El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
No tenemos la suficiente resistencia espiritual. Así, en nuestro mundo y en muchos aspectos, vivimos de forma muy similar a los que no tienen esperanza.
Nunca, hasta ahora, se había publicado un libro tan exhaustivo sobre un tiempo esencial y decisivo en la trayectoria de Dylan como este “Slow train coming. Bob Dylan y la cruz de Jesús”, de Ana Aréjula y Luis Lapuente.
La vida está llena de decepciones y errores, una y otra vez convivimos con nuestros propios fracasos. En este texto clave, encontramos dos ejemplos con un final distinto: Pedro y Judas.
Más de 50 jóvenes evangélicos participan de las jornadas que incluyen acción social, eventos deportivos y culturales, así como la difusión del mensaje de Jesús.
No estamos permanentemente soñando con una vida futura, sino que vivimos luchando y trabajando en el nombre de Dios para que este mundo sea mucho mejor.
Dios sigue obrando y haciendo milagros. Sigue curando, protegiendo, resucitando, pero sobre todo sigue resucitando muertos espirituales a vida. Y su principal herramienta es nuestra boca, nuestro amor y nuestras vidas.
Debemos confrontar la injusticia del presente con las armas del Evangelio. Si no incluyen la cruz y el seguimiento, los otros remedios no serán la liberación que imaginamos.
Los radicales de Zúrich perciben con claridad que sus críticas tanto a príncipes católicos como a protestantes, al igual que a sus respectivos teólogos, les acarrearían persecuciones.
Cristo te extiende Su mano. Él sabe que necesitas la salvación y te la ofrece gratuitamente si confías en Él.
Cuántas veces albergamos en nuestros corazones esas dudas secretas que, en el peor de los casos, nos carcomen interiormente y matan no solo la fe sino también nuestra esperanza.
Un estudio de Daniel 4:1-36.
La triste historia de Medina demuestra que la fe te cuesta la vida y que los creyentes se convierten en tu familia en Afganistán.
Es evidente que la fuente de la luz del primer día de la creación era el Sol, que ya había sido preparado por Dios mucho antes.
Nuestros logros como humanidad, apuntan a nuestro Creador y Redentor, Jesucristo, ya que todos los seres humanos llevamos su impronta, su imagen.
Gabriel Medina, con la mejor marca olímpica de shortboard (9,90), describe lo que se ha convertido en una de las mejores imágenes de París 2024 utilizando las palabras de Filipenses 4:13.
“Jesús invita a todos nuestros contemporáneos a su mesa y ofrece verdadera reconciliación, identidad y pertenencia”, afirma Erwan Cloarec, presidente de la CNEF, al tiempo que reconoce los “sentimientos heridos” de muchos creyentes.
En vez de darnos una luz, la del Evangelio, para que con ella nos abriésemos por nosotros mismos nuestro sendero a través de la senda del mundo, se nos lleva en él, dando tumbos, por caminos que no conocemos y a oscuras.
Nos obsesionamos por lo complejo, hasta el punto de dedicar nuestra vida por completo para alcanzarlo, pero repelemos lo sencillo, casi como algo despreciable.
El modus operandi era echar mano de la agresión formal y el insulto si hiciera falta.
La Biblia añade que el agradecimiento consiste en un sentimiento en el fondo del corazón, una expresión de reconocimiento y un obsequio de compensación.
Moisés estuvo en lo cierto al iniciar su Pentateuco con las palabras “en el principio creó Dios los cielos y la tierra”.
A lo largo de los siglos, el cristianismo y los Juegos Olímpicos han mantenido una relación ambivalente. Por buenas razones. Pero hoy en día los cristianos consideran los grandes acontecimientos deportivos como oportunidades de evangelización dadas por Dios.
¿Qué pueden ofrecer las voces evangélicas para complementar o corregir lo que piensan los ucranianos de a pie sobre su identidad nacional? ¿Qué contribución especial pueden hacer? Por Mykhailo Cherenkov.
La iniciativa ‘Love France’ ofrece recursos para orar por Francia, la seguridad y el éxito de los juegos, así como la Iglesia y los distintos actos evangelizadores en la competición deportiva.
Los llamados hijos de Dios necesitamos al “Espíritu de verdad” para, mediante su obra santificadora ser limpiados de toda mentira y frente al poder de la mentira y el engaño, adoptar la más firme actitud de rechazo.
Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.