Breviario del sosiego/ 50

La soledad del hombre crece, amplifica sus hábitos conocidos y está más hostil que nunca. Y en medio de multitudes, el hombre aparece como atravesando desiertos.


Hablan de obsequios, pero su lenguaje se resbala distante. Prefieren la asepsia, las sílabas neutras. Parecen no comprender que hoy, como en tiempos del Galileo, la gente prefiere alguna lágrima, unas rebanadas de comprensión o una levísima oblea de Amor. Es seguro que la gente de la calle prefiere al samaritano antes que al sacerdote o al levita.


Quiebro el reloj para demorarme en ti.


Los heterodoxos son siempre los llamados a re-escribir la Historia espiritual. Sus actos y sus decires arañan la piel del alma anquilosada, más pendiente del atavío y del amén; más fervorosa para el mandar que para el servir.


Me aburro con eso que la mayoría entiende por diversión.


Cristo te dice que no estás loco. Sigue sus ejemplos, tal como los sembró: sin banderías ni fríos rituales.


¿Sueño es aquel cuando nos vemos abandonando nuestro cuerpo? No lo sé, pero presiento tal vértigo simultáneo del alma, girando y girando sobre la noria de un cuerpo semejante a otro cuerpo.


Un siglo envejecido se escapó, tiritando. Sepan que llegué a conocerle.


Inevitable es quererte cuando te curvas demasiado cerca, y ya todo importa, pues te tornas mi tabla de salvación.


Quien tiene ansias de poder, más temprano que tarde querrá dominarlo todo.


Que tu boca hable, que tus ojos vean, que tus oídos oigan. Y si puedes todo ello, más no lo haces, serás cómplice de corruptelas e injusticias.


Así como en la literatura hay un realismo mágico, en la vida económica hay un capitalismo mágico. El primero es ficción pero puede ser verdad. El segundo es realidad pero casi siempre resulta una vil mentira que, además, hace mucho daño a los más desprotegidos o a quienes codician lo que está fuera de sus posibilidades.


La poesía es un quehacer. No está hecha ni nadie puede definirla. Cada quien debe hacerla, sintiéndola por cuenta y riesgo.


Hoy, en ciertas iglesias, se privilegia lo musical, en desmedro de la Palabra. Por otro lado, hay quien usa el púlpito para demostrar su poderosa noción del espectáculo.


Chavela Vargas: “Los borrachos no mienten, y los poetas tampoco”.


Nunca pongas demasiado énfasis en lo político, pues resulta constrictivo. Y alégrate si estás lejos de él.


Los derechos humanos, en la tierra. ¿Acaso en el cielo hay hierba ensangrentada o niños muertos de hambre?


Esta forma de vivir, frenética y superficial (pantallas ante los ojos; cascos en los oídos) genera un banal universo de sensaciones que obstaculizan el brotar de la emoción. Por tal motivo, la poesía resulta más necesaria el día de hoy, pues por ella acontece lo más emotivo del hombre.


Falaz es quien diga que vivimos entre realidades. Lo nuestro es vivir entre posibilidades y por eso debemos elegir. Pero esa opción no es por un espacio azul en el cielo, sino porque no falte lumbre en el hogar ni un pan en el hijo que vino del amor.