El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Están íntimamente relacionados con las raíces de los pinos y enebros que prosperan en los suelos neutros y básicos.
Las listas del Levítico sobre animales puros e impuros, cuando se analizan de manera científica, reflejan una misteriosa sabiduría, impropia de los conocimientos que se tenían en aquella época.
No se puede afirmar que los insectos sean inteligentes, sino que, más bien, son hijos del instinto.
Actualmente se conocen sólo siete especies diferentes de tortugas marinas, repartidas por los océanos del mundo. Sin embargo, en el pasado, a finales del período Cretácico, hubo otras de gran tamaño que alcanzaban casi cuatro metros de longitud y que ya se extinguieron
Muestra externamente su esplendor y belleza natural, pero a la vez es portadora de un veneno letal.
En el mundo que Dios creó todo está profundamente interrelacionado. Nadie es una isla independiente y mucho menos el ser humano.
Su imparable declive se debe al mal uso de pesticidas y sustancias venenosas, así como a la disminución de espacios naturales.
Los seres humanos hemos conseguido volar por encima de las nubes, bucear bajos las olas, salir de la atmósfera de la Tierra y alcanzar las fosas oceánicas más profundas.
Moisés estuvo en lo cierto al iniciar su Pentateuco con las palabras “en el principio creó Dios los cielos y la tierra”.
Sólo Dios puede llamar a la existencia aquello que antes no existía. Sólo Dios puede crear.
El orden de la creación, el de los días o períodos en que se crea el universo, la Tierra, los mares y aparecen los continentes, las plantas, los animales y el propio ser humano, coincide sorprendentemente con lo que hoy han descubierto las ciencias experimentales.
Las principales pruebas de la existencia real de Moisés y de las grandes empresas que marcaron su vida se hallan en la propia Biblia.
No hay comparación posible entre la Biblia y el resto de los libros de las demás religiones del mundo.
El tipo de escritos propios del libro de Deuteronomio eran comunes en una época más antigua por todo el Cercano Oriente.
Hay una clara distinción entre el ser trascendente y el mundo inmanente. ¿Cómo puede siquiera pensarse que el relato de la Biblia sea copia de la mitología de otros pueblos?
A pesar de las buenas aportaciones de algunos métodos, también han conducido a muchos a concluir que la inspiración o la inerrancia de la Biblia son conceptos definitivamente superados.
Los escritores de los evangelios y de las epístolas fueron siempre muy conscientes de cuáles eran sus propias ideas y cuáles las expresadas por su Maestro.
La cosmología actual le abre también de par en par las puertas al teólogo y le facilita la comprensión y la defensa de la doctrina bíblica de la creación a partir de la nada.
Martínez Arias propone una idea científica revolucionaria: serían las células -y no el ADN- quienes determinan y construyen toda nuestra arquitectura corporal.
El Señor comió delante de ellos un trozo de pez asado y un panal de miel, por amor a sus discípulos, con la idea de mostrarles la maravilla sobrenatural de la resurrección
Vendrá un tiempo en el que toda la naturaleza, con todos los seres que la conforman, será restaurada a como fue al principio.
Entre los seres y bienes que no debía codiciar ningún judío de su vecino figura también el buey.
Según las literaturas judía y griega, este mamífero se caracteriza por su astucia, así como por su pequeño tamaño en relación a otros depredadores.
En el mundo antiguo, la polilla llegó a ser símbolo de ruina y destrucción (Sal. 39:11).
Jesús emplea el ejemplo de los cuervos para enseñar a sus discípulos que lo más importante en la vida cristiana debe ser el Reino de Dios y no el afán por el alimento.
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