El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Hay que pensar en lo más profundo de la vida y el destino, como decía Unamuno, quien quería que sus compatriotas abandonaran la fe del carbonero y que había que trastornarles esa paz de cementerio en que han pasado la vida.
Se podría decir que Mackay llegó a comprender la persona de Jesucristo y su significación para un continente sumido en tumultuosos cambios sociales y luchas para poder alcanzar un orden más justo y una plena liberación.
Qué hermosas y también certeras palabras, firmes, con autoridad, pero sobre todo dirigidas a seres amados. Palabras que hasta hoy no han caducado; incluso podemos sentir la calidez que emana de ellas.
Vitoria nos transmite una doctrina sólida, que funda tanto en el derecho natural, como en la Sagrada Escritura, apoyada y explicada por la tradición, personalizada en los teólogos y Padres de la Iglesia más relevantes.
Los medios de comunicación también son importantes para la misión.
Doy gracias por la Esperanza de un más allá, pero que ya hemos empezado a disfrutar en el más acá.
Somos testigos de que la tierra gime por ser rescatada.
La Iglesia existe para ir a todas las naciones sin excepción, a proclamar y promover la extensión del Reino.
El proceso judicial al que se vio sometido Nabot, el de Jezrael, me ha llamado mucho la atención.
Es el Resucitado que ha vencido a la muerte, y el que cree en Él, aunque esté muerto vivirá.
Algunos han intentado emular este compromiso de Jesús con el hombre. Mackay y Unamuno intentaron seguir esa estela dejada, que se puede percibir en esa intensa y apasionada lucha por la causa de los más débiles y desamparados.
En la Biblia, sobre todo, nos encontramos con nuestra tabla de salvación que nos abre la puerta a la Esperanza.
Sea como sea, incluso toca migrar de la fe a la acción, mostrar esos frutos del Espíritu que cuestan tanto.
En el Libro de los libros, la Biblia, constatamos que hay alguien a quien le importan todos los seres humanos, hechos a su imagen y semejanza.
Numerosas son las recomendaciones de Dios acerca de atender a los excluidos y menesterosos de nuestro entorno, es decir, a los menos privilegiados.
Rondamos por este mundo, donde nos alcanzan todavía gruesas y oscuras nubes; acechan las tinieblas. Solo uno venció mientras transitaba por aquí.
Él siempre está dispuesto a volver e intentar una nueva reforma de los corazones.
Sí, es más fácil pasar de largo. Un coche nos esperaba, pero yo me detuve porque el amor pudo más. No es difícil llorar ante tanto abandono.
No hay duda, su Misión era y es integral. Nos habla de la importancia de preocuparnos no sólo por la salvación del alma, sino también de otros aspectos de la vida de las personas.
Si Cristo utilizó esta figura cuando dijo “Yo soy el Buen Pastor”, estaba demostrando que no despreciaba las cosas más pequeñas del mundo porque ese mundo había sido creado por su Padre.
El peregrino percibe que lo ve todo desde una nueva perspectiva que le hace descubrir valores absolutos entrañados en su existencia.
No tenemos que crucificarnos, sino seguir su estilo de vida.
Cuando el buscador se interna en las páginas de la Biblia, se ve en un mundo nuevo, que no es un mundo de ideas donde el buscador encuentra información sobre Dios, sino que Dios es el que habla y los hombres escuchan, y suceden cosas increíbles.
“Necesitamos una comunidad que celebra su fe en Dios estando presente e involucrada en el mundo, que se identifica con su dolor y por ende se hace relevante”.
Hay una historia que contar. Contar cómo la lectura de un Libro hizo que las personas de todas las esferas pudieran sentirse dignas, valoradas, importantes, porque se descorrió el velo y tuvieron acceso al ‘lugar santísimo’ sin necesidad de intermediarios.
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