El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
No por vivir en el siglo XXI bajo sistemas democráticos, nos libraremos automáticamente de la manipulación estatal, porque manipular a una población en su conjunto es muy fácil.
El objetivo sigue siendo mantener a las masas dóciles, dependientes y entretenidas, mientras el poder estatal asume cada vez más responsabilidades sin ser cuestionado.
Incluso en democracias modernas, el colectivismo se escabulle a través de leyes y políticas que buscan uniformizar nuestras vidas, olvidando que cada uno de nosotros es una obra de arte distinta e individual.
Con su sed insaciable de poder, el Estado representa una grave amenaza para la libertad y la justicia.
Existe el peligro real de que un estado se convierta en un ídolo. Y el cristiano no está exento de este peligro.
Los cristianos deben ser ciudadanos responsables, pero también deben estar dispuestos a defender sus convicciones y resistir las leyes que atentan contra la verdad y la justicia.
Este texto nos proporciona el marco por excelencia para un gobierno que se orienta a la Biblia, es decir, un Estado que se limita a lo esencial: seguridad ciudadana, el castigo del crimen y el cobro de impuestos por servicios prestados.
El ejemplo de Bonhoeffer nos confronta con una pregunta fundamental: ¿hasta dónde llega la obediencia a la autoridad?
Como cristianos, nuestra lealtad última no pertenece a ningún estado o nación, sino al Reino eterno de Dios, un reino de justicia y paz que jamás será destruido.
La batalla contra la secularización es una lucha constante que requiere vigilancia, disciplina y una profunda dependencia de Dios. No podemos bajar la guardia ni ceder a la presión de conformarnos al mundo.
El reto es formar discípulos con una cosmovisión bíblica sólida, optimista y apasionada, que sean capaces de moverse en la época digital con soltura y precisión.
La Biblia nos enseña que Dios nos ha dado dominio sobre la creación y nos ha llamado a ser mayordomos sabios de sus recursos. Esto incluye a los ordenadores y las tecnologías relacionadas.
Resistamos la tentación de plegarnos a los dictados de los guardianes de lo políticamente correcto y salgamos a las calles, a las redes sociales, a los medios de comunicación, armados con la verdad y la gracia.
No es conveniente cerrar los ojos ante los peligros y problemas, pero el mundo no solamente se define por sus calamidades.
Existen argumentos sólidos que respaldan una redacción del libro de Apocalipsis considerablemente anterior a lo que comúnmente se asume.
Engreídos en su prosperidad, la iglesia de Laodicea le había cerrado la puerta al mismo Señor.
El caso del Sinaí nos muestra que urge una estrecha colaboración entre teólogos con una firme convicción en la fiabilidad del texto bíblico, arqueólogos, historiadores y geógrafos.
El teólogo alemán reconocido por obras como Teología de la Esperanza o El Dios crucificado ha muerto a los 98 años de edad.
Todo el mundo da por sentado que el monte se encuentra en la parte sur de la península que lleva el mismo nombre. Sin embargo, hay muchos indicios de que el Sinaí bíblico no se encuentra en esa zona, sino en un lugar completamente distinto.
El nacimiento de Jesús suele presentarse plagado de adornos. Pero, en realidad, es la historia de un nacimiento normal en un entorno humilde.
Se ha formado a lo largo de los siglos la feliz idea de que Jesús y sus discípulos vivían felices sin la necesidad de manejar fondos, porque el Padre Celestial lo iba a proveer todo de forma milagrosa. Pero las cosas no eran exactamente así.
Vamos a investigar algunos hechos sobre las dificultades relacionadas con la historia, el significado y la interpretación del nombre Jehová.
No perdamos de vista el contexto multilingüe que se vivió en el tiempo de Cristo.
Se ha extendido la idea de que Jesús era solo un carpintero. Pero ¿qué podemos entender de la palabra usada en el idioma original sobre la profesión que tuvo Jesús?
En el mundo evangélico existe más de una leyenda urbana, mito popular, bulo, que nos proponemos abordar en esta nueva serie.
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