El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Lidia, primera persona convertida en Europa, se nos presenta como ejemplar ama de casa y hábil mujer de negocios. En ella se une el temor a Dios, una profunda vida interior y gran agilidad espiritual. Además, se manifiesta como una mujer generosa.
Todo evangelizador ha de saber que tiene que vérselas con la idolatría de muchos, pero también tener cuidado con sus propias ideas y comportamientos idólatras.
Reflexionamos sobre el significado de las palabras, ante las disputas que se plantean ante Jesús en el capítulo 7 de Juan.
La vida de Loida y la de su hija Eunice, que caben en un solo versículo de la Biblia, nos enseña la importancia de comunicar la fe en el seno de la familia.
Nada ni nadie quitaba a Don Quijote su convicción del encantamiento. Pero un loco no coordina las ideas con tanta perfección, sean equivocadas o ciertas.
Tengamos cuidado para saber situar nuestros objetivos en la línea de los valores del Maestro y de su programa de acción en su venida al mundo.
Quizá las iglesias se estén vaciando, pero la figura de Jesús sigue atrayendo. Pero ¿qué podemos saber realmente de él? Esa pregunta también estaba presente en la Jerusalén del primer siglo.
Es interesante notar que a Dorcas se le da el calificativo de discípula.
Se cuenta el acometimiento de Don Quijote contra las figuras del retablo.
Ama de forma activa y comprometida y con mucho amor al prójimo para que tu fe se active reflejando al Invisible en el mundo.
Necesitamos redimir el tiempo, pero no solo para esta vida, sino para la eternidad. Eso es lo que Jesús transmite: es el tiempo de encontrarle a Él.
Pensando tal vez en imitar a Bernabé, Ananías y Safira decidieron vender sus bienes y entregar el precio de la venta a los apóstoles, aunque engañándoles en la cuantía.
Un poema de Juan Ramón Jiménez (selecciona Isabel Pavón).
La inteligencia fue concedida al ser humano para dudar.
Muchas veces los cristianos vivimos mirando al cielo y dando la espalda al prójimo mientras permanecemos pendientes de promesas, recompensas y goces religiosos.
Este capítulo Jesús mismo se adentra en el misterio de Dios mismo y la voluntad divina.
Uno de los mayores especialistas del Quijote, Diego Clemencín, dice al comentar el Quijote que la historia del rebuzno fue una bufonada de Cervantes.
Todos los presentes lloraban. Lloraban los judíos amigos de Lázaro. Lloraba María. Lloraba Marta. Jesús, emocionado, lloró también.
Voz de denuncia siendo a su vez las manos y los pies del Señor en medio de un mundo de dolor.
El amor es un cocodrilo siempre al acecho en el río de la vida. Tiene el color del cielo, pero también los dolores del infierno.
Nos queda el miedo del pasado en retención sobre el presente que, a veces, nos impide mirar hacia el futuro con esperanza.
Hay un vacío, un hambre, que no se puede llenar ni satisfacer. Es algo que sabes que te falta, pero no sabes qué es. De ello habla Jesús en este capítulo.
María estuvo pendiente de Jesús hasta el día de su muerte. Le seguía en algunos de sus viajes misioneros y le servía cuando tenía la oportunidad de hacerlo.
Unamuno atribuye la salvación de Don Quijote de las garras del león a una intervención divina.
Las auténticas imágenes navideñas se han aguado y no reflejan lo que realmente fue el ambiente de aquella primera navidad, con un niño nacido en un pesebre infecto.
Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.