Las prescripciones del jubileo

Decimocuarto artículo de esta serie de José Grau sobre `Los derechos humanos y los derechos de Dios´

MUY PERSONAL AUTOR José Grau 01 DE OCTUBRE DE 2005 22:00 h

Derechos del hombre y derechos de Dios - (XIV)

Tras ver los principios que regían el jubileo, vamos a ver las prescripciones del mismo, es decir, las normas esenciales que lo regían. El Jubileo tenía que celebrarse a través de cuatro prescripciones.

1. - La tierra merece un Sabat.

Debe cesar el ciclo de siembra y cosecha. Así la tierra se regenerará y los pobres podrán tomar del producto de esta regeneración de la tierra.
“Dios cuidará de su pueblo. “Y si dijereis. ¿Qué comeremos el 7º año? He aquí no hemos de sembrar, ni hemos de recoger nuestros frutos; entonces yo os enviare mí bendición el sexto año, y ella hará que haya fruto por tres años" Lev 25: 20-21.

Esta medida tiene un gran significado ecológico, así como un profundo sentido de la justicia y la compasión.

2.- Perdonará a su deudor todo aquel que hizo empréstito.

El año de remisión: "Cada 7 años harás remisión. Y esta es la manera de la remisión: perdonará a su deudor todo aquel que hizo empréstito de su mano, con el cual obligó a su prójimo; no lo demandará pues a su prójimo, o a su hermano, porque es pregonada la remisión de Yahvé... para que así no haya en medio de ti mendigo" Dt. 15:1-4.

No puede siquiera pensarse en la posibi1idad de eludir la responsabilidad para con los pobres con la excusa de que ello nos acarrearía pérdidas: "Guárdate de tener en tu corazón pensamiento perverso, diciendo. Cerca está el año séptimo, el de la remisión, y mires con malos ojos a tu hermano menesteroso para no darle; porque él podrá clamar contra ti a Yahvé, y se te contará por pecado. Sin falta le darás, y no serás de mezquino corazón cuando le des, porque por ello te bendecirá Yahvé tu Dios en todos tus hechos, y en todo lo que emprendas" Dt. 15:9-10.

3.- Los esclavos hebreos deben ser liberados.

"Si se vendiere a tí tu hermano hebreo o hebrea, y te hubiere servido seis años, al séptimo le despedirás libre Y cuando lo despidieres libre, no le enviarás con las manos vacías. Le abastecerás liberalmente de tus ovejas, de tu era y de tu lagar, le daréis de aquello en que Yahvé te hubiere bendecido, y te acordarás de que fuiste esclavo en la tierra de Egipto, y que Yahvé tu Dios te rescató; por tanto, yo te mando esto hoy". Dt. 15:12-15.

Destacan un buen número de principios en estas disposiciones : la generosidad, el deber de compartir y un profundo sentido de la justicia. El siervo había ayudado en la creación de la riqueza de su dueño, de ahí que al ser liberado se le diera algo para poder volver a comenzar como hombre libre. El perdón, como la restitución, significa siempre la posibilidad de poder empezar de nuevo.

Estos principios se fundan en el carácter de Dios y en su modo de obrar a favor de los suyos (Dt. 15:15).

4.- En el Jubileo las posesiones deben volver a sus propietarios.

Esta prescripción, reservada para el Año del Jubileo (cada 49
años) estipulaba que cada familia recuperase sus tierras y sus casas, y cuanto había perdido entre los Jubileos. Durante el tiempo intermedio entre dos Jubileos un comprador poseía la tierra sólo temporalmente.

A medida que el Año del Jubileo se acercaba, el valor de la tierra disminuía proporcionalmente: " Y santificaréis el año 50 y pregonaréis libertad en la tierra a todos sus moradores, ese año os será de jubileo; no sembraréis ni segaréis lo que naciere de suyo en la tierra, ni vendimiaréis sus viñedos, porque es Jubileo; santo será a vosotros; el producto de la tierra comeréis. En este Año de jubileo volveréis cada uno a su posesión. Y cuando vendiereis algo a vuestro prójimo, o comprareis de mano de vuestro prójimo no engañe ninguno a su hermano. Conforme al número de los años después del jubileo comprarás de tu prójimo, conforme al número de los años de los frutos te venderá él a tí. Cuanto mayor fuere el volumen de los años, aumentarás el precio, y cuanto menor fuere el número, disminuiréis el precio, porque según el número de las cosechas te venderá él, y no engañe ninguno a su prójimo, sino temed a vuestro Dios; porque yo soy Yahvé vuestro Dios. La tierra no se venderá a perpetuidad, porque la tierra mía es; pues vosotros forasteros y extranjeros sois para conmigo" Lev 25:10, 13-17, 23. (Cf. Ex 22:21; Dt. 10: 19).

	Artículos anteriores de esta serie:

	1	RaÍz protestante de los Derechos humanos
	2	Raíz individualista de los derechos humanos
	3	¿Quién garantiza los derechos humanos?
	4	Derechos y "deberes" humanos
	5	Biblia y derechos humanos: perspectiva general
	6	No hay derechos humanos sin deberes
	7	Los derechos humanos y el Decálogo
	8	Los derechos de Dios
	9	Los derechos de Dios (y 2)
	10	Derechos humanos: el estilo cristiano
	11	Los derechos humanos y el jubileo
	12	El trágico olvido del jubileo
	13	Los principios del jubileo

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