El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Tanto en este como en otros de sus libros Pedro Puigvert se revela como un maestro de la exégesis bíblica.
El creyente más maduro y preparado para el Cielo es el más consciente de sus propias deficiencias y carencias.
La metáfora de Babel ha venido a cumplirse en estos tiempos posmodernos con toda su crudeza, ambigüedad y múltiples posibilidades.
Aprender y crecer como predicadores no es simplemente una cuestión de afinar nuestras habilidades. Es tomar conciencia del privilegio que tenemos de servir a nuestro misericordioso Dios como sus embajadores y proclamadores.
En algunas ocasiones he escrito que Alencart es poeta internacional, pero me está pareciendo universal. Creo que el protestantismo español no ha despertado aún a esta evidencia.
Si somos discípulos del Dios que se hizo carne, lo menos que podemos hacer es encarnarnos en nuestra realidad.
Tiberíades, la Sociedad Bíblica de España y la Fundación RZ para el diálogo entre Fe y Cultura lanzan la convocatoria del premio, dotado con 1.500 euros para la obra ganadora.
Se necesita una reforma migratoria amplia y se necesita tratar con las causas de la migración en Centroamérica. Sin embargo, el evangelio nos llama a responder al necesitado.
El autor presenta una buena muestra de escritos que prueban que María Magdalena continúa estando vigente, pero también que su imagen ha sido desfigurada a lo largo de los siglos.
La interpretación es el bisturí del cerebro que recorta la palabra. Y todo que se queda como era. Pero el poema es una palabra mágica que llama la vida escondida en nosotros.
El creyente en Cristo anhela la segunda venida del Señor, explicada por Pablo pero aún no realizada y gime con el último versículo del Cantar: “Apresúrate, amado mío”.
Fernandes clama desde sus páginas por aquellas mujeres que en algunos casos “poca o ninguna repercusión tuvieron en la época que les tocó vivir”.
Dirigida por el poeta Alfredo Pérez Alencart, la nueva entidad acogerá a autores de las dos orillas del castellano y el portugués.
La intolerancia protestante tuvo una gran responsabilidad en la persecución de muchos militantes de estos grupos, cuya indefensión era mayúscula ante los embates de gobernantes y líderes religiosos.
Es inglés, de Inglaterra, nacido en el condado de Lancashire. Sin embargo escribe en puro lenguaje de Castilla con una prosa natural y rítmica que, diría el francés Gaumont, como un movimiento respiratorio.
Encarnar la ternura significa también volver a ser como niños y niñas, como nos lo enseñó Jesús. Significa vivir de la ilusión, de la inocencia y de admirar todo lo que les rodea.
Además de llevar el gran mensaje del Evangelio, lo hace con corrección, conocimiento, y haciendo gala de una gran cultura en diversas áreas, hasta en la musical.
Surge eso que llaman cargo de conciencia. ¿Quién va a trabajar en las Iglesias de Santa Cruz y la Orotava? Todo estaba previsto desde las alturas.
El acto fue presidido por la Alcaldesa Mamen Sánchez en el emblemático Cabildo Viejo de la ciudad.
La poesía de Alencart es una llama que Dios ha puesto en su alma, creo yo, desde la hora de su nacimiento.
Este autor, completamente enemistado con las posturas de los heterodoxos, se solaza en describir los itinerarios vitales y geográficos de quienes no cejaron en su intento por influir, a distancia, en el derrotero espiritual de España.
Menéndez y Pelayo advierte aspectos que hicieron de la aportación de esos “heterodoxos” a la grandeza de la cultura española cosa digna de notarse.
Freud aprendió más de los grandes maestros de la literatura universal que de los grandes psicólogos. Entre estos maestros no pudo faltar Cervantes.
La conversión de Graham Greene al catolicismo no fue vital, sino intelectual. No le atrajo la romanidad de la Iglesia católica. Por eso ha sido tantas veces puesta en duda la auténtica conversión de Greene.
Es la tragedia del ser humano. Somos nuestros mayores enemigos. Nos bastamos para destruirnos a nosotros mismos y a los que más queremos.
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