En junio de 2004 escribí para esta revista digital dos artículos en torno al libro de Dan Brown EL CÓDIGO DA VINCI, que por entonces estaba haciendo furor. Leí la obra de Brown dos veces. A medida que leía tomaba notas, desarrollaba ideas, esquematizaba temas, todo con la iintención de responder a las barbaridades de Dan Brown. Me fue imposible. El trabajo del día a día, en el que entre otras muchas tareas dedico siete horas diarias a escribir, me impidieron cumplir mis anhelos.
El tiempo es un ladrón que roba nuestras expectativas y se las lleva hacia un mañana desconocido. Entre mis proyectos literarios tengo tres novelas, las tres empezadas, MARINELA BAR, LÁGRIMAS DE UNA MORA, CRIMEN EN LA CATEDRAL, las tres basadas en hechos reales, y otros tres libros de ensayos sobre Antonio Machado, García Lorca y Ortega y Gasset. Quién sabe si algún día, cuando me jubile, pueda retomar la redacción de estos libros en germen.
Otros han materializado lo que en mi sólo eran intenciones y ahora nos llega un magnífico libro escrito por un erudito de apellido muy largo: Witherington. Tal vez la única pega que se le pueda poner está en el título: UNA RESPUESTA DEFINITIVA. Yo no me habría atrevido a tanto. Doscientas veinticuatro páginas de texto no son suficientes para responder a las salvajadas históricas y caprichosas interpretaciones de la Biblia que se permite Dan Brown. Creo que César Vidal, en el prólogo que escribe, lo ve también así. Dice que el autor “no se ha dedicado a refutar uno por uno todos los errores fácticos que contiene el libro”.
Exacto. Es posible que sigan otros libros en la misma línea que el de Witherington.
Hecha esta observación, digo que
el autor ha escrito una obra que a mi me parece genial, bien argumentada, bien razonada, desbaratando con fundamento todas las fábulas que se leen en EL CÓDIGO DA VINCI.
El libro de Ben Witherington está dividido en tres partes. Una dedicada a la figura de María Magdalena, de quien acaba de escribir un libro el corresponsal del diario EL PAÍS en Brasil, Juan Arias, que dejó la sotana sacerdotal para contraer matrimonio con su enamorada.
La segunda parte trata del canon de las Sagradas Escrituras, demostrando sin dejar lugar a la duda que los 27 libros del Nuevo Testamento dicen la verdad y contienen la verdad inspirada.
Creo que una de las partes más interesantes del libro es la que refuta
los siete errores que el autor encuentra en EL CÓDIGO DA VINCI. Lástima que a este tema sólo dedique ocho páginas, porque la impugnación de cada uno de esos errores exige, como mínimo, un capítulo entero.
La refutación del
primer error tiene que ver con la canonicidad de los Evangelios. Dan Brown sostiene que los cuatro Evangelios que tenemos en el Nuevo Testamento proceden del siglo II. Witherington responde: “No conozco a ningún estudioso del tema, independientemente de su orientación religiosa, que crea que los Evangelios canónicos fueran escritos después de la segunda mitad del siglo I o, probablemente, en el caso de Juan, los primeros años del siglo II”.
Dice EL CÓDIGO DA VINCI que
Jesús fue un gran hombre o profeta a quien se le declaró Dios en el siglo IV, en el Concilio de Nicea. “Esto es claramente falso- escribe nuestro autor-. A Jesús se le llama Dios unas siete veces en el Nuevo Testamento y se le llama Señor, en sentido divino, en numerosas ocasiones”.
Tercer error: Fue el emperador Constantino quien impuso en la Iglesia los Evangelios canónicos y la doctrina de la divinidad de Cristo, dice Brown. Mentira, contesta Witherington. Los cuatro Evangelios y las epístolas de Pablo fueron reconocidos como palabra sagrada mucho antes de que naciera Constantino.
No podía faltar la alusión a
María Magdalena, de la que EL CÓDIGO DA VINCI dice alegremente que estuvo casada con Jesús. Libros posteriores al CÓDIGO corrigen a su autor y afirman que con quien realmente contrajo matrimonio Jesús fue con María, hermana de Marta y Lázaro. Witherington responde con brevedad a un tema que está reclamando una obra de muchas páginas. Se limita a señalar que el Nuevo Testamento no dice nada al respecto ni respalda semejante idea que raya en la blasfemia.
Insiste EL CÓDIGO DA VINCI en que, al ser Jesús un auténtico judío y haber alcanzado la edad de treinta años, se imponía que estuviera casado. Es el
quinto error que rebate Ben Witherington. Afirma y prueba que en el judaísmo original había muchas excepciones a esta regla.
A Dan Brown se le ocurre escribir en su libro truculento que los
Manuscritos del Mar Muerto son los textos cristianos más antiguos. Witherington reacciona con enfado y afirma que “esto es tan falso que constituye un error garrafal de primera categoría”.
Al señalar el
séptimo error en EL CÓDIGO DA VINCI, el autor del libro que estoy comentando analiza los desatinos históricos, teológicos y filosóficos que contiene la desdichada obra de Dan Brown.
La Editorial Andamio se ha esmerado en la elaboración de la obra, eligiendo papel y tipo de letra que invitan a la lectura. El precio de venta es relativamente barato.
Se trata de una obra que, como el apretón de manos, debería pasar de un individuo a otro. El libro lo merece.
Si quieres comentar o