El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Tras una introducción hecha por el propio autor, comienza a mostrarnos uno a uno los cuatro rostros del amor: amabilidad, amistad, pasión amorosa y amor divino.
Su mirada, desde la Edad Media a nuestro tiempo, no observa al Estado español con momentos puntuales, sino como una estructura de continuidad “fabricada” por los intereses de los que ha beneficiado.
Highsmith revela la fragilidad de nuestra moralidad. Pero ni las tinieblas pueden encubrirnos y no podemos escapar de un Dios que nos conoce mejor que nosotros mismos.
Un espejo cristiano en la oscuridad del mito.
Truman Capote descubrió en Kansas algo de sí mismo, que le hundió en un pozo del que nunca podría salir.
Cuando otros sufren debido al aborto, hemos de encontrar una manera de amarles y servirles con sensibilidad y compasión.
En su libro, Pedro Puigvert plantea la persona del Hombre-Dios destacando el sentido de lo sagrado, todo sustentado en un pensamiento eminentemente bíblico.
Incluso la fiesta llega a producir hastío, porque no pueden llenar el vacío del corazón. Así lo retrata el libro que comentamos.
El narcisismo no es solo vanidad. Es un patrón de grandiosidad, necesidad de admiración y falta de empatía que, en contextos espirituales, puede camuflarse tras el lenguaje de la fe.
El movimiento anabautista, destaca Snyder, fue espontáneo, descentralizado, popular (en el sentido de gestarse desde abajo), clandestino y en busca de renovación bíblica y espiritual.
El autor inglés Stuart Park ha escrito un precioso libro que recrea épocas y espacios notablemente precisos.
El trauma de la pérdida de la inocencia en la infancia nutre la obra de dos de los grandes escritores del siglo XX en Norteamérica: Truman Capote y Harper Lee.
Si nuestro mundo confía en que el hombre es naturalmente bueno, la fábula de Golding nos muestra que el mal vive en nosotros.
Lo paradójico de las espiritualidades que pregonan la reconexión con uno mismo, es que con sus prácticas precisamente favorecen lo contrario: la enajenación de la percepción y la esterilización de la mente.
George Orwell nos mostraba la pesadilla de un totalitarismo que basa su dominio en el lenguaje, en lo que muchos consideran un libro profético.
Este fascinante relato cuenta la vida de dos hermanos, que fluye como un río, sin que podamos resolver muchos de los interrogantes que plantea el misterio de la condición humana. ¿Por qué estos dos hijos, criados en la iglesia de su padre, tienen una existencia tan diferente?
Martín Lutero tuvo en la imprenta la herramienta que hizo llegar sus escritos a ciudades y lugares recónditos.
El personaje que construyó Hemingway se sigue confundiendo con su persona. Jugaba con la idea de su autodestrucción, y la muerte como liberación.
Se lanza una edición que facilita la comprensión de los textos bíblicos a personas con discapacidad cognitiva o en situación de neurodiversidad.
El libro de Joseph Conrad describe la experiencia de la vida y el hallazgo del mal, en un descenso infinito al corazón propio, del que el ser humano no puede salir por sí solo.
La globalización y la cultura actual nos colocan ante un escenario muy parecido al que Jesús enfrentó: pluralidad religiosa, espiritualidades híbridas y un sinfín de ofertas que prometen bienestar.
Algunos elementos de sus relatos apuntan a una verdad más profunda, que Lewis descubrió en los Evangelios.
Las grandes lecciones que aprendimos de los nazis tienen que ver con el mal. Salimos de esa guerra con una nueva comprensión del mal humano, y nuestra brújula moral se ha centrado en evitar ese mal más que en lograr algún bien.
La Palabra de Dios nos confirma que aprender a vivir la vejez no solo es posible, sino recomendable.
Monsiváis dejó plena constancia a lo largo de su amplísima obra de la influencia recibida por su constante lectura de las Escrituras.
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