El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Hay dos maneras de mirar la cruz: permanecer junto a Jesús esperando su resurrección, o regresar con la multitud que va errante, como testigo del acontecimiento salvador.
Como para el ficticio magnate de la comunicación, la muerte sigue representando para muchos nada más que una sospecha imposible.
Su muerte vicaria nos redime de la esclavitud moral del pecado y nos otorga libertad para poder vivir una vida nueva.
Este es el mensaje que hemos de celebrar en estas fechas: la alegría de saber que el poder del sepulcro ha sido derrotado por el Señor de la Vida.
A lo largo de la Biblia no existe una sola idea sobre lo que pasa cuando morimos. Esa enseñanza atravesó muchas etapas.
De los personajes de la literatura mundial, el creado por Charles Dickens es uno de los más memorables y arquetípicos de lo que puede sucederle a una persona cuando las circunstancias de la vida le ponen ante una encrucijada definitoria.
Toda la obra de Paul Ricour es un llamado a oír a las Escrituras en su fervor y riqueza, antes de ponernos a juzgarla con nuestra desidia y pobreza.
Los judíos del siglo I jamás podrían haber previsto, ni inventado, un relato de la resurrección como el que vemos en los evangelios. Un artículo de Sara Pesquera.
Según una encuesta publicada este mes de junio, el 22% de la población considera la figura de Cristo como un mito o un personaje ficticio, y el el 29% dice no saber si existió o no.
Los injustos resucitarán para condenación. Ese será su juicio y su pago.
Si Jesús no hubiera resucitado, vana sería nuestra fe y también estaríamos irremisiblemente perdidos en nuestros pecados.
El acontecimiento de la resurrección de Jesús sitúa todo su itinerario bajo una nueva luz.
¿Por qué no se reveló la resurrección como una apoteosis apabullante de autoridad?
Sobre el gesto de los hombres que matan a Jesús se eleva la acción final y decisiva de un Dios que resucita.
Las principales evidencias bíblicas de la resurrección de Jesús demuestran la falsedad de todas las teorías naturalistas inventadas por los escépticos a lo largo de la historia.
La ahora también fallecida Paloma Chamorro le definió una vez como “un artista del sur dado al orientalismo, inmerso en una especie de sincretismo religioso, al que le gusta proceder por símbolos y alegorías”.
El anuncio del acontecimiento más relevante e importante de la historia de la humanidad, se relaciona con los débiles y humildes de la tierra, dejando a un lado a los poderosos. ¡Hay esperanza para los pobres de la tierra! ¡Ha resucitado!
Cuando vivimos estresados no nos damos cuenta de que Jesús está a nuestro lado y lo más importante para Él no es lo que hacemos ¡Nos quiere a nosotros!
Fue allí, en el monte Calvario, donde la misma muerte del crucificado venció a la muerte, algo que se haría realidad profunda en la Resurrección.
En medio de las tormentas de esta vida la bendita esperanza de la resurrección se vive con una intensidad particular.
La resurrección de nuestro Señor Jesucristo enseña la legitimidad de la fe cristiana para llamar a todos al arrepentimiento y la fe en Jesús como el único camino de salvación.
"La fe viene por la resurrección y no a la inversa". Toda la Biblia apunta a un inmenso e incomprensible acto premeditado de poder y amor del Padre, en favor de los seres humanos, aún siendo sus enemigos.
¡Hay quien habla de una segunda venida de aquel rey resucitado del primer siglo! ¿Cómo va a descansar tranquilo el poder? ¡Es que es imposible!
La resurrección de Jesucristo es el hecho más portentoso de toda la historia humana.
La evidencia histórica y la pura lógica indican que el rabino galileo fue quien dijo ser, que murió en la cruz, fue sepultado y la tumba quedó vacía.
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