El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
El poema de Rudyard Kipling titulado 'Si', es certero, es simple y profundo al mismo tiempo, como todas las grandes obras.
¿Nos estaremos convirtiendo en amantes de fetiches, huesos y elucubraciones, más que de las personas y sus obras?
Lo que Jesús reprocha a Marta no es el trabajo, sino el trajín, no la hospitalidad, sino el postín; no la generosidad, sino la prodigalidad.
¿Es pecado recortar salarios y pagas extras, robarle al ciudadano, mientras se engordan las cuentas de los que ya mucho tienen? Sí, claro que sí.
Un hombre en paz consigo mismo no necesita hablar de la alegría, porque le saldrá en todas sus palabras.
Lo que tenemos es la vida, y cada Nochevieja, en lugar de las uvas, falseadoras de esperanzas, deberíamos mostrar gratitud al Señor de la Vida por vivir.
El Dios autor de tanta ternura, y la Natividad es una muestra de ella ¿nunca sufrirá al saberse olvidado o despreciado?
La risa del hombre moderno ha perdido el temor de Dios.
El que persigue buenas razones en Ti, siempre las encuentra.
Nosotros te hemos enmendado la plana para organizar una religión como Dios no manda.
Como la grandes ciudades necesitan del pulmón de los parques y jardines, el alma requiere de los espacios verdes del espíritu.
Las cosas más sencillas son las que marcan la diferencia en las relaciones. No lo que nosotros creemos trascendental, sino el aprender a hablar con el corazón.
«Las muchas aguas no podrán apagar el amor, ni lo ahogarán los ríos»(Cantar de los Cantares 8:7).
Declaramos muy a menudo: “todo está corrompido”; ¡bien que nos quedamos en el lado de: ‘nosotros no’!
Si yo tuviera que escoger un momento histórico para vivir, desde el punto de vista de la salud, no tendría ninguna duda: escogería el nuestro.
Se nos lleva tiempo diciendo que España funciona, y no es verdad.
Del amor jamás deberíamos independizarnos, menos aún destruirlo.
La tentación de la fantasía caritativa de tantos, es una forma de fuga de la realidad, que se está adueñando de los seres humanos.
Un hombre contento nunca es pobre, aunque posea poquísimo. El descontento nunca es rico por mucho que posea.
El desengaño es el sino de los que viven para sus sentidos, para sus filosofías, sus políticas de espaldas al pueblo y lo que es peor, de espaldas a Dios. Todo pesimista es un hedonista frustrado.
Demasiados siglos la Iglesia vivió la experiencia del Templo como único lugar donde encontrar, adorar y servir al Salvador, pasando de Cristocéntrica a templocentrica
Con todo nuestro conocimiento humano, la confusión de hoy es mayor que nunca: las imágenes acaban por obnubilar, y los decibelios, por atorar las opiniones.
Lo que somos nadie nos lo puede quitar, porque está en las manos de Dios.
Muchos de los “NiNis” voluntarios y caprichosos, han tenido poca educación del ser interior.
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