Origen y creencias del movimiento pentecostal (V)Cuando la locura habló en boca de Erasmo, tal vez no hubo nunca locura tan cuerda, riéndose de los desafortunados “maestros” retóricos, que juzgan a los hombres por la pléyades de títulos y las palabra enrevesadas e incomprensibles, dijo sin ruborizarse: “Me parece adecuado imitar en esto a los maestros retóricos de nuestros días, que creen ser ni más ni menos que dioses, si pueden mostrar, como las sanguijuelas, dos lenguas, y que consideran gran hazaña engarzar en sus discursos en latín alguna palabra griega, a manera de mosaico, aunque el lugar no sea el más a propósito para ello” (1).
Cristo no parecía muy dispuesto, durante los tres años de su ministerio, a buscar entre las rabínicas escuelas a los portadores de su mensaje. Pablo, como un abortivo, fue la excepción que confirmaba la regla, aunque en la primera carta a los Corintios, el propio apóstol confirma la vocación de la mayor parte de los creyentes (lo vil, lo menospreciado, lo que no tiene nombre, etc.). Decir de un líder cristiano que “su biografía es lamentable, dado que no tenía los conocimientos bíblicos necesarios”, se une con la corriente actual, de que, lo académico está por encima de la experiencia y el corazón. Circula ahora por algunas iglesias ese deseo de reconocimiento “mundano(2)”, donde se pide un extenso currículum a los pastores, olvidando, en muchos casos, otros elementos de su formación pastoral.
C.F. PARHAM
Charles F. Parham nació el 4 de junio de 1873 en un pequeño pueblo de Iowa, llamado Muscatine. Sus padres se trasladaron con él a Kansas y le criaron como un verdadero pionero; en una tierra inhóspita rodeada de tribus indias y pistoleros. Perdió a su madre a la edad de siete años y diversas enfermedades produjeron en él una infancia triste y difícil. Desde lo nueve años sintió el llamado a predicar el Evangelio y aprovechó su postración para leer todo tipo de libros. Compaginó su formación autodidacta con el cuidado de las vacas de su padre.
Desde muy joven Parham ayudó como profesor de la Escuela Dominical y como obrero en su iglesia. Su primer predicación fue a la edad de 15 años. Comenzó sus estudios universitarios en el
Southwestern Collage (Kansas) a los diecisiete años. Empezó la carrera de medicina y olvidó su vocación ministerial, pero una nueva enfermedad le devolvió a su deseo de ser predicador.
Abandonó sus estudios a la edad de dieciocho años, iniciando su carrera como evangelista. Un año más tarde, pastoreaba la iglesia metodista de Edora (Kansas) y por las tardes colaboraba en otra iglesia. En seguida tuvo problemas con su denominación al predicar que ninguna denominación salvaba y abandonó el pastorado para dedicarse a su labor de evangelista. Poco tiempo después se casó con Sarah Thislewaite.
La enfermedad de su primer hijo le empujó a orar fervientemente por él, ya que la medicina le había desahuciado y éste se curó a los pocos días. Desde entonces, Parham comenzó a incluir en sus mensajes evangelísticos el de la sanidad divina.
Una vez instalado en Topeka (Kansas) abrió un lugar de reuniones llamado
Bethel, en él se atendía todo tipo de necesidades; se recogía a los huérfanos, se ayudaba a los desempleados o se oraba por los enfermos. Parham comenzó a editar un boletín llamado
“La fe apostólica”.
En el año 1900 abrió un instituto bíblico llamado
“Stone’s Folly”. En diciembre de aquel mismo año, comenzaron unos estudios sobre el libro de Hechos de los Apóstoles y Parham pidió a los alumnos que hicieran un trabajo sobre las evidencias bíblicas del bautismo del Espíritu Santo. Después de estudiar Hechos, una alumna llamada Agnes Ozman le pidió a Parham que orara por ella para recibir el bautismo del Espíritu Santo. Al poco tiempo la mujer comenzó a hablar en un idioma extranjero. Unas semanas después Parham predicó en su iglesia en derramamiento del Espíritu Santo con manifestación de lenguas. Él mismo recibió el bautismo espiritual y muchos miembros de su iglesia también.
Parham recorrió varios estados predicando sobre el bautismo del Espíritu Santo, especialmente en Texas. Los viajes de Parham le llevaron a Sión, la ciudad fundada por Dowie, cuando la iglesia pasaba su peor momento y Dowie estaba apartado del ministerio. Después visitó la iglesia de Azusa en Los Ángeles, aunque de esto ya hablaremos en otro artículo, su popularidad fue notable y produjo una gran oposición en algunos sectores conservadores.
Sus enemigos acusaron a Parham de sodomía, pero el caso fue desestimado por la corte de Texas. Libre de sus acusaciones realizó un viaje a Jerusalén. Poco después de su regreso, a la edad de sesenta y seis años murió rodeado de sus familiares y amigos.
Miles de personas se convirtieron por medio de las predicaciones del ignorante vaquero de Iowa. El “fanático flaco y enfermizo”, el “loco” hizo verdaderas las palabras de Cicerón cuando dijo DA MIHI TESTIMONIUM MUTTUM (Dame como préstamo un testimonio).
Próxima semana: Más allá de Topeka III. Seymour y Azusa.
(1) De Rótterdam, Erasmo,
Elogio de la Locura, Orbis, Barcelona, 1990. Pág. 26.
(2) Entiéndase mundano como compatible con la sociedad.
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