El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Este es un libro eminentemente autobiográfico. Condensa una honda experiencia interior.
En la mujer cananea encontramos un brillante ejemplo del poder de la fe. La fe hace portentos en los individuos que se acogen a ella.
El amor no conoce leyes. La herida del amor que por momentos sentía Ricardo la cura la misma que la hace: Liduvina.
Los dos únicos Evangelios que aluden a las hermanas de Jesús, establecen sin equívocos que aquellas mujeres eran hijas de María y José.
Para Juan Antonio Monroy.
Estamos viviendo tiempos de un sincretismo religioso en el que todo vale y en los que no está bien visto señalar los errores que los cristianos vemos en otras religiones.
A ellos no les importaba la mujer, si era adúltera o si era ángel. Simplemente, la utilizaban para cazar al Maestro en alguna contradicción.
Lo que está diciendo Unamuno en esta novela es que aún cuando no podamos escapar de la agonía, del sentimiento trágico, ello no nos tiene que impedir vivir y gozar.
En esta historia destacan dos grandes temas: el don de Dios, encarnado en la persona de Cristo y la espiritualidad de Dios.
40 años después de ser aprobada, la Ley Orgánica de Libertad Religiosa afronta diversos retos pero sigue apartada del debate político.
Otras obras de referencia consideran esta novela una obra menor en la narrativa de Unamuno. Pero biógrafos, críticos literarios y filósofos no piensan igual.
Los cristianos de la Iglesia primitiva tenían a María Magdalena como una discípula muy cercana a Jesús, con un protagonismo importante en aquellos tiempos iniciales del cristianismo.
Unamuno desarrolla una idea clave en toda su literatura: la frontera entre el sacrilegio de fingir en religión lo que no se cree y la bondad que supone mantener la fe.
Al decir el doctor Lucas que Ana frecuentaba el templo día y noche, indica la frecuencia con la que atendía su vida espiritual.
Esta novela de Unamuno “refleja perfectamente el eterno conflicto entre religión y sexo”.
Quien ama a Dios debe amar todo lo que viene de Dios. Y María fue el don de Dios para dar a luz al que sería el don del mundo.
“Lo mismo pude haber puesto Cuatro novelas ejemplares. ¿Por qué? Porque este prólogo es también una novela”, escribe Unamuno.
No hay intermitencias en la entrega misionera de Monroy; no hay espejos rotos en la rotación en que divide su tiempo para predicar la Palabra con el ejemplo.
Un ángel llamado Gabriel fue enviado por el Padre a una ciudad llamada Nazaret, conocida como “la flor de Galilea”. Se dirige una casa donde habitaba la joven María, desposada con un hombre llamado José.
Todos los que vivimos principalmente de la lectura y en la lectura no podemos separar de los personajes poéticos o novelescos a los históricos… Todo es para nosotros libro, lectura.
Monroy transmite credibilidad. Habla clarito y convence con la Palabra, pero también con el ejemplo.
Desde Elisabet hasta Febe tenemos en el Nuevo Testamento 21 mujeres dignas de ser bosquejadas.
De esta, dijo el propio Unamuno que era “la más trágica de sus novelas”.
Cerca del 87% de los fallecidos en España por el virus eran mayores de 70 años.
“Desde que Nietzsche proclamó la muerte de Dios, pocos escritores han planteado con mayor vigor que Unamuno el problema de las relaciones entre el creador y sus criaturas como Unamuno”.
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