Alcánzame esa Palabra o su soplo desnudo cruzando desiertos, incansable en su silabear potestades para abolir la parte terrible de los viejos estatutos. .
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¿En qué instante empezamos a arar la Eternidad? .
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La Casa de la infancia es difícil de explicar. Se la sigue viendo como si fuera real, aunque sobre ella ahora se haya edificado otra de mejores materiales. Alrededor de la Casa, ayer y hoy, siempre los dos padres, torrenciales en su Amor. .
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Saludas Su mañana y ya no escasean tus latidos. .
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Mediodía del ser es el vértigo rojo de sus intimidades. .
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El dinero no es un pequeño Dios, pero hay quienes combustionan su corazón ante tal presencia. No resulta sacra esa costumbre; tampoco la de corromperse por tenerlo cerca. .
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Hasta qué nervadura del alma estará enquistada la envidia en nuestra sociedad, que para manifestar algo que se gustaría tener o ser, la expresión más oída resulta: ¡Envidiable! .
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La única orilla es la escondida vena que directísimamente habitas; a veces con desmesura, a veces como en la playa del silencio. .
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¡Dispararán a quemarropa sobre tu talón más débil! Ve por otra senda y así no darás opciones a los que te persiguen. .
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Soberana es la Varona que se esposa a tu destino. No le pongas la escafandra ni le impongas arcaicas disciplinas. .
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Ningún punto cardinal te orienta en el laberinto donde estás perdido. Un reto o una entrega apacible pueden darte el pulso de claridad o la visión donde no irás a la deriva. .
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El abanico del desorden ha empezado a ventilar a la Europa de los mosaicos rotos. .
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Te confisco un beso, amor, para estremecerme en mi horario de trabajo. .
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Las lluvias de diciembre tienen su música que suena en los cristales. .
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Otra mutilación u otra matanza en nombre de su Dios. ¿Y luego, con manos llenas de sangre, afanarse en ocupar el sitio principal del templo o la mezquita? .
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Traigo a colación las lágrimas de Vargas Llosa en su discurso por el Premio Nobel de Literatura. La mujer-compañera compone nuestro amanecer y nuestro atardecer y, por ello, bien merece todos los reconocimientos. Esa emoción que quiebra la voz en la garganta es prueba irrefutable de un amor que no es garfio o encantamiento, sino pasión demorada en el tiempo, cordillera de afectos y gratitudes, columpio de inagotable paciencia, complicidad y sueños en marcha… .
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Para quien se hace cristiano con edad suficiente, el pasado y el porvenir se casan en el momento infinito del bautismo. .
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Europa o Estados Unidos muy pronto ya no serán el centro del mundo. Ahora, países que estaban al margen, van colocándose en lugares de primera magnitud. Hay, todavía, muchos despistados o personas renuentes a admitir esta realidad. Un ejemplo. ¿A quién le suena, siquiera de nombre, la ciudad de Wuhan? Supongo que la inmensa mayoría no sabía de su existencia. Pues bien, en dicha ciudad china, situada a orillas del río Yangtsé, se está construyendo el tercer rascacielos más alto del mundo. Y así está pasando en todos los ámbitos; también en la expansión del protestantismo. .
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Vestigios obstinados, los escombros de antiguas grandezas. .
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El amor iguala a todos; también la muerte.
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