Un fragmento de “Meditaciones sobre la vida y obra de Jesús”, de Pedro Puigvert (Unión Bíblica, 2024). Próximamente en Unión Bíblica. Puede reservarlo en el escribiendo al correo [email protected]

Lectura: Juan 2:13-25 - Jesús limpia el templo por primera vez

Introducción

La Pascua. Era una de las fiestas más importantes que se celebraban, y acudían a Jerusalén gran cantidad de peregrinos. Los puentes y las carreteras eran reparados, y los sepulcros eran blanqueados con cal para prevenir la contaminación accidental de los peregrinos. Esta es la primera pascua que Jesús celebró en Jerusalén desde el comienzo de su ministerio. Las otras están en Jn. 6:4 y Jn.11:55. Los otros evangelistas colocan el incidente de la purificación del templo al final del ministerio de Jesús (Mt. 21:12-13; Mr. 11:15-17; Lc. 19:45-46). Puede que tal hecho haya acontecido dos veces, o que Juan no siga el orden cronológico en su exposición. Lo que importa es lo sucedido.

El templo de Jerusalén. Cuando Israel salió de Egipto, Dios les dio como santuario el tabernáculo de reunión porque, al caminar por el desierto, debía ser fácilmente montable y desmontable. La falta de un edificio dedicado a Yahweh, le parecía a David una incongruencia cuando él se había edificado una casa magnífica. Pero Dios no le permitió que le edificara casa porque sus manos estaban manchadas de sangre, aunque sí podía reunir los materiales y fondos y adquirir un lugar adecuado (2 S. 24:18-25;1 Cr.22:2-4,8). Le correspondió a Salomón edificar el templo, en el cuarto año de su reinado en el mes de Zif y en siete años se terminó (1 R. 6:37-8). Este templo fue destruido por Nabucodonosor en el 586 a.C. Se reedificó bajo Zorobabel y Josué hijo de Josadac, en el año 536 a.C., terminándose en el 515 a. C., aunque no tenía el esplendor del primero (Esd. 3:8-13). Este templo fue embellecido por Herodes el Grande en el 19 a. C. Es el templo que visitó Jesús y procedió a su limpieza. Fue destruido por los romanos en el año 70 d. C.

La casa del Padre convertida en mercado (vv. 13-16). En el templo había que pagar un impuesto equivalente al salario de dos días, y solo se podía liquidar en moneda judía. Como llegaban peregrinos de todas partes, necesitaban cambiar sus monedas y los cambistas les cobraban una comisión abusiva que constituía una estafa.

La venta de animales para el sacrificio se hacía a precios exorbitantes para la economía de los modestos peregrinos. Esto fue lo que inflamó la ira santa del Señor y lo llevó a echar a todos los extorsionadores de allí como un acto del Mesías prometido por Dios, porque él es como fuego purificador y como jabón de lavadores (Mal. 3:1-4).

El templo de su cuerpo (vv. 17-25). Tras el suceso de la expulsión de los vendedores del templo, los discípulos relacionaron este hecho con las Escrituras (Sal. 69:9). Esto confirmó su fe en Jesús como el Mesías y nos muestra que sucedió al final del ministerio de Jesús, porque hasta la confesión de Pedro en Cesarea no sabían que era el Mesías.

La otra cuestión que recordaron fue que Jesús se refería al templo de su cuerpo cuando dijo: destruid este templo y en tres días lo levantaré. Los discípulos interpretaron esas palabras como una referencia a su resurrección.

Los judíos reaccionaron ante lo que había hecho Jesús y le preguntaron con qué autoridad hacía estas cosas. Si era el Mesías porque se había declarado como Hijo de Dios, debía manifestarlo con un milagro, pero Jesús les responde con un enigma que ellos interpretaron literalmente, mientras que Jesús se refería a su cuerpo de resurrección (Mr. 14:58).

Durante la celebración de la pascua, muchos, atraídos por sus milagros, creyeron en Jesús. Pero no era una fe genuina, sino el fruto pasajero de un estado de euforia momentánea. Jesús conocía la naturaleza humana y no confiaba en ellos.

Cuestionario para reflexión: ¿Qué tenía lugar en el templo que indignó a Jesús? ¿Cómo era el templo de Jerusalén? ¿A qué se refería Jesús con el templo de su cuerpo? ¿Por qué no se fiaba Jesús de los judíos?

Nota: “Dos palabras, hieron y naos, se traducen templo. La primera se refiere al conjunto de edificios que formaban el templo de Jerusalén y la segunda al santuario”. B.O. Banwell.

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[title]Por un año más[/title]

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