El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
El Señor se compadeció de aquella comunidad religiosa y su Gracia descendió sobre ellos como agua de mayo.
La mujer desde entonces se ve obligada a subir y bajar del frente al hogar y del hogar al frente.
— El problema no reside principalmente en nuestros cuerpos ni en nuestro modo de vida, es un tema de mayor calado.
Se planteó pedirle al Padre que le librase del mal de la muela y de tener que visitar al dentista.
Convino en que era más meritorio ser el último que el primero, tal como defienden los evangelios. Algo debió ver el Señor de virtuoso en los últimos que no vio en los primeros.
Pero sabed que el temor ha de ser primeramente hacia Dios, el respeto hacia nuestro prójimo y la preservación para la naturaleza.
- Es que los cristianos siempre os estáis culpando - dijo él como ateo.
No se imaginaba que aquel lugar sería el escogido por él para entregarle la alianza y pedirle que se casara con él.
Cuando hagas las cosas con el corazón te darás cuenta de que no son molestas ni suponen una carga.
¿Un final natural, comprensible, o un final paradójico?
Este digno sucesor de aquel Herodes se ha propuesto no fracasar esta vez y eliminarlo en un segundo intento.
Por orden de nuestro Ilmo. alcalde se hace saber que a partir de hoy se prohibirá la circulación peatonal por las calles de nuestra ciudad.
La verdadera Gracia de Dios quiso que saliese a tiempo de aquel laberinto.
Era la pejiguera de todos los sanitarios. Por cualquier minucia armaba un cisco
No has de amar al hermano, has de amar al enemigo.
Francisco, un vecino mayor de mi pueblo, se pasaba largas horas en la estación del tren.
Hicieron tal como lo dijo, porque si después de pagar 80€ no lo intentaban aún sería mayor la decepción.
Un cuento de Antonio Cárdenas.
Arrepentido, pero no convencido, se dejó llevar.
— Son todos ustedes un hatajo de inútiles — dijo en tono enfático una feliz mañana dominical a los creyentes bien aseados y vestidos.
Un nuevo cuento de Antonio Cárdenas.
Apareció en el lugar más insospechado, donde se esconden las cosas por las que no tienes ningún interés.
Es todo muy disparatado, solo perdiendo el juicio tendríamos esa conducta.
Se limitaba a iluminar la sombra que proyectaba su propio cuerpo sobre el suelo y las paredes.
Uno a uno fueron desgranando con aparente piedad lo mucho que se había comprometido Dios con ellos.
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