El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
En los tiempos bíblicos, los cabritos eran considerados poco valiosos frente a las ovejas ya que éstas, además de carne y leche, proporcionaban también lana.
Él conoce cada uno de mis pasos, sabe donde encontrarme, Él no permite que me pierda.
El término “pradera” se refiere a pastizales, herbazales o estepas donde crece la hierba para que pueda pastar el ganado.
La oveja aparece en la Biblia con frecuencia, sobre todo en relación al ritual de los sacrificios y a la clasificación entre animales puros e impuros.
Vivimos tiempos difíciles, tanto los pastores como la grey. ¿Cómo pastorear a un rebaño que no está presente? ¿Cómo alimentar a una oveja que tiene miedo de venir al redil?
En ese afán perfeccionista, los lanudos llegaron a excluir al propio pastor de las discusiones en asamblea.
Toda una parte del bosque fue literalmente afeitada, desnudando mi pequeño sendero secreto que tanto amaba tomar con Dios.
Piensen lo que piensen otros hermanos –los cuales lo verán meramente como excusas-, expondré el porqué muchos no quieren ser parte de una iglesia evangélica contemporánea.
Os pido perdón porque os hemos fallado como personas, como amigos, como pastores, como familias y, sobre todo, os hemos fallado como hermanos en Cristo.
El auténtico fundamento del juicio es una relación personal con Cristo que se manifiesta en la solidaridad prestada a los menesterosos.
El Salmo 23 es una apología de la esperanza; un clamor de fe por la seguridad; una determinación poética sobre el deber y la justicia divina; un himno de tono solemne que galopa acompañado por la valentía, aún en los profundos volcanes del infierno; es una voz íntima e interna que le susurra dulcemente a la conciencia que al final todo estará bien.
Los álamos aparecen en la Biblia en pocas ocasiones, sin embargo, uno de estos pasajes es muy interesante desde el punto de vista científico.
Nuestro trabajo quedará diluido y, tal vez oculto; pero la Gloria de Dios brillará, es la única que tiene que brillar.
Un nuevo cuento de Antonio Cárdenas.
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