Breviario del sosiego/ 47

Hay mucha gente buena. A los equivocados hay que hacerles conocer el Amor, para que luego puedan prodigarlo.


Nunca es invisible la felicidad, pero no siempre se percibe su raíz secreta.


Desaprende a girar la cara ante la gente que sufre. Desaprende a hacer como que no ves su sufrir.


Hay tiempos domesticados y hay tiempos azotados por fieras tempestades: nada de presuntuosidad en los primeros; nada de claudicación en los segundos.


Todo, si es adelante; nada, si es posarse sobre el granizo que petrifica.


Saldrás victorioso: tu corazón se destetó con el zumo de las emociones que prevalecen, aunque hayan estado aletargadas por muchos lustros.


La gente ha perdido el hábito de esperar. Y apremian a los otros con su creciente impaciencia. Y se apremian a sí mismos, acelerando la velocidad de su existir. Aunque yo antaño estaba por la comparecencia de lo inmediato, hoy lo moroso prima en mi proceder.


Eunice Odio, inmensa poeta costarricense muerta en la miseria, en México: “Si me dieran a elegir entre formar parte de los poderosos de la Tierra y ser parte de los que pueden vida nueva a la palabra, ni un momento vacilaría. Y si me dijeran que me dan un gran poema a cambio de la miseria, y que sólo un poema grande, elijo el poema grande, aunque sólo sea Uno. Así ha sido desde que descubrí que la poesía no era en mí una ‘afición’ sino ‘un destino implacable’. No hay cosa que no dé por la Belleza que es una forma de Dios; la más próxima a su Naturaleza”.


Hay que sacar a la prosa de la vulgaridad en que la han metido.


Bebe de la tradición. Es antigua la idea de querer ser moderno.


Arrodillados siempre. Por sus obras nunca se les conoció.


Te introduzco en mi fe para que protestes ante males e injusticias. La ética es indisociable de lo espiritual, si en verdad quieres mirar de frente los ejemplos de Jesús.


Un lenguaje atemporal para salvarte de la usura y para devolver a las palabras su brillo primordial.


Balthus, pintor: “Yo no creo en la creatividad; como soy religioso, pienso que sólo Dios puede ser creador. El hombre no puede crear; sólo puede inventar, pero no se le puede llamar crear. El arte ha estado siempre relacionado con la religión”.


Repintan el desorden con infinito esmero. Yo prefiero mojarme en la esperanza.


Enorme es el cuerpo de tu realidad que me condecora con ternuras.


Con alevosía pretenden ponernos una venda estratosférica, mientras acopian el botín de sus latrocinios.


Masticar las uvas hasta emborracharte de silencios.