El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
El Señor de la iglesia está presentándose ante los laodicenses afirmando que Él es digno de crédito, que su palabra es verdad, que ninguno de sus dichos puede ponerse en duda.
Tenemos suficientes antecedentes para ver en la "puerta abierta" la oportunidad de extender el evangelio por medio del testimonio personal y la predicación.
El tamaño de una congregación no está en relación directa con su fidelidad a la Revelación divina.
Los de Sardis estaban muy ocupados en adquirir riquezas y disfrutarlas en vida, más que en velar y orar para no caer en tentación.
Haber nacido, crecido y estar vivos en este mundo poblado por seres habituados a costumbres y tradiciones pecaminosas hace necesario anunciar la Palabra de Dios.
En pleno siglo XXI sigue habiendo enseñadores que, desde los púlpitos, alientan a celebrar fiestas mundanas; y los por ellos engañados que confunden su complicidad necesaria con tolerancia divina. Esto ya ocurría en Tiatira en el siglo I.
Ofende a Dios la comunidad de fe cuyos miembros introducen en ella hábitos pecaminosos. Los fieles testigos de Jesucristo marchan contracorriente gracias al poder del Evangelio.
Arrepiéntete; da la vuelta y ve para el otro lado. Detente; deja de tolerar el compromiso mundano, el yugo desigual con el mundo pagano y su impureza, inmoralidad e indulgencia con los pecados culturales.
Los falsos maestros enseñan que no es malo contemporizar con gente de conductas permisivas. En su soberanía, Dios usa medios sorprendentes para guiarnos al arrepentimiento.
Solo Él pudo compadecerse de esa iglesia sufriente; y, al presentarse como el que murió y resucitó, le infunde esperanza en la segura recompensa: el reino de los cielos.
Tal ‘primer amor’ no es el mero sentimiento humano que genera historias románticas, poemas, novelas; y que, a menudo, termina en profundos dolores, separaciones, malos tratos y hasta crímenes y suicidios.
Desde la expulsión del paraíso terrenal, el ser humano es responsable de sí mismo y de lo que, para bien o para mal, con su conducta, usos y costumbres afecta a los demás y a su entorno.
En esta última sección de la serie abordaremos la causa real que, desde su ocurrencia, condujo a varones y a mujeres por igual, a vivir y defender costumbres, tradiciones y hábitos destructivos de su dignidad tanto individual como social.
Podemos decir que la Ciencia ha llegado al punto en que puede definir quién desciende de quiénes sin necesidad de recurrir a documentos del Registro Civil.
Según las estadísticas tradicionales las tres religiones con más adeptos en el mundo son: cristianismo, islamismo e hinduismo. La primera es la más numerosa; pero decrece; mientras, los que creen en el evolucionismo se multiplican con rapidez.
Los siempre ocupados en comprar todo lo nuevo en oferta, dicen ‘no tengo tiempo’ cuando se les invita a reflexionar; y se asombran de los ‘desubicados’ que no hacen como ellos.
Cien años antes de la invención de los escáneres de resonancia magnética el fisiólogo ruso Iván Petróvich Pávlov (1) usaba la secreción de saliva del perro para estudiar el cerebro. Casi dos mil años después de la presencia terrenal del unigénito Hijo de Dios revelado en el Evangelio, entre los que se congregan en Su Nombre sigue habiendo los que tropiezan con costumbres y tradiciones humanas.
El Nuevo Testamento identifica ‘deuda’ con ‘pecado’; de allí que al perdonar Dios los pecados del hombre, le está condonando su deuda.
Los medios de comunicación social le dan un sitio predominante al acto de regalar. Lo hacen porque el comercio y la industria necesitan cada vez más de la publicidad para vender.
Hemos de reconocer que, desde que nacemos, nos van incorporando automáticamente a costumbres generacionales ya establecidas, o a nuevos hábitos ‘progresistas’.
Si la ‘cristiandad’ festeja la Navidad con figuras mitológicas babilónicas renovadas en el tiempo, no es para asombrarse que los cultores de la ‘perspectiva de género’ hagan lo mismo.
Eric Ducharme hace inmersiones vestido con una cola de sirena. "Cuando me pongo la cola me siento transformado", dice. A los 13 años, ya fabricaba colas de sirena con bolsas de basura.
UNICEF declaró “Día Universal del Niño” al 20 de noviembre. Paradójicamente, los ‘ideólogos de género’ se niegan reconocer que no respetan la Declaración de los Derechos del Niño.
Los agentes de las ideologías ateas niegan que tener fe en Jesucristo sea lógico. Presumen, no obstante, de racionales y lógicos al imponer con violencia su totalitario ‘progreso inclusivo’.
Nuestra cultura enseña que la lógica y la razón guían nuestras conclusiones. Pero, a los que creemos en Cristo y conocemos el origen trascendente de ambas ¡nos tratan de retrógrados!
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