Breviario del sosiego/ 56

Esta hoja de parra para que puedas desnudarte. Estas uvas para que abras los labios. Esta mariposa para que vueles hacia mis brazos. Así nuestra plegaria: un rayo de Dios para que nuestra sangre no se enfríe y los dos seamos una sola carne.


A todas las aves de paso yo las recibo.


Intensidad más que duración. Así la Poesía, donde no todas las Palabras son lo mismo.


A veces entierro mi voz para que no la amordacen ni le estén lamiendo con salivas corruptas.


La vida es una maravilla, un auténtico milagro. Al apogeo de situaciones negativas debe anteponerse una alta dosis de optimismo. Lo siempre agorero pertenece a las abejas de funeral.


Hundiéndose en mi nacimiento está un sepulcro vacío.


No dispongo de móvil, pero a veces siento que emito ondas que llegan hasta el centro de la Amazonía, donde viven mis padres. Claro que no lo puedo probar científicamente, como sí sucede con las ballenas, cuyos sonidos les permiten comunicarse de un extremo al otro del mundo. Cuando los científicos los detectaron por vez primera, pensaron que se trataba de terremotos sísmicos en los fondos marinos.


Un espíritu gemelo cobijándose en mi osamenta verdadera.


Que Dios te cuide, especialmente cuando tengas necesidad.


Una garza blanca al pie de los árboles desnudos que se alzan en la isla que está frente a mi ventana. El aire helado de Castilla o el agua fría del Tormes: todo confluye para que la escena no se repita; pero un día y otro de este invierno, sobre el mediodía, allí está la garza, anudándose a mi sosiego.


En el vientre del silencio florece un precioso reino.


Al final toda burbuja explota. También las burbujas financieras, seas generadas por el mercado de valores (1929) o por los bienes inmuebles (2008). Pero los banqueros auxiliados con fondos públicos siguen siendo arrogantes, repartiéndose millonarias bonificaciones, sin sonrojo alguno. ¿A quién temer más, a las tarántulas venenosas o a estos sonrientes demonios?


Por las cumbres el cóndor se deleita de la carroña que comió por los suelos.


Los hechos responderán por mí.


Descree de los simulacros de humildad. También de las guerras ´humanitarias´.


Por las grietas de tu sueño van pasando los aerolitos.


Tu boca es mi alimento y tu amor mi sostén. Teniéndote no me pierdo entre rosas ni participo en actos absurdos.


Difícil la quietud perfecta o el sereno dominio. Pero es la meta para evitar desmoronamientos interiores.


Un arcángel asoma la nariz. Algo me dice que todo cambiará.


Hablan de libertades con sus gastadas bocas, pero con telarañas cuaternarias recubren la verdad.


No te asomes a la ventana que siempre da a la noche.


¡Cuidado con aparentes bonanzas derivadas del crédito! Los últimos años, Estados Unidos y varios países europeos, entre ellos España, están emitiendo deuda que es adquirida por ávidos compradores, China a la cabeza.