Origen y creencias del movimiento pentecostal (VIII)El pentecostalismo no es propiamente una corriente de pensamiento ni una nueva denominación protestante, como ya hemos señalado en otros artículos. El pentecostalismo es un movimiento para eclesial que ha afectado de una manera u otra a la mayor parte de las iglesias, incluida la Iglesia Católica.
La historia del movimiento pentecostal es clara. Nace a principios del siglo XX en Estados Unidos de una forma espontánea y se extiende rápidamente por el mundo. Poco tiempo después de su nacimiento sufre el rechazo de alguna de las denominaciones clásicas y crea sus propias denominaciones.
Pero,
¿cómo es el pentecostalimos latinoamericano? Las estadísticas hablan por si mismas, entre un 60 % y un 70% de los protestantes latinoamericanos son pentecostales. Estos porcentajes se repiten en la mayoría de países del Tercer Mundo, siendo tan sólo más bajos en los países europeos. A nivel mundial podemos estar hablando de 93 millones de pentecostales, a los que hay que unir unos 30 millones de carismáticos protestantes y unos 10 millones de carismáticos activos católicos y unos 60 millones de pos-carismáticos católicos.
Los Pentecostales es el movimiento religioso que más crece en el mundo, con un índice de crecimiento de un 8,1%. Por ejemplo el índice de crecimiento católico es de un 1,3% y el de musulmanes un 2,9%.
Las doctrinas Pentecostales se centran en el mover del Espíritu Santo en la Iglesia, según el libro de Hechos 2. El Espíritu Santo reparte dones a la Iglesia, esta creencia es generalizada en el cristianismo, pero el pentecostalismo hace énfasis en manifestaciones de poder como: sanaciones milagrosas, don de lenguas, profecía, etc.
Dentro del pentecostalismo hay una serie de denominaciones clásicas muy extendidas y con varios decenios de existencia como Asambleas de Dios. En la actualidad hay movimientos neo Pentecostales que están creciendo de una manera rápida, su énfasis son la “Super fe” y la teología de la prosperidad.
El movimiento pentecostal ha influido notablemente en la liturgia de las iglesias protestantes, animando la alabanza y enfatizando la relación personal con Cristo y el deber de evangelizar. Tal vez uno de los fenómenos más importantes ha sido el freno puesto al movimiento carismático católico y su notable descenso.
En la declaración de la Conferencia Episcopal Puertorriqueña (1977), por ejemplo, ya se habla del peligro del carismatismo. Por un lado se duda de que los fenómenos carismáticos provengan del Espíritu Santo y lo ven como una renovación importada del protestantismo.
Uno de los documentos más curioso sobre el pentecostalismo en América Latina es el escrito por el director de ecumenismo de la Conferencia Episcopal de Chile, Robert E. Mosher.
Mosher ve el pentecostalismo Latino Americano de una forma muy positiva. Dice de él cosas como:
“El pentecostalismo chileno da evidencias de haber desarrollado una forma de vida cristiana muy criolla...El pentecostalismo abre para sus miembros un importante camino de la interculturación de la fe cristiana... el tipo de autoridad ejercido por los pastores. En los casos que me ha tocado conocer, el pastor parecía ejercer una especie de patriarcado sobre la comunidad...el mismo énfasis en la espiritualidad vivencial que hace el pentecostalismo, permite mayor desarrollo para la mujer en campos de liderazgo social...”.
Mosher, aunque advierte de algunos peligros del extremismo, tiene una visión positiva del pentecostalismo, sobre todo en los tres puntos expuestos de religión adaptada a la cultura, cuidado pastoral y desarrollo de la mujer.
Muchos asocian el triunfo del pentecostalismo a la nueva cultura posmoderna y a un nueva expansión de movimientos irracionalistas. Pero lo que podemos afirmar es que el cambio religioso más importante del siglo XX y que sigue en expansión es el movimiento pentecostal.
Mario Escobar Golderos
Próxima semana: John G. Lake. Pentecostés llega a África
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