Una minoría de “malos pastores”, generalmente con una muy incorrecta teología, está influyendo para que la imagen que la sociedad tiene de los líderes evangélicos en general esté en declive. Aunque la mayoría de los pastores sirven a sus congregaciones de forma correcta y entregada la realidad es que la gente confía cada vez menos en ellos.
Así concluye un estudio reciente del Instituto de Investigación Pew Research en Estados Unidos, que encontró que sólo el 37% de las personas tiene una opinión favorable de los pastores. Aunque los datos se refieren a la realidad estadounidense, muchos aspectos similares se pueden ver en la realidad de otros países.
El teólogo Thom Rainer, columnista de la revista Charisma, destacó 10 posibles razones de por qué ha perdido credibilidad la labor pastoral:
1. La mala actuación moral de una minoría de pastores ha recibido una amplia cobertura mediática, lo que lleva a la gente a generalizar. Puesto que estos casos siempre llaman la atención del público en general, mucha gente lo difunde, dando la impresión de que se trata de un comportamiento habitual de todos los pastores. Lo mismo ocurre con los escándalos financieros.
2. La cultura actual margina la fe cristiana y tiende cada vez más a hacer aparecer a los líderes cristianos de forma negativa, como el cristianismo en general.
3. El tiempo en el que se pastorea una misma iglesia ha disminuido significativamente en las últimas décadas: El promedio de que un líder esté en una misma congregación baja continuamente Hay casos en los que los pastores apenas están al frente de una iglesia por unos pocos meses, cuando la confianza es algo que se construye durante varios años.
4. Hay una tendencia al alza de que algunos miembros se crean “dueños de la iglesia”, viendo a la congregación local como un lugar para satisfacer sus necesidades y deseos personales, y al verse insatisfechos, el pastor es el culpable. Esto interrumpe el progreso del ministerio pastoral y de la obra en su conjunto.
5. Las redes sociales fomentan la crítica sin responsabilidad: El uso constante de las redes sociales ha generado algunos malos hábitos, como la crítica destructiva y a veces alejada de la realidad, pero que llegan a tener una gran difusión y consecuencias devastadoras en la pérdida de confianza.
6. Algunos pastores tienen una ética del trabajo que cae en la pereza, y a pesar de que muchos pastores se dedican las 24 horas del día al trabajo pastoral, los que son vagos o irresponsables llevan de nuevo a generalizar.
7. Los pastores son a menudo los “chivos expiatorios” de los problemas, especialmente si se intenta realizar algún cambio en la iglesia (“es más fácil cambiar la teología que la posición de los bancos en el templo”). Muchos miembros quieren que sus iglesias se mantengan siempre iguales en medio de un mundo cambiante.
8. El cinismo y la desconfianza en general es un fenómeno cada vez más difundido en nuestra sociedad: Las razones de este hecho son muchas, y las congregaciones y sus líderes no son inmunes a este hecho generalizado y extendido que además no deja de crecer.
9. Hay dos áreas en las que los pastores fracasan frecuentemente por falta de preparación: la visión del liderazgo y la inteligencia emocional. Aunque los pastores de las iglesias tradicionales se preparan teológicamente bien, la mayoría no recibe mucho entrenamiento para desarrollar un buen liderazgo y la capacidad de desarrollar relaciones interpersonales significativas.
10. Por otro lado, las iglesias no valoran la formación pastoral en estas dos áreas mencionadas y empujan a menudo a la expectativa de que un pastor debe actuar más bien con visión “empresarial”;líderes competentes y dinámicos que, en esencia, son más bien administradores y en algunos casos simples animadores del auditorio que forma la feligresía.
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