El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
La oración que agrada a Dios son palabras que expresan no lo que alguien dijo o escribió sino lo que hay en lo más profundo de nuestro ser.
La única esperanza definitiva del género humano está en Jesús el Mesías y que Él regresará.
Este mundo es pecaminoso y se las arregla para proporcionar el menor alivio posible a sus habitantes. En medio de esa situación, ¿adónde se puede ir salvo al Señor?
Hoy, como ayer, el mensaje de los embaucadores sigue siendo el mismo, teniendo muchos seguidores, que son embaucados porque quieren ser embaucados.
Cuando llegan las pruebas, siempre cabe la posibilidad de refugiarse, cubrirse, esconderse en Dios.
El amor de Dios es, ciertamente, imposible de describir en toda su hondura.
Todo lo que llega, por una u otra razón, es dado misericordiosamente por Dios.
Podemos destacar dos tendencias instintivas como realidades subliminales más importantes: eros (como instinto de la vida) y tanatos (como instinto de la muerte).
Un joven estudiante de ingeniería biomédica prepara para su trabajo final el diseño de una silla de ruedas adaptada a terrenos irregulares, pensando concretamente en las zonas rurales de Mozambique.
La canción simboliza lo que hay en el corazón de las personas que un día se encontraron no con una organización religiosa, sino con Jesús el Mesías.
Aquellos que seguimos de corazón a Jesús como mesías tenemos como misión ser luz en medio del mundo.
Lo que define al cristiano es que reconoce que no tiene mérito alguno que presentar ante Dios; que, por eso mismo, acepta por fe el sacrificio de Jesús en la cruz.
Vive de acuerdo con las Escrituras, meditando en ellas a diario y obedeciéndolas recibirás bendición tras bendición.
El himno es un eco de la certeza de salvación que tiene el que ha puesto su fe en el sacrificio de Jesús en la cruz.
El Mesías había llegado al fin para proclamar una libertad mucho mayor, pero ya prefigurada, por el año jubilar de la Torah.
Del sufrimiento propio sólo son plenamente conscientes el que lo padece y Dios.
El tema es un hermoso canto a la confianza en Dios en medio de las dificultades.
Todo es juicio o, por el contrario, gracia inmerecida en la relación entre Dios y los hombres.
Es más que posible vivir una vida nueva precisamente porque Jesús el Mesías venció la muerte.
Jesús me estará esperando en la cima porque no confié en mis méritos sino que acepté su invitación para entrar en el Reino de Dios.
El himno expresa cómo la cercanía de Dios permite sobreponerse a las mayores desgracias porque El es realmente el que puede otorgar descanso y paz.
Lo mejor que recibimos de Dios es su presencia: estar con él, vivir con él, saber que nos cuida, que es nuestro Padre.
Partiendo del texto de Apocalipsis 7: 14, la canción habla de conceptos como el de la limpieza de los pecados o el blanqueamiento que viene de la sangre del Cordero.
El Padre conoce nuestras necesidades incluso mejor que nosotros mismos.
Es fácil saber cuándo se va por buen camino, casi siempre suele ser hacia arriba.
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