Benítez pertenece a esa clase de escritores hábiles y activos, farfulleros y publirelacionistas de sí mismos, dedicados a encumbrarse a base de falsedades históricas que no son más que ruido y furia, en conspiración con editores mercantilistas que conocen los gustos de un público al que gusta alimentarse de algarrobas.
Juan José Benítez nació en Pamplona el 7 de septiembre de 1946. Estudió periodismo en la Universidad de Navarra y fue colaborador de varios diarios regionales. En los primeros meses de 1970, el suizo Erich Von Däniker, por entonces encarcelado, se dedicó a escribir libros sobre platillos voladores y seres extraterrestres. Tardó poco tiempo en hacerse rico. Sus libros se vendían por millares.
Benítez descubrió el filón. Hábil como una ardilla, astuto y mañoso, se lanzó tras los pasos de Däniker y se dedicó también él a la fabricación de libros sobre extraterrestres. En 1975 escribió
“Existió otra humanidad” y
“Ovni: S.O.S. a la humanidad”. Puros plagios. Teorías descabelladas e insostenibles. En 1988 el periodista mejicano Luís Ruiz Noguer entrevistó a Benítez para la revista
“Vogue”. “Benítez nunca se imaginó lo que le esperaba al aceptar esta entrevista”, cuenta Ruiz. Este le sometió a una serie de preguntas que el ufólogo no pudo contestar. Puso sobre la mesa una amplia relación de nombres españoles y extranjeros a los que Benítez había plagiado descaradamente, falsificando datos y adulterando hechos. Cuenta el periodista mejicano que cuando concluyó la entrevista “Benítez era la viva imagen de sus intestinos retorcidos. Pensé que se iba a infartar”, concluye.
Televisión Española estrenó en octubre de 2003 una serie titulada
“Planeta Encantado”, escrita por Benítez. El autor navarro presentó la película como prueba de que los astronautas estadounidenses descubrieron una base extraterrestre en ruinas en la Luna. Más tarde se descubrió, como lo prueba Luís Alfonso Gómez, que ni hubo contactos con norteamericanos ni base de extraterrestres en la Luna. La película que Televisión Española hizo tragar a los espectadores se rodó en Irun, Guipúzcoa, en 2001, en las instalaciones de Dibulitoon Studio SL.
El momento estelar de
“Planeta Encantado” fue cuando Benítez sentó a Jesús en el Coliseo romano. En el cuarto episodio de la serie que emitió Televisión Española, el periodista navarro comentó: “Nadie imagina hoy a Jesús de Nazaret caminando o sentado en las gradas de este formidable Coliseo romano. Sin embargo, así fue. Durante su estancia en la Roma del emperador Tiberio, el Maestro disfrutó también de los juegos y de la belleza de la capital del imperio”.
¿Puede alguien imaginar a Jesús presenciando las peleas a muerte entre gladiadores romanos? ¿De dónde saca Benítez que Jesús estuvo en Roma? Más aún: antes se descubre a un mentiroso que a un cojo. El Coliseo de Roma se acabó de construir el año 80 de nuestra era, y Jesús murió el 33, casi medio siglo antes de que finalizaran las obras del Coliseo.
Todo es farsa y paparruchada en el autor de los caballos de Troya. Escribir y vender libros es un derecho. Más culpa tienen los que los compran para que elementos como éste se hagan millonarios. Pero ¿derecho a escribir mentiras a sabiendas para engañar a la gente y forrarse? ¡Extraño derecho!
En 1984 Juan José Benítez cambia de tema e inicia una carrera tras los pasos de Jesucristo. Se olvida de los extraterrestres y la emprende contra la Biblia y las tierras que protagonizaron su Historia.
Ese año publica “
Caballo de Troya I”. El segundo llega en 1986, al año siguiente el tercero, un paréntesis y en 1989 aparece el cuarto, seis años después el quinto, en 1999 el sexto, el séptimo espera hasta el 2005, y finalizado el año pasado la Editorial Planeta nos entrega un tomo de 553 páginas titulado
“Caballo de Troya 8”. Todo el material, amañado, falseado, se lo proporciona la Biblia: Jerusalén, Masala, Saidan, Nazaret, Cesarea, Hermán, Nahún, y ahora Jordán.
Lo que confunde a los lectores, cristianos incluidos, es que Benítez escribe mentiras con tal convencimiento que parecen verdades. Y no se inmuta cuando autores serios descubren y denuncian las falsedades. El, a lo suyo: a llenar páginas, componer libros basura y ganar dinero.
En 1985 el oftalmólogo español Enrique Salgado acusó a Benítez de haber plagiado su libro “
Radiografía de Cristo”. En enero de 1986 la revista
“Karma-7” publicó una carta abierta de Antonio Ribera, escritor decano de los ufólogos españoles, donde advertía de los plagios literarios de Benítez. Ribera demostraba que Benítez plagiaba con frecuencia un antiguo y algo misterioso libro ingles titulado
“The Urantia Book”. A finales de 1987 intervinieron los investigadores Jesús Beorlegui y Joaquin Francés. En un artículo que publicó la revista
“Interviú” en su número del 25/11 al 1/12 insistían en que en los escritos de Benítez había mucho plagio. Ante el éxito de aquél primer reportaje, en enero de 1988
“Interviú” publicó: “El autor del Caballo de Troya fusiló (plagió) también dos obras editadas en España.” La revista mencionaba libros de Fernando Sesma y Antonio Ribera. El editor de los libros de Benítez, Fernando Lara, de Editorial Planeta, puso el grito en el cielo. Atacó a la revista cuanto pudo. Peligraba el negocio. Pero
“Interviú” no se amilanó. Volvió a la carga. Encomendó al periodista Francisco Mora un encuentro con Lara. El periodista acorraló de tal manera al editor, que éste se vio obligado a confesar: “Reconozco que J.J. Benítez se ha inspirado para escribir sus tres caballos de Troya en el libro religioso
“The Urantia Book”, publicado por una fundación de Chicago, libro del cual ha trasncrito literalmente varias páginas” (“Interviú”, número 612, 3 al 9 de febrero de 1988).
No sólo de ese libro. Los ocho caballos de Troya publicados hasta ahora por Benítez no son más que plagios de otros libros, historias inventadas, datos falsificados, verdades tergiversadas. El autor se lo tiene bien montado. Acude a los escenarios de sus obras, se hace fotografiar en atuendo de investigador, luego se encierra en su laboratorio y escribe todas las barbaridades que se le ocurren, como eso de que los creadores de la humanidad habían sido astronautas alienígenas, chapucería histórica que también se le ocurrió a Däniker.
En su último
“Caballo de Troya”, el número ocho, Benítez escribe auténticas salvajadas sobre el bautismo de Jesús y su presencia en el desierto, donde fue tentado por el diablo.
La gente comprará el libro. Ignorante de la única y verdadera historia de la Biblia, creerá al vendedor de mentiras. Parece que a muchas personas les da igual que los engañen, se rían de ellos y se enriquezcan a su costa. ¿Puede negarse la existencia de una televisión basura que ven millones de personas diariamente en España? Pues estos caballos de Trola de Juan José Benítez son una basura literaria que devoran quienes no investigan, quienes no se informan, quienes no comparan.
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