cabo por la ARM.
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