El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Una señal que muestra la decadencia de una sociedad es la equiparación de lo bueno con lo malo, de lo justo con lo injusto, de lo verdadero con lo erróneo, de lo recto con lo torcido.
Surge una nueva dictadura, que no es de izquierdas ni de derechas, y que está apoyada por la democracia.
El corazón humano, en su estado natural, es una auténtica fábrica de abominaciones.
La mayoría hizo valer sus números, sus voces y su sinrazón para prevalecer.
Aquella mayoría, que confiaba en el poder de los números y en su propia sabiduría, acabó siendo devorada.
Una abrumadora mayoría cavó su propia tumba con sus propias manos y una diminuta minoría escapó de la destrucción.
Esteban, primer mártir cristiano, en su extenso mensaje que le llevó a la muerte destaca el ataque que dirige contra cuatro confianzas que estaban bien extendidas entre los de su nación.
El fracaso no tan lejano de aquellos experimentos humanos es sólo la antesala de más fracasos venideros.
En el lenguaje de Dios promesa y cumplimiento son términos correlativos invariablemente, aunque haya un lapso de tiempo que los separe.
Es necesario reconocer el papel, valorar el esfuerzo y agradecer el sacrificio de tantas madres entregadas.
Cuando todavía estás a tiempo, debes, sin demora, hacer la paz con Dios.
Todos aquellos que se acogen a Cristo reciben la promesa de que serán tal como su cabeza es: Una raza de inmortales.
Seguimos a algo o a alguien en esta vida. Lo sepamos o no, lo queramos o no. Y lo que seguimos nos determina.
Son profetas porque predican esperanzas y son populistas porque las esperanzas prometidas son falsas, al estar basadas en falsos remedios.
Todos aquellos que se acercan a la Biblia no buscando sus principios y verdades cardinales sino solamente teniendo en cuenta detalles particulares se engañan a sí mismos.
En lugar de instruir y formar para mostrar la destrucción y engaño que hay en ese sendero, lo que se hace es darle alas.
La unión entre sexo y género que enseña la Biblia, que enseña el sentido común, que enseña la historia y que enseña la naturaleza, es la que quieren destruir los enredadores actuales.
Que la predicación de la Biblia esté siendo combatida muestra el grado de deterioro que los pilares de la democracia están sufriendo.
Sorprende constatar hasta dónde han llegado las cosas y cómo todo se ha vuelto del revés, hasta el punto de que lo que el mero sentido común enseña es ahora considerado un acto delictivo.
Experimentamos un sentimiento agridulce, tal como el que invade al visitante que contempla los restos arqueológicos de lo que un día fueron grandes monumentos de esplendor.
Acaba de anunciar uno de los talentos de Silicon Valley es que la muerte será vencida en cuestión de dos décadas.
La imposición de la religión o de la moral es el camino mejor pavimentado para que por él se mueva a sus anchas la hipocresía.
El auge de las redes sociales y la posibilidad de que cualquiera deje en ellas constancia de sus pensamientos constata el odio inusitado que puede albergar el alma humana.
Parapetarse en el mal ejemplo de otros es una señal de cobardía, que delata un carácter débil incapaz de hacer frente a lo malo.
Pudiera darse el caso de estar ocupadísimo y no estar ocupado en lo que realmente importa, lo cual se convierte en una tragedia.
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